Los últimos años que viví en Venezuela, me involucré seriamente con todo el movimiento de recolección de las tapas plásticas que se hacía con fines benéficos, pero de eso ya he hablado un par de veces en el ecosistema.
De hecho, al llegar a Argentina, me gustó ver que en algunos lugares también hacían esta actividad, por lo que quise involucrarme también en el proceso, pero lo malo es que los centros de recolección me quedaban muy lejos de casa.
Solo una sede de Starbucks que suelo visitar tenía una cesta para depositarlas, pero luego de su remodelación no la volvieron a colocar.
Pero eso no me quitó el ánimo. Decidí irlas reuniendo en casa y cuando encontrara un nuevo espacio, llevarlas todas juntas, y ese día llegó justo esta semana, pues ya había visto en un viaje previo por tren hacia capital, que habían varios contenedores para dejarlas ahí, así que aproveché una salida hacia esta zona y las llevé conmigo.
Como no entraba la bolsa en mi cartera, las llevaba en la mano, y honestamente poco me importaron las miradas impertinentes que me veían como una loca que lleva una bolsa transparente con muchas tapas de colores, sobre todo porque a pesar de ser un movimiento que está en varios lugares, pocos conocen al respecto y mucho menos su finalidad.
Yo andaba feliz con mi "maraca" improvisada hasta que llegamos a la estación Constitución, en capital, justo donde se termina el recorrido del tren desde casa. No me apuré en salir, pues uno de los contenedores está cerca de la zona de torniquetes, así que luego de dejar pasar a la gran mayoría de pasajeros, me dispuse a vaciar mi bolsa ahí, antes de seguir el recorrido hacia mi destino final.
Y lo que parecía ser mucho, realmente se diluyó entre las tapas que habían dentro, por lo que me dejó pensando en esa teoría absurda que comparte mucha gente con respecto al no accionar por cuenta propia, pensando que no harán gran diferencia, cuando la realidad es que a pesar de no verse, igualmente hay un cambio.
Por lo pronto toca reiniciar el proceso de reunirlas, lo bueno es que aunque no tenga pendientes en capital, siempre serán una buena excusa para ir a capital y darle un cambio no solo a la rutina, sino también para favorecer a diversas fundaciones que ayudan a los más necesitados.
The last years I lived in Venezuela, I got seriously involved with the whole movement of collecting plastic caps for charitable purposes, but I have already talked about it a couple of times in the ecosystem.
In fact, when I arrived in Argentina, I liked to see that in some places they also did this activity, so I wanted to get involved in the process, but the bad thing is that the collection centers were far away from home.
Only one Starbucks location that I usually visit had a basket to deposit them, but after its remodeling they did not put it back.
But that didn't dampen my spirits. I decided to gather them at home and when I found a new space, take them all together, and that day came just this week, as I had already seen on a previous train trip to the capital, that there were several containers to leave them there, so I took advantage of an outing to this area and took them with me.
As the bag did not fit in my purse, I carried them in my hand, and honestly I did not care about the impertinent looks that saw me as a crazy woman carrying a transparent bag with many colored lids, especially because despite being a movement that is in several places, few know about it and much less its purpose.
I was happily walking around with my improvised “maraca” until we arrived at Constitución station, in the capital, right where the train ends its route from home. I didn't hurry to get out, because one of the containers is near the turnstiles area, so after letting most of the passengers pass, I emptied my bag there, before continuing the journey to my final destination.
And what seemed to be a lot, was really diluted among the lids that were inside, so it left me thinking about that absurd theory that many people share regarding not acting on their own, thinking that it won't make much difference, when the reality is that despite not being seen, there is still a change.
For now it is time to restart the process of collecting them, the good thing is that even if you do not have any pending in the capital, they will always be a good excuse to go to the capital and give a change not only to the routine, but also to favor various foundations that help the needy.
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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