
Este viernes se estrenó el último de nueve (9) episodios que conformaron la primera y muy probable única temporada de WandaVision, serie del Universo Cinematográfico de Marvel que sigue la vida de Wanda Maximoff luego de los tristes acontecimientos de Infinity War y Endgame.
Más que un despliegue de hipótesis sobre la serie y el cómo se relaciona con los cómics o futuros proyectos del UCM, quiero hablarles del contenido psicológico que nos trae la historia de Wanda.
Elizabeth Olsen, quien interpreta a Wanda, nos regala una actuación impecable mientras nos transmite la inmensurable tristeza de la protagonista luego de perder a Vision, su pareja y gran amor.

En 9 episodios vemos condensados el dolor, los recuerdos y las etapas de duelo experimentadas tras una perdida.
Recordemos que el duelo es una respuesta emocional ante una pérdida significativa (ya sea muerte, separación, abandono) y a la vez es un proceso adaptativo, un acontecimiento inevitable que es elaborado y vivido de forma distinta por cada individuo.
Así mismo, diversos autores señalan que las etapas de duelo son: negación, rabia/ira, negociación, depresión y aceptación.

Wanda experimenta cada uno de ellas. Y no de forma lineal. Porque el duelo, el dolor y el llegar a la aceptación no es un camino o proceso fácil. Toma tiempo e implica sentir. Sentir el dolor, revivirlo hasta integrarlo, hasta que duela menos, hasta sanarlo o hasta hacerlo soportable.
A su ritmo, Wanda afronta el dolor, la tristeza. En el camino, deja atrás la realidad que había creado, que la tenía atada a la negación, a la tristeza intensa y prolongada; y lejos de la aceptación, de la posibilidad de seguir adelante.

Me conmovió muchísimo (y lloré el doble) con la despedida entre Wanda y los niños, como también con la de Vision. La manera en la que describió lo que él era... Allí Wanda no solo fue honesta con él, sino con ella misma, tuvo un cierre después de tanto dolor.

Y aunque el dolor no se va, pues puede mantenerse... Tener un cierre implica la aceptación de la pérdida y es una oportunidad para continuar.
Otro punto importante a resaltar es que Wanda se moviliza por sí misma y por un bien mayor: la población de WestView, esas personas que estaban ancladas a sus órdenes, a su sentir, uno que resultaba doloroso para ella y para todos.
Cuando Mónica le menciona que nunca sabrán lo que ella sacrificó por ellos, tiene tanta razón. Sin embargo, el daño causado puede más que ver la situación de Wanda desde su perspectiva. Esos somos nosotros, que empatizamos con ella porque experimentamos la historia a través de sus ojos.

Con WandaVision tuvimos la oportunidad de entender a un alma herida, el proceso de duelo y uno de los mecanismos para afrontarlo, o para evitar sentir el dolor de la pérdida y quedarse en la etapa de negación (el crear una realidad alternativa es un ejemplo que encaja aquí, y no, esto no es exclusivo de Wanda, también puede ocurrir cuando alguien delira). Lo sentí como un ejercicio para entender y empatizar, para acompañar con respeto hasta que el otro esté preparado para aceptar la ausencia perenne.
Para mí, por su valioso contenido psicológico, es una serie imperdible y que vale cada segundo que uno puede pasar viéndola.
¿Y tú ya la viste? ¿Qué te pareció?
A ti que llegaste hasta aquí, gracias por leer.
Todos los gifs usados en este post pertenecen a Disney y demás creadores de WandaVision, así mismo, fueron encontrados en Giphy, Tenor y Twitter.