Synopsis: A group of friends discover a way to conjure spirits through an ancient artifact, but when the sessions get out of hand, spiritually strange things start to happen.
Managing to entertain the audience efficiently and at the same time, avoiding the obvious is one of the most complicated missions in the scripts in recent horror movies. Within a formula where everything always seems to be the same, and full of the same clichés, delivering something with more originality is a great challenge. Fortunately, here is a good example of how to make a horror story (on a low budget) work in a very fluid, immersive way (in a subjective way, because the script opts for this approach) and inviting in the way it informs its narrative.
Seduced by the idea of conjuring spirits very easily, a group of teenagers are addicted to delving into unknown spiritual frontiers. Playing with fire to the point where they don't know where they can get burned (and here the script shows the very futile behavior of a young society in search of inconsequential adventures), one of them crosses the limit of what is considered acceptable and during another session, an important rule is broken, opening a door to a world full of mysteries. Now, they will need to find a way to resolve this.
There is a convergence between two worlds, the side of good and the side of evil. At the center of it all is Mia, a teenager who is trying to recover from her mother's death, while experiencing a troubled relationship with her father (because she believes he is hiding some secret from her in relation to her mother). Once she discovers that it would be possible to talk to her own mother through spiritual sessions, she becomes obsessed with this idea and does not consider the consequences of her actions in yet another meeting with her friends. The result of this is much more disturbing than she could have imagined.
The script is quick in the message it wants to convey and shows a quick narrative, although not always efficient due to the lack of explanations (in fact, it is important to mention here that there is an explicit subjectivity in the story to maintain a higher level of expectation in relation to the mystery of the story). plot, which directs the project towards a possible sequel). On the other hand, this adds curious elements to the development of events, which gradually have an interesting depth (but always orbiting in certain situations that are not always completely explained).
Focusing on themes such as friendship, depression, difficulty overcoming losses and suicide, the script uses this more spiritual side to create new connections with these themes. In this sense, there is a conversion of ideas that works very well because the plot manages to create a relatively dramatic arc within a teenage universe, but on the opposite side of the same coin, the insistence on presenting vague elements in the plot (such as the origin of the embalmed hand mysterious that works as a tool to conjure spirits) undermines the quality of the entire final result.
Another divergent point in the script is precisely the character set, which including the protagonist herself, lacks development (despite having some very positive points considering the movie as a whole). However, the script manages to insert them into other narratives that manage to make them functional pieces within the plot. Sophie Wilde leads a group of apathetic teenagers, but she shows more emotional control and delivers a good performance (the same cannot be said for the rest of the cast) within a project that is not as demanding.
The key point that is responsible for making this movie a different project is precisely the dramatic approach and a narrative contextualized in the midst of the spiritual dilemma presented within the futile universe of the vast majority of teenagers. This type of direction in horror projects is usually something done in stupid ways and here it is treated with a little more “seriousness” within what the project believes is important. Everything is assertive with the most different look at social relations today amid the search for acceptance or recognition.
Technically well done and with great practical effects, in addition to having a good soundtrack, Talk to Me is directed by brothers Danny Philippou and Michael Philippou with an elementary property (not about the spiritual theme, but about the chosen narrative issue, which works almost like update of teenage supernatural horror), and it is also important to mention how they manage to construct disturbing scenes with so little money, showing the efficiency of good ideas at the expense of million-dollar budgets. A little “gem” lost in horror movies.
Sinopsis: Un grupo de amigos descubre una manera de conjurar espíritus a través de un antiguo artefacto, pero cuando las sesiones se salen de control, empiezan a suceder cosas espiritualmente extrañas.
Conseguir entretener al público de forma eficaz y al mismo tiempo evitar lo obvio es una de las misiones más complicadas de los guiones de las películas de terror recientes. Dentro de una fórmula donde todo parece siempre igual y llena de los mismos clichés, entregar algo con más originalidad es un gran desafío. Afortunadamente, he aquí un buen ejemplo de cómo hacer que una historia de terror (con un presupuesto bajo) funcione de una manera muy fluida, inmersiva (de manera subjetiva, porque el guión opta por este enfoque) y atractiva en la forma en que informa a sus protagonistas. narrativo.
