¡Saludos, familia de #Hiveargentina!👋
Hoy me nace escribir sobre algo que, en medio de tanto apuro, a veces olvidamos: la pausa. Esa que no siempre elegimos, pero que muchas veces necesitamos. Y no hablo solo de un descanso físico, sino de un momento de silencio interno, de reconexión. Este texto va dedicado a todos los que alguna vez sintieron que el mundo les exigía seguir, cuando lo que realmente pedía el corazón era detenerse. Que estas líneas sirvan como ese pequeño respiro que todos merecemos.🙏
"Reconocer el cansancio"
Hay días en los que no puedo más. Me levanto con la mente a mil, el cuerpo arrastrando sueños sin terminar y una lista interminable de cosas por hacer. Antes, cuando era más joven, eso no me pasaba. En esa época hacía de todo: estudiaba en la universidad, trabajaba, cumplía mil tareas y, como si fuera poco, jugaba al fútbol con una pasión que todavía hoy me emociona. Tenía los motores a full, como si no existiera el cansancio. Pero con el tiempo entendí que reconocer el agotamiento no es debilidad, sino el primer acto de amor propio. Porque no somos máquinas. No todo es producir, rendir, correr.😮💨
Hoy, con 50 años, sigo avanzando. No me considero viejo ni mucho menos. Al contrario, estoy en plena etapa de realización personal: me estoy formando, estudiando y creciendo, y eso me llena de orgullo. Pero es inevitable sentir el desgaste. En mi trabajo paso largas horas de pie, caminando de un lado a otro, con la mente funcionando al 100%. Y cuando llego a casa, lo único que quiero es acostarme un rato, cerrar los ojos y regalarme ese descanso que mi cuerpo y mi alma necesitan. Porque aunque el mundo no se detenga, yo sí puedo hacerlo. Aunque sea por un momento. Porque si no me detengo, la vida lo hará por mí, y no siempre con amabilidad. Por eso ahora, cuando siento que ya no puedo, me escucho. Me regalo una pausa. Me abrazo en el silencio. Porque detenerse también es avanzar.🧠
"La pausa no es fracaso"
Nos enseñaron que parar es perder. Que descansar es para los débiles. Que el que se detiene se queda atrás. Y por mucho tiempo yo mismo viví así, corriendo sin mirar atrás. En mi juventud, me exigía al máximo: quería cumplir con todo, no fallar, demostrar que podía con lo que viniera. Creía que si aflojaba, perdía. Pero hoy, con más camino recorrido, entendí que la pausa no es señal de derrota, sino de conciencia. 🧠
En mi Venezuela querida 🇻🇪, cuando era chico, mis viejos me decían: “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente” 🦐🌊. Y la verdad… no lo entendía del todo. Lo repetía por costumbre, pero no lo sentía. Hoy, de adulto, comprendo que todos esos refranes que nos decían eran verdad. Nuestros abuelos se las sabían todas. Pero también entiendo que, en otro contexto, es justo y necesario realizar una pausa. Porque cuando frenas con conciencia, no te lleva la corriente: te reencuentras contigo mismo.✋
Cuando freno, no abandono mis sueños; los protejo. Me doy espacio para pensar, sin ruido, sin presión. Le doy tiempo a mi mente para aclararse, a mi corazón para sanar, a mis pensamientos para alinearse con lo que realmente quiero. Es como cuando el mar parece quieto, pero por dentro sigue siendo inmenso 🌊. Así somos nosotros en la pausa: seguimos siendo poderosos, aunque estemos en silencio. No hay que temerle al silencio. Hay que honrarlo. Porque en ese instante donde no hacemos “nada”, en realidad estamos haciendo lo más importante: cuidar de nosotros. Y eso, lejos de ser una pérdida, es una ganancia incalculable. 💛
"Aprender a escucharnos"
En el ruido diario, a veces me pierdo de mí. Corro tanto cumpliendo lo externo, que olvido mis necesidades más básicas: dormir bien, alimentarme, respirar profundo, decir “No” cuando hace falta. Antes, yo era una persona a la que no le gustaba escuchar a nadie. Siempre tomaba mis propias decisiones, sin pensar mucho, y muchas veces me equivoqué. Después de eso, empecé a tener miedo al fracaso. Cada vez que tenía que tomar una decisión importante, ese temor me frenaba. Pero con el tiempo entendí que el silencio también habla… y cuando me detengo, sin celular, sin apuros, sin excusas, puedo escucharme. Y ahí es donde entiendo todo lo que vengo ignorando. Mi cuerpo me habla con dolores, mi alma me reclama con ansiedad, y mi niño interior me pide atención con silencios incómodos.🙏
Aprender a hacer pausas es también aprender a escucharnos. Recuerdo una etapa de mi vida, ya de adulto, donde tuve que tomar una de las decisiones más difíciles de mi vida: renunciar a mi trabajo estable en Venezuela, dejar todo lo conocido y venirme como inmigrante a Argentina. Fue muy duro. Tenía miedo. Mi esposa estaba aterrada. Era empezar desde cero en un país donde nadie me conocía. Pero había algo dentro de mí que me decía: “hazlo, vas por buen camino”. Era esa voz interna susurrándome al oído, guiándome con firmeza. Seguí mi instinto, di el paso y me adapté a esta nueva forma de vivir. Hoy, mi esposa y mi hijo me dicen que fue la mejor decisión que he tomado en la vida. Y yo le doy gracias a Dios todos los días por haberme escuchado a tiempo.🇦🇷
