Inicié mi lucha contra los no-muertos siendo un joven soldado raso, necesitaba trabajo para alimentarme y experiencia para el combate para luchar contra esas abominaciones que masacraron a mis seres queridos.
Como era el nuevo y el más joven de todos, me dieron un escudo de madera y una espada desgastada. Al Gran Mariscal que sirvo solo le interesaba que no estorbara a los demás que si contaban con más experiencia y que mis otros compañeros iniciados además de mi persona estuviéramos en la lucha para ser "carne de cañón".
Un día volvimos a las Ruinas de Dalaran, tomamos un descanso para esperar la llegada los elfos que venían de Quel'Thalas, seria la primera vez que los vería en persona. Me llamó la atención que los atuendos de ellos resaltara bastante el color rojo sabiendo que viven entre los bosques, esperaría un color azul, verde o quizás un amarillo para camuflarse más al entorno.
Después que el Gran Mariscal Garithos le diera ordenes al Príncipe Kael'thas de reparar los observatorios del lugar y que se fuese a la base de las montañas, nos dejaron como tarea quedarnos a defender Dalaran junto a los elfos.
Al hacer equipo con ellos, conocí a una sacerdotisa de nombre Lyna, era la más joven de ellos y que no vestía el atuendo de un sacerdote porque los sastres de su tierra no tenían el traje listo por el ataque que hicieron los no-muertos. Ella me comentó que siendo la más joven aprendió las habilidades de sacerdote llegando a alcanzar el rango 3 de esta clase, ella es huérfana perdió a su padre en Las Guerras Trol y a su madre en la reciente invasión de los no-muertos hacía Quel'Thalas y tiene una herida en la oreja producto de un corte hecho por un trol que lanzó una lanza cuando era una bebé.


Los elfos no me parecían malos tipos a pesar de que oír de mis compañeros que eran muy "egocéntricos", aunque los notaba un poco ansiosos debido a lo que me comentó Lyna, de que ya no tienen una fuente de sol y sufren por sed de magia.

Tras la reparación de los observatorios y la visita del Gran Mariscal Garithos por enterarse que nos ayudaron los Nagas a cruzar el río, todos quedamos en la base a la espera de nuevas ordenes, mientras tanto fui acercándome a Lyna para conversar un poco y conocer más sobre ella y su raza, aunque no nos veían con buena cara ambos bandos (Los humanos y los elfos)
Un mensajero llegó por ordenes del Gran Mariscal ordenando a todos los soldados rasos, la caballería y los equipos de apoyo a que fuéramos hacia el frente dejando la defensa de Dalaran a los elfos de sangre, ellos eran muy pocos y de cierta manera me preocupaba que no sobrevivieran a la numerosa fuerza no tan lejana de los No-muertos, sobretodo Lyna que era con quien me fui encariñando por su simpatía.

Cuando regresamos, un caballero notó la presencia de los nagas muy cerca de donde estaban los elfos. El Gran Mariscal Garithos ya tenía las pruebas de que ellos volvieron a fraternizar a pesar de la advertencia que le había dicho de no hacerlo por lo que Ordenó apresarlos a todos en las mazmorras y ejecutarlos por "traición".
Me entristecí al saber de esta última decisión, me fue agradable conversar y luchar con un elfo, realmente necesitaban mucha ayuda para sobrevivir defendiendo el lugar pero no era posible cambiar la opinión de todos y menos del líder de todos nosotros.
Más tardé me enteré que los elfos lograron escapar de sus celdas y se dirigían a un portal que estaba en una parte de la ciudad. El Gran Mariscal nos ordenó armarnos con unos explosivos para volar ese portal, no podía negarme, tenía que acatar ordenes.
Estuve muy cerca del portal y pude ver a Lyna una última vez, se que me vio porque sus orejas no se habían alzado de impresión en todo el rato que estuvo mirando al resto hombres morir cargando con esos explosivos ya que destaco por verme muy diferente al resto de las filas de la resistencia humana, fui dando pasos lentamente mientras que mis compañeros y guardias de elite avanzaban sin importar que les depararía la muerte.
Le pedí perdón sin que me pudiera oír, moviendo mis labios para que no me ejecutaran y solo ella intentara entenderme, pudo entrar el portal hasta que se cerrara siendo el Príncipe Kael'thas y la naga los últimos en pasar.
Sentí satisfacción de no que no muriera a manos de nosotros, pero me preguntaba si sobrevivirá donde fuera que estuviese, porque la sed de magia debilitaba mucho a estos elfos que sin una fuente de energía podrían terminar muriendo.
FIN

Quería hacer una historieta con varios dibujos como lo hice con la Súcubo pero no me sentí con ganas de hacer más de uno así que preferí tomar capturas del juego para separar algunos párrafos aunque puede que más adelante haga otros dibujos alusivos a este relato.
Dejo mi proceso creativo aunque no voy a comentar como lo hice porque la lectura me llevó mucho texto:

Dibujo hecho por mí en Medibang Pro de PC con el mouse 🖱

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