Letras, selvas, circunstancias... [Esp-Eng]
A veces, cuando estoy distante, como si viajara al desierto y permaneciera inmóvil al unísono, pienso en ti. Pienso en tus maneras de hablarme, como si arrancaras al silencio sus miedos.
Sé que eres un animal escurridizo, que te molesta lo obvio, y que te fajas a golpes contra el aburrimiento con los puños de la palabra. Pero a veces, amor, la palabra no basta. No basta descoser las verdades, mucho menos dárselas de comer a los insomnios.
Y así, mientras tu cerebro es un cubo de Rubik de las circunstancias, yo escarbo. Será porque a mí tampoco me gusta lo obvio y el sabor agridulce de tu pulso me entretiene. Hay algo extraño en la imantación de almas, en la telaraña de verbos y adjetivos que se extienden hacia ninguna parte.
Quizás porque he bebido la mitad del calendario demasiado pronto y nuestras voces se abrazan como dos fantasmas que hace mucho se dejaron de ver. Así vamos, sobre la cornisa de esta era, sazonando segundos insípidos entre los recovecos enmohecidos de la palabra.
Sé que estoy lejos aún (obvio, diría tu ego), pero también me aburro de mí de vez en cuando y salgo a buscar un monstruo hermoso. Mas (¡Qué desgracia!) todos me huelen a ti (o a como deberías oler). Por tus ojos se esconden catedrales, dedos con relicarios, tanta sombra... Pero también luz, la luz que intentas esconder a toda costa, porque has entendido que el amor también es un lujo.
Yo espero. Soy la sombra detrás de la sombra, la letra que no utilizas, el libro que te mira distante... Algunas veces esperar nos salva, pero también a veces, amor, hay que atreverse. Has bogeado todos mis continentes, conoces los rituales que me llevan a la orilla, pero cuidado (¡Oh, sabio), recuerda el grano de maíz, la verdad relativa...
Volvamos. Volvamos o vamos a escalar todos los miedos, hagamos de la selva, circunstancia. ¡Hay tantas maneras de vencer al insomnio!
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Letters, jungles, circumstances... [Esp-Eng]
Sometimes, when I am distant, as if I traveled to the desert and remained motionless in unison, I think of you. I think of your ways of speaking to me, as if you pluck out their fears from silence.
I know that you are a slippery animal, that you resent the obvious, and that you beat yourself up against boredom with the fists of the word. But sometimes, love, the word is not enough. It is not enough to sew truths, much less feed them to insomnia.
And so, while your brain is a Rubik’s cube of circumstances, I dig. It will be because I don’t like the obvious either and the bittersweet taste of your pulse entertains me. There is something strange in the magnetization of souls, in the web of verbs and adjectives that extend to nowhere.
Perhaps because I’ve drunk half the calendar too soon and our voices embrace each other like two ghosts who long ago stopped seeing each other. So we go, on the ledge of this age, seasoning insipid seconds between the musty recesses of the word.
I know I’m still far away (obviously, I would say your ego), but I also get bored of myself from time to time and go out looking for a beautiful monster. But (What a disgrace!) everyone smells of you (or how you should smell). For your eyes are hidden cathedrals, fingers with reliquaries, so much shadow... But also light, the light you try to hide at all costs, because you have understood that love is also a luxury.
hope. I am the shadow behind the shadow, the letter you do not use, the book that looks at you distant... Sometimes waiting saves us, but also sometimes, love, you have to dare. You have swept all my continents, know the rituals that take me to shore, but beware (O wise man), remember the corn grain, the relative truth...
Let’s go back. Let’s go back or climb all the fears, let’s do the jungle, circumstance. There are so many ways to overcome insomnia!
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