El rebaño del tiempo. Mi primera participación en la Let's Make a C...

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Sería fantástico que el tiempo pudiera pastorearse. Que fuera un rebaño manso al cual pudiéramos dirigir hacia un establo cálido, y dejarlo estar hasta el otro día.
Sin embargo nada más antitético de la idea del tiempo que la idea del rebaño. Bien visto se parece más al lobo, al lobo feroz que devora, o al tigre, como diría Jorge Luis Borges en Nueva refutación del tiempo:

El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciadamente, soy Borges

Creo que la apacible foto que sirvió de inicio a este collage, esa foto preciosamente apacible cedida por @fotobrina, fue la que trajo a mi cabeza esa idea un poco loca y con ella hice mi collage.

En esta fotografía, el bosque es una mullida caja donde el tiempo ya no resuena. Es una fotografía hermosa.
Y fue el reto para la Ronda 222 de Let's Make a Collage:

@lmac/lets-make-a-collage-a-contest-for-all-creatives-on-hive-round-222-100-hive-in-the-prize-pool

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Puesto y quitado

Quité el extraordinario cielo. Con ese cielo, nada que pusiera podía competir, de manera que lo reservaré para una segunda participación.

Puse el mar y objetos flotantes que desafían la gravedad. ¿Son naves? Si lo son, transportan el fuego. También hay una piedra enjoyada, que se ha hecho ligera.
En medio del mar que completa este paisaje sereno, una torre que vigila y se consume en pequeñas partículas de energía que se esparcen por todas partes. Pero es una torre y es un faro.
No hay que engañarse: desde allí los cambios y las transformaciones son vigilados, juzgados y medidos.

El tiempo no es algo que podamos domesticar, pero podemos soñar con breves paisajes donde la vida es dulce, apacible, y no se acaba.