El juego del Calamar es una serie surcoreana de drama, suspenso y gore, escrita y dirigida por Hwang Dong-hyuk para el servicio de distribución y streaming de películas y series Netflix. Fue estrenada el 17 de septiembre de este año, con una temporada (aparentemente) de nueve capítulos de aproximadamente una hora. Está protagonizada por Lee Jung-jae como Seong Gi-hun, Park Hae-soo como Cho Sang-woo, Oh Yeong-su como Oh Il-nam y HoYeon Jung como Kang Sae-byeok.

En primera instancia, la serie nos explica porque se llama “El juego del Calamar”. Un hombre llamado Seong Gi-hun, debe pagar una tremenda deuda que pone en riesgo su vida. El sujeto es un divorciado que vive con su madre y usa su dinero para apostar en los hipódromos. Al ver que su vida se derrumba, conoce a un hombre extraño que le invita a jugar un juego infantil con él por dinero. Después de varios intentos le gana, después el sujeto lo invita a participar en una serie de juegos donde podrá ganar mucho más dinero y así saldar su deuda. Seong Gi-hun accede y aquí es donde comienza lo bueno.

Siempre me han gustado las historias con un misterio y una trama que no sabes que esperar, tanto en Alice in Borderland como El juego del Calamar, cumplen con este ambiente, aunque la primera supera a la otra en ese aspecto, porque todavía no terminan de explicarnos: ¿Que rayos está pasando ahí?, sin embargo, eso le suma a su atractivo y con las ansias puestas para su anhelado regreso (eso espero).

Lo primero que debemos notar en su similitud es la historia, y los aspectos en la personalidad de los personajes protagonistas. Los asiáticos sí que saben crear buenos personajes, aunque pensarán que esto es solo un elemento racial; que no tiene mucho que ver, tiene mucha importancia y además es general, no que una sea japonesa y la otra coreana.

El protagonista principal en ambas series es muy similar el uno al otro, ambos son considerados “Parias” en una sociedad donde debes esforzarte para ser alguien en la vida. No tienen dinero, tienen problemas familiares, y solo buscan una oportunidad para sobresalir y liberarse del estrés de sus situaciones. Una diferencia entre ambas series, es que Seong Gi-hun (El juego del calamar), entra voluntariamente a los juegos para cambiar su vida, en cambio Arisu (Alice in Borderland), todavía no se sabe cómo él y sus amigos aparecieron en ese macabro mundo de juegos de repente, y esa es una de las cosas que me rompieron la cabeza en esta serie japonesa: ¿Cuándo diablos van a explicarnos como llegaron ellos ahí?

Bien, dejando a un lado esos misterios, tomemos en cuenta la comparación. Ambas series están basadas en unos juegos, en los que todos sus participantes deberán ganar para sobrevivir, ya que solo tienes una oportunidad para escapar o ganarte el premio mayor. Ambas series están cargadas de intenso drama. El horror, la desesperación, la traición, el instinto de supervivencia, todo un coctel de emociones y situaciones en que ambas series nos dejan enganchados. También cabe destacar la potencia del gore en las dos, de verdad que es repugnantemente magistral. Lo dije antes y lo diré de nuevo pero de otra forma: Es un aspecto bastante particular en el cine de terror asiático.

Sin embargo, aunque son muy similares, Alice in bordeland no recibió el nivel de popularidad que su homónima coreana, ¿por qué?, digamos que no es así, ha pasado mucho tiempo desde el estreno de la primera temporada de Alice in borderland y hoy en día hay cada vez más personas que poseen Netflix en sus casas, incluso en sus celulares. Tan solo tienes que abrir la aplicación para ver que está en tendencia, sabemos que es así de simple.

Otro elemento a considerar podría ser la trama. En Alice in Borderland hay mucho misterio, que se va gestando, sin revelarse demasiado durante toda la historia hasta llegar a ese final abierto que nos dejó locos a todos sus fans. En cambio, en El juego del Calamar, el misterio se va desvelando gradualmente hasta entender toda la historia, sin embargo, nos deja un final abierto innecesario ya que la serie no necesita una segunda temporada, pero bueno, de ser así, espero que sea tan buena como la primera.

Ambas series son excelentes en cuanto historia, efectos y actuaciones. Saben cómo llevar la humanidad en ese tipo de situaciones, jugando con un caldo de emociones tanto en pantalla como con las nuestras. Sí, evidentemente, tienen sus diferencias, no es porque sean asiáticas deba ser iguales, aunque esta combinación perpleja es fortuita y en una sociedad donde poco a poco se desvanece el tabú de ver series gore, el éxito y la popularidad se van acumulando hasta crear obras maestras sin límite en creatividad. Si no has visto alguna de las dos, recomiendo que lo hagas, especialmente si te gusta este tipo de drama y sadismo dentro del cine.