

ENGLISH
No one would have imagined it, but somewhere in the vast universe, beyond the stars we know, there is a planet inhabited by cats. Not simple felines, but an evolved race, with consciousness, culture and unthinkable technological development. I never believed that there could be something like this, a civilization of beings like me but with much more advanced capabilities. If only we had known about it before, would it have changed our perception of the world? Of our own existence? Fate, however, decided that this discovery would come just in time.
It all began with a strange feeling, like a deep calling inside me, an echo in my soul that resonated strongly. It was not fear that I felt, but a welcoming warmth, as if a familiar energy was enveloping me. Curiosity drove me to follow that feeling, not knowing that my life was about to change forever.
As I moved forward, I saw a figure that seemed incredibly familiar to me. It was like looking into a mirror, but with one big difference. This version of myself walked on two legs, his body had an upright posture, and he looked more humanized. His eyes shone with intelligence and wisdom, as if centuries of knowledge were reflected in them. He looked at me with a friendly expression and to my surprise, he spoke to me. I didn't understand how, but his words had a clear and deep meaning in my mind.
"I come from a very far away place," he said in a calm voice, "a world where our species has evolved beyond what you could ever imagine. I have returned here to our home planet to remember what we were like before, before everything."
His words stirred a whirlwind of emotions inside me. How was it possible that such a place existed? He showed me images and videos of his world and each piece of information I received was more fascinating than the last. Tall towers built with materials that reflected the light of the stars, streets filled with intelligent felines that moved with unmatched grace, advanced technologies that seemed straight out of a dream. It was an unimaginable paradise.
“Come with me,” he invited me. “I want you to see it with your own eyes.”
My heart was beating fast. Excitement and wonder overwhelmed me completely. Without thinking too much, I accepted. I boarded his ship and, in a matter of seconds, we found ourselves crossing a galaxy of indescribable colors and shapes. I saw planets I had never seen before, stars shining brightly, and even other alien species with unimaginable characteristics. Each encounter on that trip made me feel like I had barely scratched the surface of the vast universe.
Finally, we arrived at his planet. The sight took my breath away. An entire world populated by thousands, perhaps millions of versions of myself, each with unique characteristics but with the same essence. The air was filled with sweet, exotic scents, the sky had a blue glow with golden sparkles, and the atmosphere was so vibrant I could almost feel the energy flowing in every corner. My mind could barely process everything I saw.
I was given a tour of the city, showing me its customs, its art, its cuisine. I tried dishes made with ingredients I never imagined, some with intense flavors and others with a heavenly delicacy. It all seemed like a fantasy come true. I was also taken to a gallery where portraits of the evolution of our species were displayed over the millennia, from the time when we were simple felines to today, when we had become an advanced society.
We took many photos to save those memories but when I told him I had no way to keep them with me, he smiled and took me to a store. There, he gave me a small golden bell and explained that it was much more than a simple accessory. This device had the ability to store memories and reproduce them as if they were holograms. With a simple touch, I could relive every moment of our journey.
“Keep it safe,” he told me. “This is a treasure of our lineage.”
We returned to my world, but something strange happened. Just as I was trying to thank him, he simply disappeared, as if he had never been there. I felt confused as if I had woken up from a dream too real to be false. I thought that perhaps it had all been a figment of my imagination until I saw the bell in my hand.
I held it tightly and as I activated it, the images of our journey came to life before my eyes. Everything had been real. A feeling of nostalgia enveloped me but also a sense of hope. Would I see them again one day? Would I have the chance to learn more about that incredible world?
Perhaps, somewhere in the universe there are more mysteries waiting to be discovered. Maybe, what we think is impossible is just waiting for the right moment to reveal itself. Until then, I will continue dreaming of that planet of cats with the certainty that somewhere in the cosmos, our story continues to be written.
SPANISH
Nadie lo hubiera imaginado, pero en algún rincón del vasto universo, más allá de las estrellas que conocemos, existe un planeta habitado por gatos. No simples felinos, sino una raza evolucionada, con conciencia, cultura y un desarrollo tecnológico impensable. Nunca creí que pudiera haber algo así, una civilización de seres como yo pero con capacidades mucho más avanzadas. Si tan solo lo hubiéramos sabido antes ¿habría cambiado nuestra percepción del mundo? ¿De nuestra propia existencia? El destino, sin embargo, decidió que este descubrimiento llegara justo en su momento.
Todo comenzó con una sensación extraña, como un llamado profundo dentro de mí, un eco en mi alma que resonaba con fuerza. No era miedo lo que sentía, sino una calidez acogedora, como si una energía familiar me estuviera envolviendo. La curiosidad me impulsó a seguir esa sensación, sin saber que mi vida estaba a punto de cambiar para siempre.
A medida que avanzaba, vi una figura que me resultaba increíblemente familiar. Era como mirarme en un espejo, pero con una gran diferencia esta versión de mí mismo caminaba sobre dos patas, su cuerpo tenía una postura erguida y se veía más humanizado. Sus ojos brillaban con inteligencia y sabiduría, como si en ellos se reflejaran siglos de conocimiento. Me observó con una expresión amistosa y para mi sorpresa, me habló. No entendí cómo, pero sus palabras tenían un sentido claro y profundo en mi mente.
