Fotografía de mi propiedadDicen que el cuidado es algo que hacemos casi sin pensarlo, como respirar o parpadear. Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en lo que realmente significa cuidar? Yo lo hice un día cualquiera, mientras sostenía la manito de mi hijo Ignacio en medio de una noche silenciosa, donde el sonido de su respiración era mi música de fondo, era muy pequeñito, del tamaño de una regla y apenas se sentía al respirar, por lo que había que escuchar con mucho cuidado y yo necesitaba escucharlo para poder calmar mi ansiedad y saber que ambos estábamos vivos..
Ese instante me golpeó con una realización: cuidar no es solo una acción, es una forma de existir. Es ese lazo invisible que conecta cada ser vivo, humano o no humano, en una red de interdependencia. Cuidar es el suspiro que damos al ver una planta marchitarse y la decisión de regarla, el gesto de sostener la puerta para alguien más, o incluso el acto de detenernos a escuchar sin prisa.
Fotografía de mi propiedadA veces pensamos que el cuidado está reservado para los grandes gestos heroicos, pero la verdad es que vive en lo cotidiano. Está en preparar una taza de té caliente para quien tuvo un mal día, en el mensaje que envías para saber si alguien llegó bien a casa, en el respeto que mostramos hacia el planeta cuando reciclamos o apagamos una luz innecesaria.
Aprendí que cuidar también es reconocer que no somos islas. Somos parte de un todo que se sostiene cuando entendemos que la vida no se construye desde la independencia absoluta, sino desde la interdependencia. Lo que hago (o dejo de hacer) tiene un eco en el mundo, como una piedra lanzada en un lago que crea olas más allá de donde cayó.
Así que hoy te invito a mirar alrededor. Busca esos pequeños momentos en los que el cuidado se esconde, esperando ser visto, valorado y multiplicado. Porque cuidar no es una carga, es un superpoder que todos tenemos. Y cuando lo usamos, no solo protegemos la vida; la transformamos.
English version
Photograph of my propertyThey say that caring is something we do almost without thinking, like breathing or blinking. But have you ever stopped to think about what it really means to care? I did one ordinary day, while holding my son Ignacio's little hand in the middle of a silent night, where the sound of his breathing was my background music. He was so tiny, the size of a ruler, and his breathing was barely noticeable, so I had to listen very carefully. I needed to hear it to calm my anxiety and know that we were both alive.
That moment hit me with a realization: caring is not just an action; it’s a way of existing. It’s that invisible thread that connects every living being, human or non-human, in a web of interdependence. Caring is the sigh we let out when we see a plant withering and the decision to water it, the gesture of holding the door open for someone else, or even the act of stopping to listen without rushing.
Photograph of my propertySometimes we think that caring is reserved for grand heroic gestures, but the truth is, it lives in the everyday. It’s in preparing a cup of hot tea for someone who had a bad day, in the message you send to check if someone got home safely, in the respect we show the planet when we recycle or turn off an unnecessary light.
I learned that caring is also recognizing that we are not islands. We are part of a whole that is sustained when we understand that life is not built on absolute independence but on interdependence. What I do (or don’t do) echoes in the world, like a stone thrown into a lake that creates ripples far beyond where it landed.
So today, I invite you to look around. Seek out those small moments where care hides, waiting to be seen, valued, and multiplied. Because caring is not a burden; it’s a superpower we all have. And when we use it, we don’t just protect life; we transform it.
