
La Noche de los Muertos Vivientes era una noche muy esperada en el pequeño pueblo de Santa María. La tradición decía que durante esta noche, los difuntos regresaban a la tierra para visitar a sus seres queridos y ofrecerles bendiciones. Pero esta noche, algo extraño sucedió.
Era de noche y la luna llena iluminaba la calle principal del pueblo. Todo estaba tranquilo y silencioso, hasta que de repente, se escucharon unos gemidos extraños y terroríficos. La gente comenzó a salir de sus casas para ver qué sucedía y se encontraron con una escena aterradora: los muertos habían regresado, pero no como los conocían.
Estos muertos tenían ojos inyectados en sangre y su piel estaba pálida y fría como el hielo. Caminaban lentamente hacia la gente, como si estuvieran buscando algo. La gente comenzó a correr hacia sus casas, tratando de escapar de los muertos vivientes.
María, una joven de 25 años, vivía en el pueblo con su familia. Ella era la única que no había huido y se quedó en la calle, observando la escena con miedo y curiosidad. De repente, uno de los muertos vivientes la vio y comenzó a caminar hacia ella. María intentó correr, pero sus piernas no respondían y se quedó inmóvil, esperando lo peor.
Pero algo extraño sucedió: el muerto viviente se detuvo justo ante ella y la miró a los ojos. María sintió un frío en el corazón, pero de repente, el muerto comenzó a hablar.
"María, yo soy tu abuelo, vengo a avisarte que hay algo mal en el pueblo. Alguien ha traído a los muertos vivientes a la tierra para hacerles daño a los vivos. Debes ir al cementerio y encontrar la tumba de tu bisabuelo, él te ayudará a detener a los muertos vivientes."
María no podía creer lo que estaba sucediendo, pero sabía que debía seguir las instrucciones de su abuelo. Corrió hacia el cementerio, evitando a los muertos vivientes en el camino.
Cuando llegó al cementerio, encontró la tumba de su bisabuelo y comenzó a cavar. Después de unos minutos, encontró una caja antigua y la abrió. Dentro había un libro antiguo, escrito en un lenguaje desconocido para María. Pero ella supo que debía leerlo, así que comenzó a decifrar las letras y traducir el texto al español.
El libro contenía un antiguo hechizo que podía detener a los muertos vivientes y devolverlos a sus tumbas. María no perdió tiempo y comenzó a recitar el hechizo. Al principio, no sucedió nada, pero luego, todos los muertos vivientes comenzaron a temblar y a retorcerse.
De repente, una luz brillante cubrió el cementerio y los muertos vivientes desaparecieron, dejando a María sola y aturdida. Ella regresó al pueblo y encontró que todo había vuelto a la normalidad. La gente había dejado de correr y las calles estaban llenas de vida de nuevo.
María fue recibida como una heroína en el pueblo y todos querían saber cómo había logrado detener a los muertos vivientes. Pero ella nunca reveló el secreto del libro antiguo y el hechizo.
La Noche de los Muertos Vivientes nunca volvió a ser la misma después de ese día. La gente comenzó a celebrar la noche con alegría y fiesta, recordando a sus seres queridos fallecidos y agradeciendo por la protección de María.
María vivió el resto de su vida como una heroína en el pueblo y su historia se convirtió en leyenda. Y aunque nunca reveló el secreto de cómo detuvo a los muertos vivientes, la gente siempre supo que ella había salvado a Santa María de un destino funesto.
La Noche de los Muertos Vivientes nunca volvió a ser igual en Santa María. La gente ahora la celebra con alegría y gratitud, recordando a sus seres queridos fallecidos y agradeciendo a María por su valentía y sacrificio.