A paso lento bajo el sol radiante, se encuentra una joven que se dirige camino a casa mientras que transita por las calles desoladas y calurosas del sector donde vive. Un sector que se caracteriza por disponer de casas amplias y sin ningún tipo de protección. De dos pisos. Que cuentan con un par de baños (uno para un cuarto y otro en el pasillo para visitantes). Cinco cuartos. Y con el resto de las áreas correspondientes para toda vivienda; un modelo estandarizado tanto por dentro como por fuera que ha sido pensado para las clases medias.
El zumbido de los postes eléctricos es su banda sonora. El calor, su abrigo. El cansancio y la pereza, sus fuerza motoras para seguir adelante.
Camina sin cesar hasta dar con su casa aunque su incredulidad -producto de todo lo mencionado con anterioridad- le hace creer que es un espejismo, pero, al tocar la manilla de su puerta le hace dar cuenta de que no es así.
Al ingresar siente un gran alivio, no solo por las comodidades que suele brindar el hogar sino también por el hecho de querer estar sobre su cama para pasar al mundo de los sueños y regresar a la realidad a su debido tiempo.
Pasa por la sala, llega hasta la escalera. Sube. Se dirige hasta su habitación. Una vez que abre la puerta se devela un espacio que es propio de las chicas de su edad, de adolescentes que que dejaron de ser niña y dejaron de jugar a las muñecas para pasar a tener pósters de películas de personalidades del mundo de la música y el cine; figuras de colección -para no decir juguetes- de videojuegos y anime. De un color claro impregnado en todas las paredes. Y un aroma agradable que expira los productos de limpieza. Y ni hablar del aire acondicionado que se encuentra trabajando a 18 grados centígrados. Todo eso hace que el contraste entre escenarios sea bruto.
Llega hasta su escritorio personal que es donde está su computadora para dejar encima su pequeño maletín.
Al estar ella sobre su silla y cerrar brevemente sus ojos se deja llevar por la sensación del disfrute que le ofrece la habitación, pero ella debe volver en sí al escuchar el fuerte tono de llamadas -una canción pop de uno de sus ídolos virtuales favoritas- seleccionado únicamente para identificar a sus amigas, y a su vez, compañeras de clases.
Empieza a buscar desesperadamente el aparato dentro de su maletín. Atiende la videollamada de Alice; a lo que le dice:
-Lain, ¿en dónde estás? Te estamos esperando.
-Estoy en mi casa. ¿Por qué?
-Es para saber si vas a venir sí o no.
-No creo poder ir con ustedes a Cyberia (un club nocturno). El tren de regreso a casa se retrasó, parece que hubo un nuevo "accidente" en las vías.
-Si, lo sabemos, esas cosas salen pasar. Nunca falta alguien que desea lazarse. Aún así te había dicho desde temprano para que vinieras a mi casa junto con las demás chicas.
A lo cual y de manera repentina se asoma en la toma una chica que lleva colas por los costados de su cabello, y que con una gran sonrisa exclama: ¡Lain, te vamos a extrañar! nos harás falta hoy en el club. Vamos a estar toda la noche sin ti.
Otra chica de cabello, de cabello largo y cintillo encima, también hace acto de presencia, preguntando entre risas:
-Lain, ¿hiciste la tarea?
-¡¿Que?! ¿Cuál tarea? Pregunta de manera sorpresiva, Lain.
-Sí, la tarea. ¿No recuerdas? El ensayo sobre el valor de la mujer en la sociedad. Hay que entregar la mañana.
-No la he hecho -responde con desánimo y con mirada hacia el piso.
-Por lo visto no te va faltar diversión -responde Alice, alegremente.
-¡Así es..! -ríen entre todas para dar fin con la comunicación.
Lain se queda absorta. Inmóvil. Con su cerebro que apenas trabaja, y con lo poco que puede le sugiere tomar un baño para recobrar fuerzas y realizar el escrito.
Tras darse un baño y cambiarse de ropa -una pijama en forma de oso- , se dirige nuevamente a la mesa, lista para empezar.
Observa fijamente el papel mientras se le ocurre alguna idea. En la manera de cómo iniciar su escrito. En escribir en base a qué... Piensa en las mujeres que han aportado con sus trabajos y han beneficiado a la humanidad entera... pero no recuerda o conoce nombre al uno.
Planea usar Internet para ayudarse y dar con algo, hasta que...
-¡Lain, a comer! -gritan desde lo más lejos -desde la sala para ser exactos.
-Ya voy, mamá.
Tras unos segundos de silencio y quietud, Lain deja de manera abrupta el lápiz sobre la mesa, la idea de comer le resulta más atractiva que cumplir con su deber.
