Keynesian Theory and the Liquidity Dilemma
In times of economic crisis, governments often turn to Keynesian policies: increasing public spending to stimulate demand and prevent a collapse in consumption. However, this massive injection of liquidity comes with an inevitable side effect—inflation.
But what happens to all that excess money?
Historically, markets have acted as "sinks" where surplus liquidity is absorbed without immediately eroding the value of currency. For decades, assets like real estate, gold, and stocks have played this role.
Today, in the digital age, Bitcoin is emerging as the new value sink—a scarce asset with a fixed supply, making it a hedge against the devaluation of fiat currencies.
The Coming Great Inflation: War and Reconstruction
A potential armed conflict in Europe—or escalating geopolitical tensions—could trigger a new inflationary cycle.
In response, governments would likely implement massive spending programs, similar to the post-war Marshall Plan, injecting trillions of dollars into reconstruction and defense.
Initially, risk assets—including cryptocurrencies—would suffer declines due to risk aversion, as seen in recent market downturns.
However, once inflation spirals out of control and traditional currencies lose value, Bitcoin could solidify its position as the preferred safe-haven asset, much like gold in past crises.
Bitcoin to a Million: Where Is the Market Headed?
When inflationary liquidity seeks a safe haven, cryptocurrencies stand to benefit the most, as they may be the only assets capable of absorbing such vast amounts of capital.
In a hyperinflationary scenario, Bitcoin could surpass $1 million by 2030.
Key Takeaway:
Inflation doesn’t disappear—it simply relocates. And in the digital age, cryptocurrencies are the perfect sink where it’s being buried.
We are witnessing the end of fiat money and the rise of a new global economy
La gran Inflación y Bitcoin como solución
La Teoría Keynesiana y el Dilema de la Liquidez
En tiempos de crisis económica, los gobiernos suelen recurrir a las recetas keynesianas: aumentar el gasto público para estimular la demanda y evitar el colapso del consumo. Sin embargo, esta inyección masiva de liquidez tiene un efecto secundario inevitable: la inflación.
Pero:
¿Qué ocurre con ese exceso de dinero?
Históricamente, los mercados han funcionado como "agujeros" donde la liquidez sobrante se absorbe sin destruir inmediatamente el valor de la moneda. Durante décadas, activos como los bienes inmuebles, el oro o las acciones han cumplido ese rol.
Hoy, en plena era digital, Bitcoin emerge como el nuevo sumidero de valor: un activo con una oferta limitada que lo convierte en un refugio frente a la devaluación de las monedas FIAT.
La Gran Inflación que se Avecina: Guerra y Reconstrucción
Un posible conflicto bélico en Europa —o la escalada de tensiones geopolíticas— podría desencadenar un nuevo ciclo inflacionario.
Ante esto, los gobiernos reaccionarían con planes masivos de gasto, similares al Plan Marshall de posguerra, inyectando billones de dolares en reconstrucción y defensa.
En un primer momento, los mercados de riesgo —incluidas las criptomonedas— sufrirían caídas por la aversión al riesgo, como ya se ha visto en episodios recientes.
Sin embargo, una vez que la inflación se dispare y las divisas tradicionales pierdan valor, Bitcoin podría consolidarse como el activo refugio preferido, tal como ocurrió con el oro en crisis pasadas.
Bitcoin al Millón: ¿Hacia Dónde Va el Mercado?
Cuando la liquidez inflacionaria busque un lugar seguro, las criptomonedas serán las grandes beneficiadas, pues solo ellas podrían absorber semejante capital.
En un escenario de hiperinflación, Bitcoin podría superar el millón de dólares para 2030.
Es importante recordar:
La inflación no desaparece y en la era digital, las criptomonedas son el agujero perfecto donde enterrarla.