Concurso de Microcuento Policial: El Túnel

Era una mañana gris, fría, el sol no terminaba de salir, caminé apresurado a la parada, convencido de que esperaría por horas al trasporte público. Me sorprendió ver la parada vacía, un autobús, parecía que esperaba por mí.

Me senté cerca de la ventana acrílica, las gotas se desplazaban con la brisa, mientras la unidad se movía formaron líneas continuas de agua que recorrían la superficie del ventanal a medida que la llovizna se transformaba en aguacero.

El autobús siguió su ruta, pronto llenó los asientos; entró una mujer, apresurada, con actitud nerviosa, se resguardó de la lluvia con una revista, que no le resultó eficaz, empapada, miraba a cada lado del autobús, respiraba rápido, parecía asustada, se paró cerca de mí, así que le ofrecí mi asiento. Faltaba poco para llegar a mi parada, había que pasar el túnel, un par de cuadras después me bajaría.

Poco antes de entrar al túnel, el autobús hizo un parada no habitual; entró un hombre, vestido con una chaqueta y capucha, buscó entre los pasajeros con un vistazo rápido, se abrió paso entre los que estábamos de pie, de pronto se detuvo, sabía que encontró a quien buscaba.

La mujer a quien cedí mi asiento, se veía más ansiosa, con los ojos abiertos al máximo, su rostro pálido, angustiada quería salir del vehículo, pero el sujeto de la chaqueta se paró a su lado, en ese momento entramos al túnel. La travesía resultó más larga que de costumbre, miré hacia la mujer, en la oscuridad no podía distinguir los detalles.

Al salir del túnel, la dama parecía mirar por el ventanal, con la cabeza apoyada en el acrílico, el hombre cerca de ella, caminó entre los pasajeros hasta la puerta de salida.

El autobús se detuvo en mi parada, la lluvia había cedido, ahora una neblina, cubría las calles al rededor; al pasar delante de mí el autobús, vi el rostro de la mujer inerte en la ventana, su mirada sin vida, una mancha roja cubría la frente y medio rostro. El autobús siguió su ruta. . . Yo inmóvil, desconcertado.