Aunque al principio da miedo enfrentar ese silencio, con el tiempo descubrí que dentro de mí, habita una voz que vale oro… y que siempre ha estado ahí, esperando que le preste atención. El ruido nos distrae, pero el silencio nos revela. Solo cuando paro, puedo sanar; cuando me escucho, puedo entender qué necesito de verdad. 🧘♂️
"Volver a empezar con más fuerza"
Después de una pausa real, no soy el mismo. Vuelvo más liviano, con ideas más claras, con el corazón más firme. La pausa me da perspectiva. Me permite ver que muchas veces, lo que creía urgente no lo era tanto, y que lo que ignoraba era lo que realmente importaba. Y me doy cuenta de que muchas veces, lo que necesitaba no era seguir empujando, sino detenerme para tomar impulso.🤍
Lo viví en carne propia. Cuando decidí emigrar y dejar atrás todo lo que conocía, no lo hice desde el impulso ni desde el ruido. Lo hice después de una pausa interna, profunda, donde evalué mi vida, mis prioridades, y entendí que había llegado el momento de empezar de nuevo. Fue ahí, en ese silencio, donde me di cuenta de que había una fuerza en mí que no conocía. Una fuerza que no venía del correr, sino de haberme detenido a mirar con claridad.🙏
La pausa no me aleja de mi camino: me prepara para recorrerlo mejor. Es como cargar una batería emocional. Cómo limpiar un lente empañado. Así que si estás agotado, frustrado o simplemente desconectado, no lo ignores. Detente. Abraza la pausa. Porque desde ahí, puedes volver a empezar. Y lo mejor: sin perderte en el camino. 💫
No tengas miedo de detenerte. A veces, la pausa no es una pérdida de tiempo, sino el momento exacto en el que todo comienza a tener sentido. Detenerte no es debilidad, es valentía. Es decir: “me elijo a mí, antes que todo lo demás”. Que este texto te sirva como un recordatorio de que no todo se trata de avanzar… a veces también se trata de respirar.👋
Gracias por leerme con el corazón abierto.🙏
👉Te leo en los comentarios con tu experiencia o reflexión.
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Greetings, family of #Hiveargentina!👋
Today I was born to write about something that, in the middle of so much rush, sometimes we forget: the pause. That one that we don't always choose, but that we often need. And I'm not just talking about a physical break, but a moment of inner silence, of reconnection. This text is dedicated to all those who have ever felt that the world demanded them to go on, when what their heart was really asking for was to stop. May these lines serve as that little respite we all deserve.🙏
“Recognizing fatigue”
There are days when I can't take it anymore. I wake up with my mind racing, my body dragging unfinished dreams and an endless list of things to do. Before, when I was younger, that didn't happen to me. At that time I did everything: I studied at the university, I worked, I fulfilled a thousand tasks and, as if that were not enough, I played soccer with a passion that still moves me today. I had my engines at full throttle, as if there was no such thing as fatigue. But with time I understood that recognizing exhaustion is not weakness, but the first act of self-love. Because we are not machines. Not everything is to produce, to perform, to run. 😮💨
Today, at the age of 50, I am still moving forward. I do not consider myself old, far from it. On the contrary, I am in a stage of personal fulfillment: I am training, studying and growing, and that fills me with pride. But it is inevitable to feel the wear and tear. In my job I spend long hours on my feet, walking from one place to another, with my mind working at 100%. And when I get home, all I want is to lie down for a while, close my eyes and give myself that rest that my body and soul need. Because even if the world doesn't stop, I can. If only for a moment. Because if I don't stop, life will stop for me, and not always with kindness. So now, when I feel like I can't anymore, I listen to myself. I gift myself a pause. I embrace myself in the silence. Because to stop is also to move forward.🧠
“Pause is not failure”
We were taught that to stop is to lose. That resting is for the weak. That he who stops is left behind. And for a long time I myself lived like that, running without looking back. In my youth, I demanded the maximum from myself: I wanted to accomplish everything, not to fail, to prove that I could handle whatever came my way. I believed that if I slacked off, I would lose. But today, with more road traveled, I understood that pause is not a sign of defeat, but of awareness. 🧠
In my beloved Venezuela 🇻🇪, when I was a kid, my parents used to tell me: "Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente ” 🦐🌊. And the truth... I didn't quite understand it. I repeated it out of habit, but I didn't feel it. Today, as an adult, I understand that all those sayings they told us were true. Our grandparents knew them all. But I also understand that, in another context, it is fair and necessary to pause. Because when you slow down with awareness, you are not carried away by the current: you find yourself again.
