Con este testimonio de superación personal, diatribas, problemas, situaciones complejas y despotricar de todo lo que en mi vida ocurre paso a darles un breve recorrido de una etapa en mi vida y de como he ido creciendo y desarrollando mi bienestar y salud integral incluida la vitamina FE

Ser una mujer de fe me convierte en una mujer imparable, indetenible, no perfecta, integra y humana

Estudié en un colegio de monjas. Todos los días nos reunían en la plaza central de colegio antes de entrar a clases y rezábamos El Rosario completo.

Todas uniformadas iguales, con el pelo recogido, uñas bien cortas , medias hasta la rodilla y el ruedo de la falda del uniforme cinco(5) dedos por debajo de la rodilla.

La verdad rezar el rosario me aburría y es que a veces no entendía ese momento, repetir, repetir y oraciones vacías que tenía que hacer con obligatoriedad, eso me daba flojera porque era a las 6 am todos los días de lunes a lunes y a esa hora todavía tenía sueño. Las clases comenzaban a las 7 am

A medida que crecía y me pasaban cosas, muchas situaciones iban quedando sin respuesta y toda mi ira y frustración la descargaba hablándole a un cuadro del “Sagrado Corazón de Jesús” que estaba en la sala de estar de mi casa.

Frente a ese cuadro lloraba, me quejaba, imploraba, reclamaba y hasta retaba. El tiempo seguía su camino y las conversaciones se volvieron más amenas e incluso, las hacía desde otros escenarios.

Era una joven adolescente en ese entonces y sabía que Dios me escuchaba desde cualquier lugar. En esos momentos fue cuando me di cuenta de que debía confiar en su omnipresencia, omnipotencia y omnisciencia, porque fue cuando comprendí que Dios está dentro de mí, entonces fue cuando aprendí a Confiar, y creer en mi Fe.

Primero aprendí a acudir a él en mis momentos de angustia y desespero. Aprendí a descargar en él mis tribulaciones e incertidumbres. De manera misteriosa siempre me ha mostrado el camino, siempre me ha guiado, aun cuando algunos me señalen cómo “Pecadora”.(No soy perfecta, solo humana).

Ahora acudo muy poco a él para que me ayude a pasar las penas, más bien lo hago cuando estoy muy feliz y me pasan cosas maravillosas.

Es un agradecimiento constante por esos momentos maravillosos y de luz que me permite vivir.

Es algo así como una fe ciega de que siempre me muestra el camino, que siempre me da las herramientas para “resolver”, me ayuda a encontrar la forma de salir adelante y avanzar para enfocarme en lo que es prioritario y valioso para mí vivir.

Me gustan todas las devociones, las respeto, soy de todas y de ninguna. Creo que cada religiosidad tiene un pedazo del lago de la verdad y desde ese punto de vista yo únicamente me abro al conocimiento y amor infinito que me ofrecen cada una de ellas.

Hablo de esto porque con la pandemia ¡Se detuvo el planeta! Y mi mundo personal, ya que siempre estaba en un corrí, y corre, trabajando, entrando, saliendo, apurada, distraída, viviendo muy a prisa, producto del urgente de inmediato y con este virus todo se acabó. ¡Ceso!

Esta crisis mundial de salud me dejo casi sin aliento y todo lo que apremiaba dejo de ser vital por la necesidad que implicaba, cuidarme, cuidar de los míos ¡VIVIR!.

He perdido muchas cosas: salud, libertad, trabajo, amigos, familiares... la rabia y la tristeza mantenida en el tiempo me han hecho mucho daño y quienes me rodean.

Comprendí en ese momento lo simple que es atesorar las pequeñas cosas, lo extraordinarias que son más allá de lo habitual “La FE me fortaleció como ser humano y mujer que soy.”

Todo lo ocurrido en ese tiempo de pandemia (la que aún no termina) me trajo al presente despejando tanta incertidumbre ante lo desconocido con frases potenciadores en la actualidad forman parte de mi dieta espiritual, mental y física.

Janitze “Solo, perdona, respira, presérvate, agradece”. Les recuerdo mis estimados "hivers lectores" que todo es temporal y valioso, así que les invito a que practiquen esta dieta: cero quejas, desesperanza, pensamientos negativos, es la mejor nutrición para la salud mental e integral.

Esto significa que mi superación personal llega con la hora de activarme más allá de la espiritualidad, para desarrollar bien mi enfoque de bienestar integral, pues soy un cuerpo con alma perfectamente diseñada.

Esto no es solo un momento de gratitud, es también una razón para animarme a participar activamente en la construcción de mi bienestar.

He dejado de ser tan estricta conmigo misma, tengo momentos malos y eso es normal. Esta dieta la he probado, práctico y me funciona, sin duda alguna seguirla al pie de la letra no resulta tarea fácil.

Los alimentos esenciales y nutricionales están al alcance de todos y son gratuitos como el amor de Dios, el que necesitamos todos los días de nuestra vida para llevar un camino lleno de esperanza, de fe, convencidos de que todo lo podemos en EL que nos fortalece aún en los momentos más difíciles.