Desde que era niño he sentido una extraña fascinación por las alas. Volar con esos apéndices que salen del cuerpo y que se pueden plegar y desplegar cuando quieras...debe sentirse fabuloso.
Dicen que si uno visualiza constantemente algo que desea que ocurra, esto puede suceder.
La transformación empezó una mañana mientras me bañaba y al mirarme al espejo vi dos protuberancias en la espalda. Me asuste y trate de tocarlas, pero por supuesto… no pude.
Estas comenzaron a crecer. Las personas me preguntaban si estaba enfermo, si tenía un tumor, me miraban con lastima. Para disimularlas comencé a usar un morral que no me quitaba ni para ir al baño.
Ya no puedo salir de la casa, las alas están completamente desarrolladas, son membranosas y de color amarillo. Quiero probarlas, pero no estoy seguro si soportaran mi peso.
Me voy hasta la azotea del edificio y miro hacia abajo. Son 20 pisos de los que no saldré vivo si mis alas no funcionan. Lo pienso no una sino diez veces. Pero al fin me decido y ¡zuas! tomo impulso y me lanzo al vacío.
Mientras caigo inexorablemente, escucho una vocecita a mi lado.
―Extiende tus alas y muévelas de arriba a abajo.
Lo hago y comienzo a volar, me siento libre al fin.
Sigo a la pequeña mariposa que me habla, mientras me conduce a un edificio en ruinas. Y la veo dirigirse hacia una grieta en la pared.
―¡Sígueme! ―me dice.
―¡No puedo! Mi cuerpo no cabe por allí.
Si lo piensas podrás hacerlo. Todo está en tu imaginación. La realidad es tan irreal.
Aquello me pareció tan loco, pero lo hice y en el intento se me rompió un pedazo de ala. Ahora vivo en el mundo de las mariposas nocturnas, mis alas son oscuras y brillan en la oscuridad.

La imagen de la presentación la edite en Canva con un dibujo realizado por @saulos