After a long walk through the east of the city of Caracas, I was resting in the Plaza Francia (better known as "Plaza Altamira"), when I noticed the existence of an old and beautiful building that had the same name of the old Plaza, the figure contrasted with the other buildings near the plaza, so I took a series of photos of it and set out to find out something about its existence. This is where this post came from, which I hope meets the aesthetic standards of my esteemed readers.
In an interview that the journalist Henry Vicente made in 1998 to the Turkish architect, born in Istanbul in 1910 and died in Caracas in 2011, Arthur Kahn, he confessed that he was awarded the work almost by chance, as he attended an interview with the construction magnate Luis Roche, to offer him his services as an architect, when he found out that he wanted to build new urban developments in eastern Caracas. Once Roche heard the architect's offer, he told him: "We are not architects, but we have very good architecture books and that is why we never use the services of an architect." Phrase to which Kahn replied: "Dear Mr. Roche, thank you for your hospitality and if one day you feel bad health please call me, I am not a doctor but I have very good medical books." According to the story, Roche, thanks to Khan's occurrence, immediately granted him the architecture contract for the building in Altamira Square in the Chacao Municipality.
The building was designed in 1946, to be built on land adjacent to Plaza Altamira, owned by Luis Roche, with a privileged background configured by the majestic Cerro el Ávila. The general idea was to build a 20-story tower, then the idea of a three-part building that would be related to Plaza Altamira (now Plaza Francia) was developed. Kahn, who only got to build the first part, assimilated the idea perfectly. The structure of the building, which faces the Plaza, is developed in 8 floors in the shape of a semicircle, where urban design and architecture make up a single project. The curved and convex windows contrast and complement, in architectural balance, the concave shape of the building. The work was completed in 1947. As a curious fact, Khan has benches placed at the exit of the elevators on the top floors so that those who have got dizzy inside those cabins can sit on them “that have raised them so much off the ground, about eight floors of vertigo”.
On the facade of the Building you can clearly see the horizontal viscera built specifically to provide shadows to the apartments and protect them from excessive heat. On the other hand, the windows, on the corner, accentuate the particular condition of the building, exhibiting the encounter between the square and the current Altamira urbanization. The current state of the building is worthy of commendation, which is clearly noticeable in its entrance that remains faithful to the original and in the walls that make up its structure. It should be noted that, as expected, the area where the Building was built has undergone radical changes in terms of architectural constructions, roads, landscaping and mass transportation system.
It is worth noting that the apartments were built with a functionalist vision, when accessing each apartment there is a marked separation between the service areas, located to the north, from those of the rooms, located to the south.
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References consulted:
*Royo, Ros emón (2016): Arthur Kahn en Caracas edificio Altamira
https://arquitecturayempresa.es/noticia/arthur-kahn-en-caracas-edificio-altamira
*Edificio Altamira, 1947. Arquitecto Arthur Khan. http://guiaccs.com/obras/edificio-altamira/
Después de una larga caminata por el este de la ciudad de Caracas, me encontraba descansando en la Plaza Francia (mejor conocida como “Plaza Altamira”), cuando me percaté de la existencia de un viejo y bello edificio que tenía el mismo nombre de la Plaza, la figura contrastaba con las otras construcciones cercanas a la plaza por lo que le tomé una serie de fotos y me dispuse a averiguar algo sobre su existencia. De allí resultó este post que espero satisfaga los estándares estéticos de mis apreciados lectores.
En una entrevista que le hiciese el periodista Henry Vicente en 1998 al arquitecto turco, nacido en Estambul en 1910 y fallecido en Caracas en 2011, Arthur Kahn, éste confesó que le adjudicaron la obra de forma casi fortuita, pues asistió a una entrevista con el magnate constructor Luis Roche, para ofrecerle sus servicios como arquitecto, cuando se enteró que se quería construir nuevos urbanismos en el este de Caracas. Una vez que Roche escuchó la oferta del arquitecto, le dijo: "Nosotros no somos arquitectos, pero tenemos muy buenos libros de arquitectura y por eso nunca utilizamos los servicios de un arquitecto". Frase a la que Kahn respondió: "Estimado señor Roche, gracias por su hospitalidad y si un día se siente mal de salud llámeme por favor, no soy médico pero tengo muy buenos libros de medicina". Según cuenta la historia, Roche, gracias a la ocurrencia de Khan, le concede inmediatamente el contrato de arquitectura para el edificio en la plaza Altamira en el Municipio Chacao.
El edificio fue diseñado en 1946, para ser construido en unos terrenos aledaños a la plaza Altamira, propiedad de Luis Roche, con un fondo privilegiado configurado por el majestuoso cerro el Ávila. La idea general era construir una torre de 20 pisos, luego se desarrolló la idea de un edificio de tres partes que se relacionara con la Plaza Altamira (actual Plaza Francia). Kahn, quien solo llegó a construir la primera parte, asimiló perfectamente la idea. La estructura del edificio, que mira hacia la Plaza, se desarrolla en 8 plantas en forma de semicírculo, donde el diseño urbano y la arquitectura configuran un solo proyecto. Los ventanales curvos y convexos contrastan y complementan, en equilibrio arquitectónico, la forma cóncava del edificio. La obra terminó de construirse en 1947. Como dato curioso, Khan hace colocar bancos a la salida de los ascensores en los últimos pisos para que se sienten en ellos los que se han mareado dentro de aquellas cabinas “que los han elevado tanto del suelo, unos ocho pisos de vértigo”.
En la fachada del Edificio se pueden observar nítidamente las vísceras horizontales construidas ex profeso para otorgarle sombras a los apartamentos y protegerlos del calor excesivo. Por otra parte, las ventanas, en esquina, acentúan la condición particular del edificio, expositor del encuentro entre la plaza y la actual urbanización Altamira. Es digno de encomio el estado actual en que se encuentra la edificación, lo cual se nota claramente en su entrada que se mantiene fiel a la original y en las paredes que conforman su estructura. Es de hacer notar que, como era de esperarse, la zona donde se construyó el Edificio ha sufrido cambios radicales en lo que a construcciones arquitectónicas, vialidad, paisajismo y sistema de transporte masivo se refiere.
Vale la pena destacar que los apartamentos fueron construidos con una visión funcionalista, al acceder a cada apartamento hay una separación marcada entre las áreas de servicio, ubicadas al norte, de las de las habitaciones, ubicadas hacia el sur.
Referencias consultadas:
*Royo, Ros emón (2016): Arthur Kahn en Caracas edificio Altamira
https://arquitecturayempresa.es/noticia/arthur-kahn-en-caracas-edificio-altamira
*Edificio Altamira, 1947. Arquitecto Arthur Khan. http://guiaccs.com/obras/edificio-altamira/