En tu piel consigo el alba,
en tus ojos siempre hay amanecer,
y el horizonte de tu mirada,
me da la paz de una noche calma,
Si de mi cuerpo saliera el alma,
buscaría toparme alguna vez,
con ese mismo color tenue,
de aquella mirada naranja,
En tu piel conseguí el rocío,
cuando el espíritu estaba seco,
y durante el frío sentí mi lecho,
entre tus brazos que hallé tan míos,
De tanto dolor hubo concilio,
cuando probé tu sabor a miel,
la dulzura de un cuerpo y alma,
que hizo alquimia con mi sed.
En el alba te ví, y gracias a ese naranja, te amé.
A veces encontramos el placer en la piel, a veces también encontramos el amor ahí, este es un poema que quise realizar como oda a la sensación de pertenecer y ser uno con la piel que logra traspasar nuestro tacto para elevar nuestros sentidos a niveles colosales de éxtasis, de romance, de idilio y de felicidad.
Un escrito ficticio son sabor a realidad, como las botellas de ron tienen historias por destapar.
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