ESPAÑOL
Es duro darse cuenta que la mujer que me trajo al mundo, la que me parió, la que me dió de comer, esa que me cuidaba de día y de noche, en las buenas y malas, la que me aconsejaba y me regañaba, la que se la jugo todo por mi y por mis hermanos está envejeciendo y ya no es la misma.
Se que, todas las personas pasamos por etapas del desarrollo, nacemos, crecemos, nos desarrollamos, nos volvemos adultos, damos vida, viene nuestra longevidad y luego de ellos nuestra muerte, de esta última no se salva nadie, y a mi punto de vista es maravilloso pasar por estas etapas, dónde se va dejando huellas, pero también es duro ver qué mi madre, ya con una edad avanzada no tenga una buena calidad de vida en este momento.
Mi querida madre, Margot Izarra de 86 años de edad, quien en conjunto con mi padre Evencio Díaz (+) tuvo 5 hijos, 3 hembras y 2 varones, dando lo mejor posible para levantarnos a cada uno.
Hace poco más de un año, a raíz de la muerte de mi padre, le diagnosticaron demencia senil, eso hace que las cosas de la vida diaria se le dificulte hacerlo de manera precisa, se le olvidan muchas cosas y otras las hace sin sentido alguno, esto ha llevado a qué tanto mis hermanos como yo realicemos diversos turnos para estar con ella y no dejarla sola sobretodo en las noches.
Sin embargo, las cosas malas pasan en fracciones de segundos, hace 2 semanas me quedé con ella en la noche y en la madrugada sin darme cuenta mi mamá se levantó, mi mayor miedo comenzó cuando escuché ese terrible grito de dolor en medio del silencio nocturno, apenas corrí a verla mi mamá está en el piso, gritando por dolor ya que se había caído, solo y desesperado pensé que se había golpeado fuerte, la levanté y como pude la llevé va su cama, pero con cada movimiento la intensidad de los gritos iban aumentando, por supuesto no podía dejarla sola para pedir ayuda, en la parte donde vive no hay cobertura ni siquiera para poder enviar un mensaje, así que me tocó esperar al lado de mi madre que amaneciera para poder hacer algo.
Cuando comencé a oír voces de los vecinos saliendo de su casa, pedí ayuda para que vigilarán a mi madre por un instante para poder ir a buscar a mi hermano que vive cerca y así el se podía quedar con ella mientras yo conseguía un médico, paramédico o una ambulancia que me ayudara a trasladarla.
Cuando logré encontrar un médico que me acompañará para la casa de mi mamá y la examinara, este me dijo que podía ser una fractura de fémur o de cadera, tenía que encontrar una ambulancia rápido para que la trasladarán al hospital más cercano y así realizarle una radiografia, pues así fue, cuando le realizan la primera, la misma revela que en efecto es una fractura de de fémur levemente desplazada, para lo cual colocaron una especie de vendaje para inmovilizar la pierna y que el hueso tomara su lugar (palabras textuales del doctor).
Luego de esto, nos regresamos con mi mamá para su casa, los doctores no quisieron hospitalizarla, pero el miedo volvió cuando le dió una crisis de demencia y empezó a quitarse todo el vendaje, alegando que ella tenía calor, incluso trato de levantarse de la cama, pero el dolor no la dejó, presumimos que se le había olvidado por todo lo que pasó, por ende tuvimos que sacarla nuevamente al doctor y a realizarle otra radiografía, está reveló que el hueso se desplazo muchísimo más, así que hubo que realizarle una tracción para llevar las dos partes del hueso partido a una sola y volver a venderla.
A raíz de esto se realizó una junta médica, dónde se colocaron de acuerdo, el traumatólogo quien dice que hay que operar urgentemente, el cardiólogo, ya que por su patología cardiológica es delicada la operacion y por último el anestesiólogo ya que por su avanzada edad y diversas patologías el debe estar presente en todo momento, todos llegando a la conclusión que si se puede operar.
