Rasgos Destructivos

El caminante aun siendo muy joven, en cierta ocasión en la clase de ética y moral, le dejaron que investigara que rasgos destructivos debe evitar un ser humano para llegar a ser un ciudadano respetado y aceptado. Como buen aprendiz que era, al salir de la clase fue y busco al abuelo de la playa, su mentor y amigo; le pregunto que significaban los rasgos en la personalidad. El abuelo le relato una historia que se encuentra en las sagradas escrituras; (números 16) le dijo a la vez que, los que deseaban puestos altos en la sociedad o querían amasar fortuna, debería antes que todo adquirir sabiduría.

La sabiduría lo primero que busca fortalecer es la personalidad en el Ser; ósea, guía para que esos rasgos sean firmes como el acero. Resulta que cuando el pueblo hebreo era conducido por el desierto para llegar a una tierra que fue prometida para ellos; el líder que los ayudo a libertar de 400 años de esclavitud en Egipto, fue elegido por el Eterno-Creador. Pero un primo de él -Koraj- sintió envidia, porque él tenía riquezas; y todo el reconocimiento se lo llevaba su familiar Moisés el líder. Entonces armó un complot, para derrocar al actual conductor de ese pueblo.

Moisés el líder, convocó a todo el pueblo para que fueran testigos, de quién verdaderamente era quién le había asignado esa labor de conducirlos a la tierra prometida. Acordémonos de las palabras de Bernard Montgomery: “el liderazgo es la capacidad y voluntad de conducir a hombres y mujeres a un propósito común y a un carácter que inspire confianza” Siguiendo con la historia, el abuelo le contó al joven aprendiz que, cuando todos estaban reunidos, se hicieron dos grupos en el desierto, los que estaban a favor del actual líder y los que estaban a favor del protestante.

Resulta que se presentó un fuerte estruendo, y la tierra se abrió y se tragó al que quería el honor, sólo por envidia y lujuria; también desaparecieron quienes estaban con el alborotador. El abuelo termino diciendo a su discípulo, que en esta reseña se ven claramente los tres rasgos que debe evitar toda persona, durante toda su vida, personal, familiar y social.