¡Hola mamis y papis de esta hermosa familia, feliz inicio de semana! He estado un tanto desaparecida en acción jajaja, las responsabilidades con el pasar del tiempo se van acrecentando a medida que Mathias va creciendo, demandando más y más tiempo, atenciones y demás, por lo que toca a veces desaparecer. Hoy vengo a hacer un poco de catarsis, aunque probablemente esto debería estarlo haciendo frente a un sicólogo para ser sincera. Hace unos días se celebró el día del amor y la amistad, de los enamorados o San Valentín, como quieran llamarlo, la verdad este día no ha sido motivo de gran celebración nunca para mí, pues lo veo como un día comercial, sin embargo, Mathias estaba superemocionado, con la fecha, tuvo un par de compartir con sus compañeritos de clases, así que estaba muy entusiasmado, yo realmente lo vi tan feliz que me enterneció; sin embargo, lo que sucedió ese día, no fue para nada cómodo para mí, y me advirtió que más momentos incómodos vendrán para mí.



Mientras conversábamos sobre las actividades en su escuela y en sus tareas dirigidas, alusivas al día del amor y la amistad, él me preguntó inocentemente, ¿si alguna vez, yo, me había enamorado? Podrán comprender que quedé helada, pues esto es algo de lo cual nunca habíamos conversado, y que supone más preguntas incómodas para mí, en lo sucesivo, obviamente le respondí que sí, y que probablemente lo hice en más de una oportunidad, de momento él me vio con cara de felicidad, me dio un besito y me dijo que me amaba, que él estaba enamorado de mí, jajaja probablemente todos como hijos hemos hecho esto con nuestros padres. Acto seguido, respire profundo, y les juro que lo que quería era cambiar drásticamente el tema, pero, como lo conozco muy bien, sé que se pondría intenso a preguntar quién sabe qué.



Hace unos meses, recuerdo que la maestra de tareas dirigidas, me llamo por teléfono una tarde mientras Mathias estaba con ella, para preguntarme el nombre de su papá, pues su tarea de la escuela, le pedía que escribiera el nombre de su mamá y el de su papá, él peleaba con la maestra porque le daba el nombre de mi papá, a lo que ella le refutaba que él era su abuelo, que le pedían era el nombre de su papá, a lo que le respondí, que esa era la respuesta que ella buscaba, pues mi padre, para Mathias es su papá, o su papi, como con tanto amor y cariño él le dice, me toco explicarle eso a la maestra y decirle que, no había otra respuesta para esa pregunta, pues en la vida de Mathias, no ha existido otra persona con esa figura para él, desde ese día, supe que cada vez falta menos para que llegue la conversación más incómoda que probablemente tenga en mi vida.



Otro de los pensamientos que me han hecho sentir culpable estos últimos días, es que vivo exigiéndole a Mathias que no diga mentiras, que sea un niño sincero, que las mentiras son malas, y todas esas cantaletas, cuando yo durante tanto tiempo le he estado ocultando la verdad sobre su origen, haciéndome pensar que, debo ser yo la que dé, el primer paso para esa conversación incómoda, pues estoy segura de que, dejar que sea el quién busque o inicie esa conversación, va a generar rencor o malos sentimientos hacia mí, pues, aunque lo que le oculto, lo hago para no generar inseguridades o pensamientos negativos en él, al final de cuentas le estoy mintiendo y haciendo todo lo que no quiero que él haga. De momento solo me queda armarme de valor, e ir acomodando el terreno, pues esto es algo que debe pasar más temprano que tarde, ya les contaré como me va con eso.



_{Imágenes de mi propiedad, tomadas con mi teléfono Redmi Note 9S, con la aplicación Snapchat, sin edición.}

Gracias por tomarse el tiempo de leer esta publicación, si tiene alguna pregunta, crítica o sugerencia, le agradecería dejármela en la caja de comentarios, y recuerda, ¡Tú también puedes hacer magia en la cocina y a dondequiera que vayas!

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