TU ORGULLO PUEDE DAÑAR TU VIDA | YOUR PRIDE CAN DAMAGE YOUR LIFE [ESP/ENG]

En estos tiempos de pandemia, donde muchos estamos en nuestras casas, es bueno aprovechar para mirar dentro de nosotros mismos, nuestras actitudes, nuestras virtudes, e incluso nuestros defectos. Siempre es tiempo para cambiar a mejor, y creo que el orgullo es buen tema que siempre está presente en nuestras vidas. ¡Vamos a ello!

¿Qué es el orgullo? Bueno, depende que tipo de orgullo estemos hablando, positivo o negativo. El orgullo positivo le podemos denominar autoestima o autoconfianza, mientras que el orgullo negativo le podemos llamar arrogancia. En esta ocasión, me centraré únicamente en el orgullo negativo.

Ese orgullo negativo es posiblemente una de las armas más peligrosas que tenemos dentro de nosotros, sin incluso quererla usar, y mucho menos la sabemos controlar. ¿En qué ocasiones nos podemos ver perjudicado por culpa de nuestra soberbia?

En los conflictos entre amigos, el orgullo nos impide pedir perdón o disculparnos de primero, porque nos pasa por la mente: “Yo no me voy a disculpar hasta que la otra persona lo haga”, o cuando estamos peleados con nuestra pareja el orgullo no nos permite ver aquellos errores que cometemos, pensando así que somos perfectos, y es la otra persona que se equivoca, ¡eso es una total mentira! Y así, un sin de ocasiones donde tenemos conflictos también con nuestros familiares o cualquier otra persona cercana, que no arreglamos por culpa de nuestra soberbia.

¿Quién dijo que nosotros somos perfectos? Ninguno de nosotros lo es, de lo contrario fuéramos Dioses, pero no lo somos. Así que, ¿por qué no dejamos esa soberbia a un lado, para ver las cosas como sí son?

Tenemos que dejar de pensar que somos el centro del mundo, que somos mejores que los demás, y dejar de mirar a los demás por encima del hombro. Somos humanos, somos especiales y únicos, pero seguimos siendo personas como los demás, y nadie es mejor que otro.

Tristemente solemos seguir en nuestra burbuja de orgullo, pensando que somos perfectos y mejores que todos a nuestro alrededor, sin siquiera darnos cuenta que con esta actitud nuestra vida se puede ver muy perjudicada.

El problema no radica únicamente en que lastimes a las personas con tu soberbia, que de por sí está mal, sino que además desperdicias tu tiempo, porque no dices las cosas cuándo debiste hacerlo. Un día puedes estar bien con una persona, al otro día te peleaste, pasa el tiempo sin que ninguno de los dos se disculpe (ambos cegados por su orgullo), ¿y después? Pues resulta que te diste cuenta de tu error, y te quieres disculpar, pero ha pasado tanto tiempo que la persona está muy lejos de ti, emocionalmente y quizás físicamente.

¿Tan grande era tu orgullo que no te disculpaste cuándo debías? De ser ese el caso, pues déjame decirte que no te imaginas el daño que por dentro hace a tu vida.

Obviamente, yo no te digo esto solo a ti que me estás leyendo, me lo digo también a mí mismo. Yo también perdí amistades por no decir perdón cuando debía, incluso, no se trata incluso cuando tú te equivocas, si la otra persona se equivocó, también perdónala ¿de qué nos sirve vivir amargados, con soberbia, rompiendo amistades o relaciones sin que nos importe?

Pues de nada en realidad. En cambio, vivir de forma amable, entregada a los demás, con amor y perdón nos permite ser más empáticos, y nos evita amarguras en el corazón

Deja tu soberbia a un lado. No hace bien al corazón, no te hace bien a ti, y no les hace bien a las personas que están a tu alrededor. No le des la espalda a quien un día te demostró su cariño, su apoyo, su presencia, su amistad y su amor, porque un día esta persona estará en tu vida, y otro día puede que no esté.

Es importante que sepamos reconocer nuestros errores, y no nos ceguemos por el orgullo que llevamos dentro. Perdona, pide disculpas, y aprende a amar. Si sabes hacer esto, tienes la mitad del recorrido a la felicidad ya listo, sin embargo, hay muchas otras en las cuales trabajar para mejorar la versión de nosotros mismos, ¡Pero esas las dejaremos para otro momento!