—Vengo de un lugar muy lejano —dijo con voz serena— un mundo donde nuestra especie ha evolucionado más allá de lo que jamás podrías imaginar. He vuelto aquí a nuestro planeta de origen para recordar cómo éramos antes, antes de todo.
Sus palabras despertaron un torbellino de emociones en mi interior. ¿Cómo era posible que existiera un lugar así? Me mostró imágenes y videos de su mundo y cada fragmento de información que recibía era más fascinante que el anterior. Altas torres construidas con materiales que reflejaban la luz de las estrellas, calles repletas de felinos inteligentes que se desplazaban con una gracia inigualable, tecnologías avanzadas que parecían sacadas de un sueño. Era un paraíso inimaginable.
—Ven conmigo —me invitó—. Quiero que lo veas con tus propios ojos.
Mi corazón latía con fuerza. La emoción y el asombro me embargaban por completo. Sin pensarlo demasiado, acepté. Subí a su nave y, en cuestión de segundos, nos encontramos atravesando una galaxia de colores y formas indescriptibles. Observé planetas que nunca había visto, estrellas brillando con intensidad, y hasta otras especies alienígenas con características inimaginables. Cada encuentro en ese viaje me hacía sentir que apenas había rascado la superficie del vasto universo.
Finalmente, llegamos a su planeta. La vista me dejó sin aliento. Un mundo entero poblado por miles, tal vez millones de versiones de mí mismo, cada uno con características únicas pero con la misma esencia. El aire estaba lleno de aromas dulces y exóticos, el cielo tenía un resplandor azulado con destellos dorados y la atmósfera era tan vibrante que casi podía sentir la energía fluyendo en cada rincón. Mi mente apenas podía procesar todo lo que veía.
Me dieron un recorrido por la ciudad, mostrándome sus costumbres, su arte, su gastronomía. Probé platillos elaborados con ingredientes que jamás imaginé, algunos con sabores intensos y otros con una delicadeza celestial. Todo parecía una fantasía hecha realidad. También me llevaron a una galería donde se exhibían retratos de la evolución de nuestra especie a lo largo de los milenios, desde los tiempos en que éramos simples felinos hasta la actualidad, en que se habían convertido en una sociedad avanzada.
Tomamos muchas fotos para guardar esos recuerdos pero cuando le dije que no tenía forma de conservarlas conmigo, sonrió y me llevó a una tienda. Allí, me entregó un pequeño cascabel dorado y me explicó que era mucho más que un simple accesorio. Este artefacto tenía la capacidad de almacenar recuerdos y reproducirlos como si fueran hologramas. Con un simple toque, podría revivir cada momento de nuestro viaje.
—Guárdalo bien —me dijo—. Este es un tesoro de nuestro linaje.
Regresamos a mi mundo, pero algo extraño sucedió. Justo cuando intentaba agradecerle, él simplemente desapareció, como si nunca hubiera estado allí. Me sentí confundido como si hubiera despertado de un sueño demasiado real para ser falso. Pensé que quizás todo había sido producto de mi imaginación hasta que vi el cascabel en mi mano.
Lo sostuve con fuerza y al activarlo, las imágenes de nuestro viaje cobraron vida ante mis ojos. Todo había sido real. Un sentimiento de nostalgia me envolvió pero también una sensación de esperanza. ¿Volvería a verlos algún día? ¿Tendría la oportunidad de conocer más sobre ese increíble mundo?
Quizás, en algún rincón del universo hay más misterios esperando ser descubiertos. Tal vez, lo que creemos imposible solo está esperando el momento adecuado para revelarse. Hasta entonces, seguiré soñando con aquel planeta de gatos con la certeza de que en algún lugar del cosmos, nuestra historia continúa escribiéndose.
Imagen dinamica: Imagen de la dinamica
Dinamica: @freewritehouse/a-picture-is-worth-a-thousand-words-sqpuoo
Separador realizado por @softy1231 softy1231
Vtuber, Paneles realizado por @panna-natha pannanatha
Logo realizado por KivaVT
Portada realizada con la ia de PEAK(Recraft V3) - Prompt: "Ilustración de estilo anime kawaii con una atmósfera cálida y tierna. La escena muestra a un pequeño gatito mascota y un nekito (un chico con orejas y cola de gato) conviviendo juntos y pasando lindos recuerdos. El gatito es esponjoso, con ojitos brillantes y una expresión feliz, mientras que el nekito tiene un diseño adorable, con cabello suave, orejas de gato y una gran sonrisa. Ambos están compartiendo un momento especial: jugando juntos, disfrutando de una merienda con dulces y leche, o descansando abrazados bajo un árbol en un día soleado. El fondo es suave y acogedor, con colores pasteles, detalles como cojines mullidos, flores o una ventana con luz cálida entrando. El arte debe tener un estilo anime muy detallado, con expresiones adorables y una sensación de felicidad y calidez. Usa tonos suaves y una iluminación cálida para transmitir una atmósfera de amor y amistad."