Gracias, gracias, gracias.
Agradecer tres veces parece tener un significado místico, algo así como agradecer primeramente al Creador, luego a quien nos prestó un servicio o fue el intermediario para que lo recibiéramos y la tercera, no lo sé.
Se me ocurre que quizás debamos agradecer por lo que no recibimos, hasta por lo que nos parece un mal.

Como que esta camioneta se parase frente a mí en el preciso momento.
Una pausa obligada para captar este singular complejo residencial, llamado Los Silos de Dorrego.
Dorrego es la calle y se llaman los silos, porque es lo que eran antes de ser transformados en residencias.
Cuando por algún motivo se dejaron de usar para almacenar granos, a alguien se le ocurrió trasformarlos, en lugar de derribarlos. Hoy son una residencia exclusiva que ocupa una manzana y resultan muy interesante curiosidad arquitectónica.
A mí me llaman la atención los tejados que le dan el aspecto de casas en el aire, pues disponen de terrazas ajardinadas, con lo que imagino son algunos árboles en macetas.
A falta de un zum, les comparto la vista desde una de las aceras adyacentes.

No hace mucho tiempo, vi un anuncio de una inmobiliaria donde ofrecían en alquiler un apartamento en estos edificios con una sala impresionante, por el espacio y la vista. 600 metros cuadrados, que ahora no recuerdo si correspondían al salón principal o a toda la propiedad. Los interesados pueden buscar más información en Google.
Mientras yo continúe con mi paseo, buscando las calles arboladas y protegidas del inclemente sol.

Como está con una vieja casa de dos pisos con balcones y altas puertas que nos dicen de los altos techos de antaño, a primera vista un 50 % más altos que los actuales.
Una manera de mantener fresco el ambiente sin recurrir al acondicionador de aire o el ventilador, aunque por estos lados el suministro eléctrico parece garantizado por la subestación vecina.

Desconozco cuantos barrios de la ciudad alimenta este complejo, pero desde mediados de diciembre andan trabajadores e ingenieros instalando nuevos cables subterráneos para incrementar la potencia en varios cientos de kVA, inclusive me anunciaron que suspenderían el servicio del ferrocarril cuando el tendido se cruce con la vía.

Eso es todo por hoy y mientras la ciudad continúa creciendo, ya preparo para otro paseo del que les contaré mañana.

Feliz día, gracias por acompañarme.

Y según costumbre, declaro que las fotos son mías y las palabras originales escritas en español, se tradujeron con Google.

Thank!

Thank you, thank you, thank you.
Thanking three times seems to have a mystical meaning, something like thanking the Creator first, then the person who provided us with a service or was the intermediary so that we could receive it, and the third time, I don't know.
It occurs to me that perhaps we should be thankful for what we don't receive, even for what seems like evil to us.

It's like this truck stopped in front of me at the exact moment.
A must-see stop to take in this unique residential complex, called Los Silos de Dorrego.
Dorrego is the street and the silos are called because that is what they were before being transformed into residences.
When for some reason they stopped being used to store grain, someone came up with the idea of ​​transforming them, instead of knocking them down. Today they are an exclusive residence that occupies a block and are a very interesting architectural curiosity.
I am struck by the roofs that give them the appearance of houses in the air, as they have landscaped terraces, with what I imagine are some potted trees.
In the absence of a zoom, I share the view from one of the adjacent sidewalks.

Not long ago, I saw an advertisement from a real estate agency offering an apartment for rent in these buildings with an impressive living room, for the space and the view. 600 square meters, which I don't remember now if it corresponded to the main living room or the entire property. Those interested can look for more information on Google.
While I continue with my walk, looking for the tree-lined streets protected from the harsh sun.

As it is with an old two-story house with balconies and high doors that tell us of the high ceilings of yesteryear, at first glance 50% higher than the current ones.
A way to keep the environment cool without resorting to the air conditioner or the fan, although in these parts the electricity supply seems guaranteed by the neighboring substation.

I don't know how many neighborhoods in the city this complex supplies, but since mid-December workers and engineers have been installing new underground cables to increase the power by several hundred kVA, and they even announced to me that they would suspend the railway service when the line crosses the track.

That's all for today and while the city continues to grow, I'm already preparing for another walk that I'll tell you about tomorrow.

Have a nice day, thanks for joining me.

And as usual, I declare that the photos are mine and the original words written in Spanish were translated with Google.