Es una noche tormentosa. Cada vez más y más tormentosa.. Era como un castigo o ¿quizás era en cambio una bendición? Fuera lo que fuera, no se oía nada excepto las gotas de agua que sonaban como una cascada. Sin embargo, los rayos de la tormenta era lo que más resaltaba, y por supuesto las alertas de los carros que sonaban como un himno nacional. No había luz, era sólo una oscuridad, dentro de poco volvió la luz, pero ya se sabía que se iba a ir de nuevo, era como un bucle infinito.
Un viejo en su casa que veía esta tormenta, se fijó en un gotero que se hallaba en su casa, pero en vez de poner una cubeta o algo para retener el agua, sólo pudo notar como las gotas caían. Sentía que con mayor detenimiento las gotas caían, hasta llegar al punto de paralizarse el tiempo.. Reflexionó, de pronto cayó un rayo a cinco metros de él. No se inmutó, mantuvo la calma y mientras todo el mundo gritaba por la situación, él sonrió.