Al bajar por las escaleras se da cuenta que su mamá la aguarda pacientemente, y esa imagen le sirve de inspiración para escribir sobre mujeres como ella, las que pasan totalmente desapercibidas ante la opinión pública, y que cuyo esfuerzo poco se reconoce: las madres y esposas que velan por el bienestar de sus familias. Las guardianas del hogar.
English Version
At a slow pace under the radiant sun, there is a young woman who is on her way home while walking through the desolate and hot streets of the sector where she lives. A sector that is characterized by having spacious houses and without any type of protection. Of two floors. They have a couple of bathrooms (one for a room and one in the corridor for visitors). Five quarters. And with the rest of the corresponding areas for all housing; a standardized model both inside and out that has been designed for the middle classes.
The hum of the electric poles is its soundtrack. The warmth, his coat. Tiredness and laziness, their driving forces to keep going.
He walks without ceasing until he finds his house although his disbelief - a product of everything mentioned above- makes him believe that it is a mirage, but, when he touches the handle of his door, he realizes that it is not so.
When he enters, he feels a great relief, not only because of the comforts that home usually provides, but also because of the fact that he wants to be on his bed to pass into the world of dreams and return to reality in due time.
Go through the living room, reach the staircase. Come on up. He goes to his room. Once she opens the door, a space that is typical of girls her age is revealed, of teenagers who stopped being a girl and stopped playing dolls to move on to having movie posters of personalities from the world of music and cinema; collectible figures - not to say toys - from video games and anime. Of a light color impregnated on all the walls. And a pleasant aroma that expires cleaning products. And not to mention the air conditioning that is working at 18 degrees Celsius. All of that makes the contrast between scenarios stark.
He goes to his personal desk, which is where his computer is, to leave his small briefcase on top.
When she is on her chair and briefly closes her eyes, she is carried away by the feeling of enjoyment that the room offers her, but she must come to herself when she hears the loud ringtone-a pop song by one of her favorite virtual idols-selected solely to identify her friends, and in turn, classmates.
He starts desperately searching for the device inside his briefcase. Take Alice's video call; to which she says:
Lain, where are you? We are waiting for you.
I'm at my house. Why?
It's to find out if you're coming yes or no.
I don't think I can go with you to Cyberia (a nightclub). The train back home was delayed, it seems that there was a new "accident" on the tracks.
Yes, we know, those things happen. There is never a lack of someone who wants to get involved. Even so I had told you since early to come to my house along with the other girls.
To which and suddenly a girl peeks into the shot wearing tails down the sides of her hair, and with a big smile exclaims: Lain, we're going to miss you! we'll need you at the club today. We're gonna be all night without you.
Another girl with long hair, with a sash on top, also makes an appearance, asking between laughs:
Lain, did you do your homework?
What? !! What task? He asks in a surprising way, Lain.
Yes, the homework. Don't you remember? The essay on the value of women in society. We have to deliver in the morning.
"I haven't done it," he replies dejectedly and looking down at the floor.
"Apparently you won't lack for fun," Alice replies, cheerfully.
- That's right..! - they laugh together to end the communication.
Lain becomes engrossed. Immobile. With his brain barely working, and with what little he can, he suggests taking a bath to regain strength and complete the writing.
After taking a bath and changing clothes - a bear-shaped pajamas - she heads back to the table, ready to start.
He stares at the paper while he comes up with some idea. In the way of how to start your writing. To write on the basis of what... Think about the women who have contributed with their jobs and have benefited the whole of humanity... but he does not remember or know the name of the one.
He plans to use the Internet to help himself and come up with something, until...
Lain, let's eat! - they shout from the farthest - from the living room to be exact.
I'm coming, Mom.
After a few seconds of silence and stillness, Lain abruptly puts the pencil down on the table, the idea of eating is more attractive to her than doing her duty.
When she goes down the stairs, she realizes that her mother is waiting for her patiently, and that image serves as inspiration for her to write about women like her, those who go completely unnoticed by public opinion, and whose effort is little recognized: the mothers and wives who watch over the well-being of their families. The guardians of the home.
Notas del autor
1- los nombres y escenarios de los personajes fueron inspirados en una serie anime llama Serial Experiments Lain.
2- Acá se muestran las anotaciones para dejar en claro de como fue el proceso de elaboración de este relató; y a su vez, no dar pie para malentendidos por el uso de I.A
Relato creado para el concurso creado por @hispaliterario
Aprovecho para invitar a @vickaboleyn @oswaldotorres @c1udadan0x en la participación de esta dinámica.
texto traducido con Deepl.com
Fuente de la imagen
https://pixabay.com/es/photos/jap%C3%B3n-subterraneo-tokio-931162/