Seducidos por la idea de conjurar espíritus con mucha facilidad, un grupo de adolescentes se vuelven adictos a profundizar en fronteras espirituales desconocidas. Jugando con fuego hasta el punto de no saber dónde pueden quemarse (y aquí el guión muestra el comportamiento muy inútil de una sociedad joven en busca de aventuras intrascendentes), uno de ellos cruza el límite de lo que se considera aceptable y durante otra sesión, se rompe una regla importante, abriéndose una puerta a un mundo lleno de misterios. Ahora tendrán que encontrar una manera de resolver esto.
Hay una convergencia entre dos mundos, el lado del bien y el lado del mal. En el centro de todo está Mia, una adolescente que intenta recuperarse de la muerte de su madre, mientras experimenta una relación problemática con su padre (porque cree que él le oculta algún secreto en relación con su madre). Una vez que descubre que sería posible hablar con su propia madre a través de sesiones espirituales, se obsesiona con esta idea y no considera las consecuencias de sus acciones en un encuentro más con sus amigas. El resultado de esto es mucho más inquietante de lo que podría haber imaginado.
El guión es veloz en el mensaje que quiere transmitir y muestra una narrativa rápida, aunque no siempre eficiente por la falta de explicaciones (de hecho, es importante mencionar aquí que hay una subjetividad explícita en la historia para mantener una mayor nivel de expectativa en relación al misterio de la historia), trama, que orienta el proyecto hacia una posible secuela). Por otro lado, esto añade elementos curiosos al desarrollo de los acontecimientos, que poco a poco van teniendo una profundidad interesante (pero siempre orbitando en determinadas situaciones que no siempre se explican del todo).
Centrándose en temas como la amistad, la depresión, la dificultad para superar las pérdidas y el suicidio, el guión utiliza este lado más espiritual para crear nuevas conexiones con estos temas. En este sentido, hay una conversión de ideas que funciona muy bien porque la trama logra crear un arco relativamente dramático dentro de un universo adolescente, pero en la cara opuesta de la misma moneda, la insistencia en presentar elementos vagos en la trama (como como el origen de la misteriosa mano embalsamada que funciona como herramienta para conjurar espíritus) socava la calidad de todo el resultado final.
Otro punto divergente del guión es precisamente el conjunto de personajes, que incluida la propia protagonista, carece de desarrollo (a pesar de tener algunos puntos muy positivos considerando la película en su conjunto). Sin embargo, el guion logra insertarlos en otras narrativas que logran convertirlos en piezas funcionales dentro de la trama. Sophie Wilde lidera un grupo de adolescentes apáticos, pero muestra más control emocional y realiza una buena actuación (no se puede decir lo mismo del resto del reparto) dentro de un proyecto no tan exigente.
El punto clave que se encarga de hacer de esta película un proyecto diferente es precisamente el enfoque dramático y una narrativa contextualizada en medio del dilema espiritual que se presenta dentro del universo fútil de la gran mayoría de los adolescentes. Este tipo de dirección en proyectos de terror suele ser algo hecho de maneras estúpidas y aquí se trata con un poco más de “seriedad” dentro de lo que el proyecto cree que es importante. Todo es asertivo con la mirada más diferente a las relaciones sociales hoy en medio de la búsqueda de aceptación o reconocimiento.
Técnicamente bien hecho y con grandes efectos prácticos, además de tener una buena banda sonora, Háblame está dirigido por los hermanos Danny Philippou y Michael Philippou con una propiedad elemental (no sobre el tema espiritual, sino sobre el tema narrativo elegido, que funciona casi como actualización de terror sobrenatural adolescente), y también es importante mencionar cómo logran construir escenas inquietantes con tan poco dinero, demostrando la eficacia de las buenas ideas a costa de presupuestos millonarios. Una pequeña “joya” perdida en el cine de terror.
Sinopse: Um grupo de amigos descobre uma maneira de conjurar espíritos através de um artefato antigo, mas quando as sessões saem do limite, coisas espiritualmente estranhas começam a acontecer.
