En un universo circular,
lo que das, vuelve a ti en plural.
Dar y recibir se unen en una danza,
que es energía porque nunca descansa.
En donde cada acto, que es generoso regresa a ti,
para multiplicar la alegría de tu sentir.
Para que cada acción sea un sembrar de bondad,
uno donde en la cosecha solo abunde paz y unidad.
Porque en cada entrega florece un mañana,
ese donde el amor siempre se expande y se sana.
Y así, en esa danza de dar y recibir,
es que formamos parte de la magia del existir.
Esa en donde cada estrella del cielo,
es un reflejo de tu anhelo.
Una chispa de bondad,
que brilla con intensidad.
En donde el eco de tus acciones,
vuelve a tu puerta con mil bendiciones.
Una danza delicada y sin fin,
que verdaderamente nos hace sentir.
Y es que el dar y recibir,
son uno en cada existir.
Como el día y la noche,
como el arete y el broche.
Como las olas del mar,
que regresan para besar,
esa arena con suavidad,
en un eterno acariciar.
Así es el dar y recibir,
un constante fluir.
Un río de generosidad,
que prevalece en la eternidad.
Porque recibir no es solo aceptar,
es abrir nuestro corazón a esa magia,
a dejarse envolver y disfrutar,
de la belleza que nuestro universo irradia.
Así que, recuerda, la magia de compartir,
es la esencia del vivir.
Un acto de fe y esperanza,
que nos permite crear nuevas alianzas.
En cada mano de ayuda,
en cada corazón que se desnuda,
hay un pedazo de cielo,
que ilumina cada anhelo.
Y así, en esta danza circular,
Es como encontramos nuestro pedazo de cielo.
Ese lugar lleno de paz y amor,
donde florece el valor con fervor.
Porque al final del día,
lo que importa es la alegría.
El gozo de dar sin sospecha,
en una danza que siempre será compartida.
Y así, en este universo circular,
aprendemos a amar,
a dar sin esperar,
y a recibir con una gratitud singular.
Y es así como en este dar y recibir,
también encontramos nuestro existir.
Una verdad que al final es tan simple,
que nos hace invencibles.
Porque en cada acto de bondad,
se revela nuestra humanidad.
Una luz que nunca se apaga,
en este viaje que nunca se acaba.
Uno en donde el universo nos murmura en cada hecho,
que cada mano extendida es un manantial de afecto,
Y que compartir es la llave que abre puertas, para iluminar caminos,
donde juntos siempre pintaremos nuevos destinos.
Así que escucha al universo susurrar,
porque en cada gesto hay un mar de bondad.
Comenta… Comparte tu luz y calor,
Y así juntos crearemos un mundo mejor.
Uno en donde, aunque el bullicio del día a día,
a veces parezca que la esperanza está dormida,
un pequeño gesto pueda ser esa guía,
esa chispa que enciende una vida tranquila.
¿Y tú?... ¿Qué opinas de esta danza sin fin?
Exprésate en comentarios para dejar todo fluir.
- Imágen extraída de Pexels.
- Banner realizado en Canva.
- Traducción realizada con DeepL.com (versión gratuita).
English Version
In a circular universe,
what you give, comes back to you in plural.
Giving and receiving unite in a dance,
which is energy because it never rests.
Where every act, which is generous returns to you,
to multiply the joy of your feeling.
So that every action is a sowing of goodness,
one where in the harvest only peace and unity abound.
Because in each delivery a tomorrow blossoms,
one where love always expands and heals.
And so, in that dance of giving and receiving,
is that we are part of the magic of existence.
The one where every star in the sky
is a reflection of your longing.
A spark of goodness,
that shines with intensity.
Where the echo of your actions
returns to your door with a thousand blessings.
A delicate and endless dance,
that truly makes us feel.
And it is that giving and receiving
are one in every existence.
Like day and night,
like the earring and the brooch.
Like the waves of the sea
that return to kiss
that sand with softness,
in an eternal caress.
This is what it is to give and receive,
a constant flow.
A river of generosity,
that prevails in eternity.
Because to receive is not only to accept,
it is to open our heart to that magic,
to let ourselves be enveloped and enjoy,
of the beauty that our universe radiates.
So, remember, the magic of sharing,
is the essence of living.
An act of faith and hope,
that allows us to create new alliances.
In every helping hand,
in every heart that bares itself,
there is a piece of heaven,
that illuminates every yearning.
And so, in this circular dance,
Is how we find our piece of heaven.
That place full of peace and love,
Where courage blooms with fervor.
Because at the end of the day,
it's the joy that matters.
The joy of giving without suspicion,
in a dance that will always be shared.
And so, in this circular universe,
we learn to love,
to give without expectation,
and to receive with a singular gratitude.
And so it is in this giving and receiving that we also find our existence,
we also find our existence.
A truth that in the end is so simple,
that it makes us invincible.
Because in every act of kindness
our humanity is revealed.
A light that never goes out,
in this journey that never ends.
One where the universe murmurs to us in every deed,
that every outstretched hand is a wellspring of affection,
And that sharing is the key that opens doors, to illuminate paths,
Where together we will always paint new destinies.
So listen to the universe whisper,
because in every gesture there is a sea of kindness.
Comment... Share your light and warmth,
And so together we will create a better world.
One where, though the hustle and bustle of everyday life,
sometimes it may seem that hope is dormant,
a small gesture can be that guide,
that spark that ignites a peaceful life.
What about you... What do you think of this endless dance?
Express yourself in comments to let it all flow.
- Image extracted from Pexels.
- Banner made in Canva.
- Translation made with DeepL.com (free version).