Ahora nos toca reunir los insumos que me piden en el hospital, que como muchos saben para poder operar a alguien acá en Venezuela piden hasta un frasco de alcohol.
A la familia no nos ha tocado fácil, pero es una prueba que estamos enfrentando juntos, y que con Fé en Dios saldremos victoriosos.
He estado en un nivel alto de estrés, escribir y plasmar acerca de todo esto me ayuda a drenar un poco, ya que pienso que debo darle fuerza a mis hermanos y en estos momentos no debo desmayar, así que esto me ha ayudado como catarsis.
Saludos, abrazos y bendiciones a cada unos de mis compañeros.
ENGLISH
It is hard to realize that the woman who brought me into the world, the one who gave birth to me, the one who fed me, the one who took care of me day and night, in good times and bad, the one who gave me advice and scolded me, the one who did everything for me and my siblings is getting older and is no longer the same.
I know that all people go through stages of development, we are born, we grow, we develop, we become adults, we give life, we live, we live long and after them comes our death, nobody is saved from the latter, and from my point of view it is wonderful to go through these stages, where we leave traces, but it is also hard to see that my mother, already at an advanced age, does not have a good quality of life at this moment.
My dear mother, Margot Izarra, 86 years old, who together with my father Evencio Diaz (+) had 5 children, 3 girls and 2 boys, giving their best to raise each one of us.
A little over a year ago, following the death of my father, she was diagnosed with senile dementia, that makes it difficult for her to do things in daily life accurately, she forgets many things and others she does without any sense, this has led both my brothers and I to take several shifts to be with her and not leave her alone especially at night.
However, bad things happen in fractions of seconds, 2 weeks ago I stayed with her at night and in the early morning without realizing my mom got up, my biggest fear began when I heard that terrible scream of pain in the middle of the night silence, as soon as I ran to see her my mom is on the floor, screaming in pain because she had fallen, alone and desperate I thought she had hit herself hard, I picked her up and as I could I took her to her bed, but with every movement the intensity of the screams increased, of course I could not leave her alone to ask for help, in the area where she lives there is no coverage even to send a message, so I had to wait next to my mother for the sunrise to be able to do something.
When I started to hear the voices of the neighbors coming out of their house, I asked for help to watch my mother for a moment so I could go to my brother who lives nearby and he could stay with her while I got a doctor, paramedic or an ambulance to help me move her.
When I managed to find a doctor who would accompany me to my mom's house and examine her, he told me that it could be a femur or hip fracture, I had to find an ambulance quickly so they could take her to the nearest hospital and perform an x-ray, and so it was, when they performed the first one, it revealed that it was indeed a fracture of the femur slightly displaced, for which they placed a kind of bandage to immobilize the leg and that the bone would take its place (the doctor's exact words).
After this, we returned home with my mom, the doctors did not want to hospitalize her, but the fear returned when she had a dementia crisis and started to take off all the bandage, claiming that she was hot, she even tried to get out of bed, but the pain did not let her, We presumed that she had forgotten everything that had happened, so we had to take her back to the doctor and take another x-ray, which revealed that the bone was much more displaced, so we had to make a traction to bring the two parts of the broken bone to one and sell it again.
As a result of this, a medical meeting was held, where they agreed, the traumatologist who said that it is necessary to operate urgently, the cardiologist, because of his cardiac pathology, the operation is delicate and finally the anesthesiologist because of his advanced age and various pathologies he must be present at all times, all coming to the conclusion that it is possible to operate.
Now we have to gather the supplies that they ask me in the hospital, as many know, to be able to operate someone here in Venezuela they even ask for a bottle of alcohol.
It has not been easy for the family, but it is a test that we are facing together, and with faith in God we will be victorious.
I have been in a high level of stress, writing and writing about all this helps me to drain a little, as I think I must give strength to my brothers and sisters and in these moments I must not faint, so this has helped me as a catharsis.