Conseguir entreter o público de forma eficiente e ao mesmo tempo, fugir do óbvio é uma das missões mais complicadas dos roteiros nos filmes de horror mais recentes. Dentro de uma fórmula onde tudo parece ser sempre igual, e repleto dos mesmos clichês, entregar algo com mais originalidade é mesmo um grande desafio. Felizmente, aqui está um bom exemplo de como fazer uma estória de horror (com baixo orçamento) funcionar de maneira muito fluida, imersiva (de maneira subjetiva, porque o roteiro opta por essa abordagem) e convidativa pela maneira como mostra à sua narrativa.
Seduzidos pela ideia de conjurar espíritos muito facilmente, um grupo de adolescentes está viciado em mergulhar nas desconhecidas fronteiras espirituais. Brincando com fogo até onde eles não sabem onde podem se queimar (e aqui o roteiro mostra o comportamento bem fútil de uma sociedade jovem em busca de aventuras inconsequentes), um deles atravessa o limite do que é considerado como aceitável e durante mais uma sessão, uma importante regra é quebrada, abrindo uma porta para um mundo cheio de mistérios. Agora, eles precisarão encontrar uma maneira de resolver isso.
Há uma convergência entre dois mundos, o lado do bem e o lado do mal. No centro de tudo está Mia, uma adolescente que está tentando se recuperar da morta da mãe, enquanto vive uma relação conturbada com o pai (por acreditar que ele esconde algum segredo dela em relação à sua mãe). Uma vez que ela descobre que seria possível conversar com à própria mãe através das sessões espirituais, ela fica obcecada com essa ideia e não mede as consequências dos seus atos em mais uma reunião com seus amigos. O resultado disso é muito mais perturbador do que ela poderia imaginar.
O roteiro é rápido na mensagem que quer transmitir e mostra uma narrativa rápida, porém nem sempre eficiente pela falta de explicações (aliás, é importante mencionar aqui que há uma subjetividade explícita na estória para manter um nível de expectativa mais alto em relação ao mistério da trama, que direciona o projeto para uma possível sequência). Por outro lado, isso adicionar elementos curiosos ao desenvolvimento dos acontecimentos, que gradualmente tem um aprofundamento interessante (mas sempre orbitando em certas situações que nem sempre explicadas por completo).
Apostando em temas como amizade, depressão, dificuldade em superar perdas e suicídio, o roteiro usa este lado mais espiritual para criar novas conexões com estes temas. Neste sentido, há uma conversão de ideias que funciona muito bem porque a trama consegue criar um arco relativamente dramático dentro de um universo adolescente, mas no lado oposto da mesma moeda, a insistência em apresentar elementos vagos na trama (como a origem da mão embalsamada misteriosa que funciona como ferramenta para conjurar os espíritos) prejudica a qualidade em todo seu resultado final.
Outro ponto divergente no roteiro é justamente o quadro de personagens, que incluindo a própria protagonista, peca pela falta de desenvolvimento (apesar de ter alguns pontos muito positivos considerando o filme como um todo). No entanto, o roteiro consegue inseri-los dentro de outras narrativas que conseguem torná-los em peças funcionais dentro da trama. Sophie Wilde lidera um grupo de adolescentes apáticos, mas ela mostra mais controle emocional e entrega uma boa performance (o mesmo não pode ser dito do restante do elenco) dentro de um projeto que não é tão exigente.
O ponto chave e que é responsável por fazer deste filme um projeto diferenciado é justamente a abordagem dramática e uma narrativa contextualizada em meio ao dilema espiritual apresentado dentro do universo fútil da grande maioria dos adolescentes. Este tipo de direcionamento em projetos de horror geralmente é algo feito de maneiras estúpidas e aqui é tratado com um pouco mais de “seriedade” dentro do que o projeto acredita ser importante. Tudo é assertivo com o olhar mais diferente sobre as relações sociais nos dias atuais em meio à busca por aceitação ou reconhecimento.
Tecnicamente bem feito e com ótimos efeitos práticos, além de ter uma boa trilha sonora, Fale Comigo é dirigido pelos irmãos Danny Philippou e Michael Philippou com uma propriedade elementar (não sobre o tema espiritual, mas sobre a questão narrativa escolhida, que funciona quase como atualização do terror sobrenatural adolescente), e também é importante mencionar o quanto eles conseguem construir cenas perturbadoras com tão pouco dinheiro, mostrando à eficiência das boas ideias em detrimento de orçamentos milionários. Uma pequena “jóia” perdida nos filmes de horror.