Pasaron algunos días de aquel tormentoso encuentro. Mi mente se mantenía en constante asedio y tormento. No distinguía el día de la noche. Dormía por el día y estaba despierto por la noche, algunas cosas que tenían sentido en el pasado, ya no lo tenían en el presente. Las debilidades de mi mente eran aún mayores, no conseguía paz, no conseguía la libertad que necesitaba para continuar.

Mi mente se había entregado poco a poco al dolor y al desánimo. Y en medio de recordar tantas cosas, recordé lo más tormentoso de mi vida. En todo el proceso conseguía algo de paz al recordar la guitarra azul que tuve a los 16 años. Esa guitarra me regaló la mejor inspiración para escribir y para cantar, para amar a la música.

Y si, lo más tormentoso no lo voy a relatar, entiendo que lo más doloroso me duele más cuando lo cuento, y en vísperas de mi recaída emocional, ella era la protagonista de un pasado negro y fugaz, comparado con la noche oscura, sin luna, y sin resplandor.

Hasta este punto, bajo la luna, miro fijamente el Firmamento, y me hago mil veces la misma pregunta, xq dejé que esa mujer misteriosa entrara a mi vida...

@danielrr21
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