In a small town surrounded by mountains. There was a lonely man named Esteban who spent most of his time at home, reading books about death and the afterlife.
One day, Esteban decided to take a hike in the mountains. While walking, he came across a dark and mysterious cave. Curious by nature, he decided to enter the cave to explore it.
As he walked through the cave, Esteban noticed that there was something strange in the air. The smell of bones and ashes filled his nostrils and made him feel uncomfortable. But despite this, he kept walking deeper and deeper into the cave.
Suddenly, he came upon a dark room and . In the center of the room was an altar made of human bones and ashes. Tomas was frightened at the sight and tried to back away, but something stopped him.
A sinister voice began to speak to him from the darkness. The voice told him that he had entered a sacred place and that he must pay for his daring. Quickly, he recited prayers to heaven, while running, and barely managed to escape from a huge shadow that wanted to grab him.
One day, a group of young adventurers arrived in town and heard the story of Esteban and his encounter with the mysterious cave. Intrigued by the story, they decided to explore the cave on their own.
When they arrived they found the room dark and with the altar made of bones and ashes. But instead of being afraid, the young adventurers were attracted by the mysterious energy emanating from the place.
While exploring the room, one of the young men found an ancient scroll hidden behind the altar. The scroll was written in an unknown language, but the young adventurers were able to decipher some words that spoke of a ritual to summon a powerful being.
Intrigued by the scroll, the young adventurers decided to take it to town and look for someone who could help them translate it. After much searching, they found a wise old man who explained that the scroll spoke of a demonic being that had been summoned in the cave many years ago.
The wise old man warned them that the demonic being was very dangerous and that they should destroy the scroll, that they did not play with things they did not know if they would do something to the old man, they decided to return to the cave in the middle of the night.
The next morning the villagers realized that the young adventurers had not returned and began to worry. Some of them remembered the story of Esteban and the mysterious cave and feared the worst.
A group of men from the villages decided to go to the cave to investigate what had happened. When they arrived, they found the bodies of the young adventurers scattered on the ground and the ancient scroll on the altar.
Immediately, the villagers realized that the scroll was the cause of the tragedy and decided to destroy it. Stephen, who had witnessed everything that had happened, offered to help.
Together, the villagers took the scroll to the town square and burned it in a large bonfire. As the scroll burned, they could feel a strange energy being released into the air.
After destroying the scroll, the villagers were relieved and grateful that the curse of the mysterious cave had finally been removed. From that day on, the cave became a quiet and peaceful place, and the townspeople never spoke of it with fear again.
En un pequeño pueblo rodeado de montañas. Había un hombre solitario llamado Esteban que pasaba la mayor parte de su tiempo en su casa, leyendo libros sobre la muerte y la vida después de ella.
Un día, Esteban decidió hacer una caminata por las montañas. Mientras caminaba, se encontró con una cueva oscura y misteriosa. Curioso por naturaleza, decidió entrar en la cueva para explorarla.
Mientras caminaba por la cueva, Esteban se dio cuenta de que había algo extraño en el aire. El olor a huesos y cenizas llenaba sus fosas nasales y lo hacía sentir incómodo. Pero a pesar de esto, siguió caminando más y más profundo en la cueva.
De repente, se encontró con una habitación oscura y . En el centro de la habitación había un altar hecho de huesos humanos y cenizas. Tomás se asustó al ver esto y trató de retroceder, pero algo lo detuvo.
Una voz siniestra comenzó a hablarle desde la oscuridad. La voz le dijo que había entrado en un lugar sagrado y que debía pagar por su osadía. Rápidamente, recitó oraciones al cielo, mientras corría, y apenas logros escapar de una inmensa sombra que lo quería agarrar
un día, un grupo de jóvenes aventureros llegó al pueblo y escuchó la historia de Esteban y su encuentro con la cueva misteriosa. Intrigados por la historia, decidieron explorar la cueva por su cuenta.
Cuando llegaron encontraron la habitación oscura y con el altar hecho de huesos y cenizas. Pero en lugar de sentir miedo, los jóvenes aventureros se sintieron atraídos por la energía misteriosa que emanaba del lugar.
Mientras exploraban la habitación, uno de los jóvenes encontró un pergamino antiguo que estaba escondido detrás del altar. El pergamino estaba escrito en un idioma desconocido, pero los jóvenes aventureros pudieron descifrar algunas palabras que hablaban de un ritual para invocar a un ser poderoso.
Intrigados por el pergamino, los jóvenes aventureros decidieron llevarlo al pueblo y buscar a alguien que pudiera ayudarlos a traducirlo. Después de mucho buscar, encontraron a un anciano sabio que les explicó que el pergamino hablaba de un ser demoníaco que había sido invocado en la cueva hace muchos años.
El anciano sabio les advirtió que el ser demoníaco era muy peligroso y que debían destruir el pergamino, que no jugaran con cosas que no conocen si hacerle caso al anciano, decidieron volver a la cueva en medio de la noche
a la mañana siguiente Los habitantes del pueblo se dieron cuenta de que los jóvenes aventureros no habían regresado y comenzaron a preocuparse. Algunos de ellos recordaron la historia de Esteban y la cueva misteriosa y temieron lo peor.
Un grupo de hombres de los pueblos decidieron ir a la cueva para investigar lo que había sucedido. Cuando llegaron, encontraron los cuerpos de los jóvenes aventureros esparcidos por el suelo y el pergamino antiguo en el altar.
Inmediatamente, los habitantes del pueblo se dieron cuenta de que el pergamino era la causa de la tragedia y decidieron destruirlo. Esteban, que había sido testigo de todo lo que había sucedido, se ofreció a ayudar.
Juntos, a los habitantes del pueblo llevaron el pergamino a la plaza del pueblo y lo quemaron en una gran hoguera. Mientras el pergamino ardía, pudieron sentir una extraña energía liberándose en el aire.
Después de destruir el pergamino, los habitantes del pueblo se sintieron aliviados y agradecidos de que la maldición de la cueva misteriosa hubiera sido finalmente eliminada. A partir de ese día, la cueva se convirtió en un lugar tranquilo y pacífico, y la gente del pueblo nunca volvió a hablar de ella con temor.
