Perro caminaba sin rumbo fijo, deseaba tener un techo en donde poder a guarecerse, especialmente en esos días, cuando el calor del asfalto tuestan sus patas, o cuando el frío le cala hasta el tuétano de sus huesos haciéndolo temblar.
Hubo un tiempo en que Perro tuvo un hogar, incluso llego a poseer un nombre, se llamaba Aviador, ya que sus ojos se asemejaban a los lentes que usaban los pilotos de los aeroplanos, podía dormir sin preocuparse de nada, lo bañaban hasta le daban de comer, lo único que debería hacer era existir.
Un día subieron Aviador a un automóvil, él sintió como el vehículo se movía, luego se detuvo, lo bajaron, cerraron nuevamente la puerta y arrancaron, dejando a Perro allí tirado.
A partir de ese momento empezó a vagar, un día Perro se adentró por una ladera, olfateaba el paraje, entro en una zona rodeada por árboles y echó allí mismo para descansar.
Antes de cerrar sus ojos, observó a una extraña rama que poseía un círculo grande de varios colores.
El más inquietante, estaba en el centro, se expandía y se contraía constantemente, Perro comenzó a ladrar guao, guao, guao.
El extraño círculo empezó a emitir unos sonidos que insólitamente Perro, comprendiendo fácilmente.
Perro le expreso su deseo de tener un hogar nuevamente, entonces el extraño círculo le hizo una proposición, él podría resguardarse bajo sus ramas siempre y cuando lo alimentará con las presas que le indicará.
Todo funcionaba de maravilla, Perro conseguía las presas, que el extraño círculo le pedía, y él le daba refugio, sin embargo, con el pasar de los días, las exigencias fueron cambiando, ahora las presas debían ser más grande.
Perro ya no quería matar, poco a poco se había convertido en un voraz asesino, ya no disfrutaba de sus paseos como antes, sentía el terror que causaba, eso no le gustaba.
Cuando el extraño círculo le solicitó a Perro que le trajese a un pequeño humano como presa, él se levantó, primero dijo grrrr
luego guau, guau, guau, por último ¡aúúúú!, y se marchó.
Perro se alejó, ya no deseaba ser algo diferente a lo que era, prefería su naturaleza pacífica, que continuar siendo un asesino.
A penas Perro puso una pata fuera de la ladera, una red callo encima de él había sido capturado, se lo llevaban a un refugio para canes, allí paso unos meses en rehabilitación antes de ser adoptado por una niña que deseaban un perro como él, su nuevo nombre sería Piloto.
Este relato es mi participación para el extraño concurso #19, las imágenes pertenecen a @saulos.