Hola a toda esta familia creciente de #greenzone .
Hoy renazco en estas páginas, evocada por la hiver @iriswrite que siempre nos enamora con sus convocatorias y esta vez nos incita a hablar sobre : EL RENCOR.
Para continuar con esta cadena reflexiva, quiero llamar a mis amigas @neuropoeta y @marpasifico, para que nos den su parecer sobre esta temática. Estoy segura de que tienen mucho que enseñarnos desde su experiencia.
¡¡Ahora sí!!... vamos allá: ¡El Rencor!
El rencor es un peso invisible que cargamos en el alma, un grillete que nos ata al odio y a la amargura, y que nos impide caminar descalzos por la vida. Es una cadena fría y pesada que no nos deja avanzar, porque no solo nos ancla al pasado, sino que distorsiona nuestra mirada sobre el presente y nos roba la claridad.
Cuando el rencor se instala, empieza como un murmullo en el corazón, una molestia que creemos pequeña, pero que, con el tiempo, se vuelve un sentir ascendente, casi volcánico, que nos corroe por dentro. No hay paz en una mente que rumea constantemente la herida. No hay serenidad en un corazón que, en lugar de sanar, acaricia la espina.
Yo soy una persona muy sincera. De esas que, como dice el dicho popular, prefieren “donde se cae el burro, darle los palos” antes que guardar algo adentro. No puedo vivir con palabras atrapadas en la garganta ni con sentimientos escondidos.
Amo la gente transparente, sin dobleces, que no necesita máscaras para mostrarse tal cual es. La sinceridad es, para mí, una forma de respeto.
Es cierto que decir la verdad no siempre es fácil. A veces pesa, a veces duele, y a veces es rechazada con dureza. No todo el mundo la tolera, porque la verdad es un espejo en el que no siempre queremos mirarnos. Pero aun así, creo que es mejor una verdad dolorosa que una mentira piadosa.
Ahora... —eso si— la verdad no es una piedra para lanzar sin pensar; hay que saber decirla, con tacto, con ética, con humanidad. De nada sirve tener la razón si la usamos como un cuchillo que hiere y no constructivamente.
Porque cuando no decimos la verdad y dejamos que la mentira se acomode, ocurre algo peligroso: la mentira se domestica. Se acurruca en casa como un gato que crece sin que nos demos cuenta, y un día ocupa todo el sofá. Y ahí es donde comienza el rencor. Porque callar lo que sentimos, esconder lo que nos molesta, fingir que todo está bien cuando no lo está… eso va acumulando un veneno que tarde o temprano sale, y casi nunca de la mejor forma.
El rencor es, en el fondo, un aplazamiento del conflicto. Es dejar para después lo que se debe resolver hoy. Es como vivir en una habitación sin abrir las ventanas: el aire se intoxica y poco a poco enfermamos con nuestro propio odio.
Perdonar no siempre significa reconciliarse o olvidar. A veces el perdón es simplemente dejar de cargar con algo que nos está matando por dentro. Es un acto de liberación personal. No perdonamos porque la otra persona lo merezca, sino porque nosotros merecemos la paz interna.
Yo he aprendido que la sinceridad y el perdón caminan juntos. Si digo lo que siento con respeto, no me quedo con nada adentro, y así evito que el rencor eche raíces. Prefiero mil veces una conversación incómoda hoy, que años de silencio. Hay otro dicho que recuerdo más menos así :" es preferible ponerse rojo una vez que amarillo todas las veces"jjjjjjj
El rencor no es un castigo para quien nos hirió. Es una cárcel que construimos para nosotros mismos. Y lo peor es que nosotros mismos somos los carceleros. Por eso, soltar el rencor es, de alguna forma, devolvernos la libertad.
En fin...no dejemos que una ofensa, una traición o una mentira nos robe la capacidad de ver la vida con claridad. Que no nos aten cadenas invisibles. La transparencia y la verdad, aunque a veces duelan, son el mejor antídoto contra el rencor. Porque vivir ligero, sin cargas innecesarias, es la única forma de avanzar sin que el pasado nos arrastre.
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Hello to all this growing #greenzone family. Today I am reborn in these pages, evoked by the hiver @iriswrite who always makes us fall in love with her calls and this time incites us to talk about: Grudge.
To continue with this reflective chain, I want to call my friends @neuropoeta and @marpasifico, so they can give us their opinion on this topic. I'm sure they have a lot to teach us from their experience. Now yes!!... let's go there: The Resentment!
Resentment is an invisible weight that we carry in our soul, a shackle that binds us to hatred and bitterness, and that prevents us from walking barefoot through life. It is a cold and heavy chain that does not allow us to move forward, because it not only anchors us to the past, but also distorts our view of the present and robs us of clarity.
When resentment sets in, it begins as a murmur in the heart, an annoyance that we think is small, but that, over time, becomes an ascending, almost volcanic feeling that corrodes us from the inside. There is no peace in a mind that constantly broods over the wound. There is no serenity in a heart that, instead of healing, caresses the thorn.
I am a very sincere person. The kind that, as the popular saying goes, prefers “where the donkey falls, hit him” rather than keeping something inside. I can't live with words stuck in my throat or hidden feelings.
I love transparent people, without folds, who do not need masks to show themselves as they are. Sincerity is, for me, a form of respect.
It is true that telling the truth is not always easy. Sometimes it weighs, sometimes it hurts, and sometimes it is harshly rejected. Not everyone tolerates it, because the truth is a mirror in which we do not always want to look at ourselves. But still, I think a painful truth is better than a white lie. Now... - that is - the truth is not a stone to be thrown without thinking; You have to know how to say it, with tact, with ethics, with humanity. It is useless to be right if we use it like a knife that hurts and not constructively. Because when we don't tell the truth and let the lie take hold, something dangerous happens: the lie becomes domesticated. He curls up at home like a cat that grows without us realizing it, and one day he takes up the entire sofa. And that's where the resentment begins.
Because keeping quiet about what we feel, hiding what bothers us, pretending that everything is fine when it is not... that accumulates a poison that sooner or later comes out, and almost never in the best way.
Resentment is, deep down, a postponement of conflict. It is leaving for later what must be resolved today. It's like living in a room without opening the windows: the air becomes toxic and little by little we become sick with our own hatred. Forgiveness does not always mean reconciling or forgetting.
Sometimes forgiveness is simply stopping carrying something that is killing us inside. It is an act of personal liberation. We do not forgive because the other person deserves it, but because we deserve internal peace.
I have learned that sincerity and forgiveness walk together. If I say what I feel with respect, I don't keep anything inside, and thus I prevent resentment from taking root. I would much rather have an uncomfortable conversation today than years of silence.
There is another saying that I remember more or less like this: "it is better to wear red once than yellow all the time"jjjjjj Resentment is not a punishment for those who hurt us. It's a prison we build for ourselves. And the worst thing is that we ourselves are the jailers. Therefore, letting go of resentment is, in some way, giving us back our freedom.
Anyway...let's not let an offense, a betrayal or a lie rob us of the ability to see life clearly. Let invisible chains not bind us.
Transparency and truth, although sometimes painful, are the best antidote to resentment. Because living lightly, without unnecessary burdens, is the only way to move forward without the past dragging us down.
** 🥰🙏Thank you for accompanying me here!
💫 For not clipping my wings and sustaining my flight, until the last moment.🤲🤲🫶
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