Saludos a todos, hoy con gusto me uno a este concurso de @freewritehouse, para contar mi historia.
Sucedió en el pueblo
Era La loma, un pueblo pequeño, pintoresco, fresco, con unos habitantes amables y trabajadores que convivían realmente bien sin ningún problema. La vida allí era tranquila y no sucedía nada extraordinario, cada día transcurría igual siempre, cada persona con su misma rutina.
Mientras que algunos estaban ocupados en sus trabajos como Humberto, que tenía un puesto de frutas, el único vendedor en el lugar, por cierto. Lo ubicaba en una esquina de la plaza y así llevaba ya unos cuantos años; pero también había otras personas como la señora Candelaria, con una fama por ser una vieja envidiosa que se dedicaba solo al chisme porque no se ocupaba de algún oficio.
Algo que hacía Humberto todos los sábados a primera hora de la mañana, era llevar un cajón lleno de naranjas a la casa de Estela. Tocaba la puerta, las entregaba y rápidamente se marchaba; situación que llenaba de mucha curiosidad a la chismosa del pueblo que casualmente tenía su casa justo al lado, hacía comentarios negativos y conjeturas sobre su vecina y las naranjas que le llevaban.
Muchos veían tal actitud como envidia, parecía que anhelaba ser ella quien recibiera frutas en la puerta de su casa y eso no sucedía. Un día hubo un alboroto en la casa de Candelaria, pues tocaron su puerta y no era precisamente Humberto, sino los señores de reclamo por una deuda grande y le fueron a llevar una factura de agua de varios meses de atraso.
La señora se molestó y les gritaba a los señores que estaban equivocados, solo porque le daba vergüenza que todos los vecinos la estaban viendo. Vivía pendiente de la vida de los demás y no se ocupaba de pagar sus cuentas.
Por eso es mejor ocuparse de su propia vida y dejar tranquilos a las personas que hagan lo quiera con la suya.
Invito a participar a: @lanzjoseg, @cochanet para que escriban su historia en el concurso Cuéntame una historia - 5 de Febrero de 2023
