Pregunta 27: Un momento difícil en tu vida

Estábamos mi mama y yo a las 7 de la noche en un Hospital de la Capital de Venezuela en ese momento era para nacional hospitalario y solo atendían emergencias, llegamos a las 6 p.m. luego de viajar por 3 horas para llegar al hospital, al exponer el caso fuimos atendidas por los médicos especialista donde me dijeron que contaban con el recurso de máquinas especiales, los médicos capacitados pero “NO” con los materiales quirúrgicos para la operación, me dieron una lista de 200 personas por delante de mí mama que esperaban por la misma operación pero ya en su mayoría todos estaban ciegos y sin esperanzas, la solución que me plantearon fue donar los recursos que valían miles de dólares; ya mi madre tenia una semana que presentaba los síntomas y si se esperaba una semana más ya no habría nada que hacer.

Una vez que los médicos me dieron su diagnóstico, desprendimiento de retina de ambos ojos, salí del consultorio fuera de la vista de mi mama y de los doctores, me derrumbé en el piso y empecé a llorar desconsoladamente, entonces una mujer se me acerco me levanto del piso y me abrazo. Una extraña que nunca había visto, cuando sece de llorar me pregunto que me pasaba y me aconsejo que no perdiera las esperanzas, luego mi madre salió y me pregunto ¿qué vamos hacer? ¿A dónde vamos a ir? Yo le respondí que eso no me preocupaba podíamos dormir sentada en la sala de emergencia, que nada nos pasaría, En realidad dormir a la intemperie era la ultimo que me podía preocupar en ese momento, La joven mujer escucho la conversación y nos pregunto que de donde éramos, y si no teníamos a donde ir.

Esa noche ella nos dio posada en su humilde casa, que quedaba en la cima de un cerro, también lejos de la ciudad, nos dio cobijo y comida, mi mama durmió como nunca, ella tenía una micro cirugía para tratar de sostener el hilo del que pendían sus retinas y era prioridad que descansara y sin embargo para llegar al hospital subió escaleras, bajo corriendo, se montó en el metro que en Caracas que es todo un desafío. Esa noche yo no pude dormir nada, pero mi esperanza fue renovada y al día siguiente enfrente la vida con otra actitud y los resultados no tardaron en llegar. Las palabras de esa mujer no las recuerdo con exactitud, solo la sensación de que me había caído un baño de agua fresca, sus palabras y acciones me devolvieron la esperanza en las personas y en la misericordia de Dios.

Mi mama había sufrido desprendimiento de retina de ambos ojos, cuya operación es extremadamente costosa que ni vendiendo la casa, el carro o solicitando un préstamo bancario podíamos solventar el costo de esa operación.

Luego de ser operada fueron meses de reposo y hoy gracias a Dios ella ve, con ayuda de lentes pero recuperó su visión en un 90% un milagro de Dios y de la ciencia. Este momento fue difícil dónde supe cosas inimaginables, caminos recorridos y lugares nunca vistos, esos detalles se quedarán conmigo pues lo importante es que ese momento me enseñó que la esperanza es lo último que se puede perder.

Gracias, hoy me despido diciendo solo gracias.