When I brake, I don't abandon my dreams; I protect them. I give myself space to think, without noise, without pressure. I give my mind time to clear, my heart to heal, my thoughts to align with what I really want. It's like when the sea seems still, but inside it's still immense 🌊. That's how we are in the pause: we are still powerful, even if we are silent. Silence is not to be feared. We must honor it. Because in that instant where we do “nothing”, we are actually doing the most important thing: taking care of us. And that, far from being a loss, is an incalculable gain. 💛
“Learning to listen to each other”
In the daily noise, I sometimes lose myself. I run around so much fulfilling the external, that I forget my most basic needs: to sleep well, to feed myself, to breathe deeply, to say "No ” when necessary. Before, I was a person who didn't like to listen to anyone. I always made my own decisions, without much thought, and many times I was wrong. After that, I became afraid of failure. Every time I had to make an important decision, that fear held me back. But with time I understood that silence also speaks... and when I stop, no cell phone, no rush, no excuses, I can listen to myself. And that is where I understand everything I have been ignoring. My body speaks to me with pains, my soul claims me with anxiety, and my inner child asks me for attention with uncomfortable silences.🙏
Learning to pause is also learning to listen to ourselves. I remember a stage in my life, as an adult, when I had to make one of the most difficult decisions of my life: to quit my stable job in Venezuela, leave everything I knew and come as an immigrant to Argentina. It was very hard. I was scared. My wife was terrified. It was starting from scratch in a country where nobody knew me. But there was something inside me that told me: **It was that inner voice whispering in my ear, guiding me firmly. I followed my instinct, took the plunge and adapted to this new way of living. Today, my wife and my son tell me that it was the best decision I have ever made. And I thank God every day for having listened to me in time. 🇦🇷
Although at first it is scary to face that silence, with time I discovered that inside me, there dwells a voice that is worth gold... and that has always been there, waiting for me to pay attention to it. Noise distracts us, but silence reveals us. Only when I stop, I can heal; when I listen to myself, I can understand what I really need. 🧘♂️
“Starting over stronger”
After a real break, I am not the same. I come back lighter, with clearer ideas, with a firmer heart. The pause gives me perspective. It allows me to see that many times, what I thought was urgent was not so urgent, and that what I ignored was what really mattered. And I realize that many times, what I needed was not to keep pushing, but to stop and gain momentum 🤍.
I experienced it firsthand. When I decided to emigrate and leave behind everything I knew, I didn't do it from impulse or from noise. I did it after an internal, deep pause, where I evaluated my life, my priorities, and I understood that the time had come to start again. It was there, in that silence, where I realized that there was a strength in me that I did not know. A strength that did not come from running, but from having stopped to look clearly.🙏
The pause does not take me away from my path: it prepares me to walk it better. It is like charging an emotional battery. Like cleaning a fogged lens. So if you're frazzled, frustrated or simply disconnected, don't ignore it. Stop. Embrace the pause. Because from there, you can start again. And the best part: without getting lost along the way. 💫
Don't be afraid to stop. Sometimes, the pause is not a waste of time, but the exact moment when everything starts to make sense. Stopping is not weakness, it is courage. It is saying: “I choose me, before everything else”. May this text serve you as a reminder that it's not all about moving forward... sometimes it's also about breathing.👋
Thank you for reading me with an open heart.🙏
👉I'll read you in the comments with your experience or reflection.👏
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