Recobrando el contractualismo de Thomas Hobbes
Nunca es demasiado tarde para recobrar la novedad que hay en textos que han sido escrito hace siglos, han habido a lo largo de la historia del pensamiento humano un incontable número de personajes con cosmovisiones únicas que han proporcionado modos de comprender la realidad, en Inglaterra, específicamente en Westport un 5 de abril de 1588 nació Thomas Hobbes, hoy recordado y profundamente estudiado por su aporte al pensamiento filosófico en el campo de la política y la moral.
Thomas Hobbes es cuanto menos un personaje bastante interesante ya que encarna y hace vivida la relación que hay entre el ambiente social o contexto como lo llamaría Ortega y Gasset, con el ejercicio reflexivo. Desde tiempos antiquísimos en filosofía se había acostumbrado a contemplar conocimientos enciclopédicos en los personajes que de algún modo eran autoridad en el campo del saber, pero, en Thomas Hobbes ocurre algo curioso, es de los primeros que concentran energías en un solo campo, y abre paso a lo que se conoce hoy en día como la especialización. De modo que, este filósofo inglés se convirtió en un autoridad y referencia en el ámbito político. Pero, volvamos al asunto del contexto y su relación con el ejercicio reflexivo.
No ha sido casualidad que Hobbes pensara en el Estado, sino que, obligado por las circunstancias bélicas que le acompañaron en su vida se dió cuenta que una de las peores cosas que le pueden ocurrir a una civilización es la anarquía, tan complicado fue su contexto político y social que en una oportunidad, hablando de sí mismo y su historia, Hobbes afirmó que el día de su nacimiento había nacido también el miedo, es decir, se consideraba un hermano del miedo. Y fue el miedo lo que le condujo a reflexionar en torno a lo social e intentar responder la pregunta que puede resumir el pensamiento político de Hobbes.
“¿Cómo pueden vivir los seres humanos sin causarse daño unos a otros?”
No es para nadie un secreto que la visión de Hobbes hacia el ser humano es una visión pesimista, y la frase más popular de su obra es: “Homo homini lupus” que viene a significar algo así como el hombre es lobo para el hombre. De modo que Hobbes ve una realidad y una naturaleza hostil entre las personas, pero, en medio de ese turbio panorama visualiza la posibilidad que tenemos para organizarnos, para ordenarlos políticamente hablando en pro de un bien común más allá de los intereses individuales.
Y en esto radica el núcleo del pensamiento político de Thomas Hobbes, porque a pesar de que el contemple un panorama desesperanzador, vislumbre un modo de orden, pero para Hobbes no es un orden espontáneo que al cual el ser humano tiene acceso, o dispone, sino que se llega por medio de un contrato. Para Hobbes toda la realidad estaba sometida a un determinismo mecanicista, tanto en las cosas que para él no tenían conciencia como las plantas y animales, como en el ser humano que por excelencia posee conciencia, de modo que el determinismo que contempla se basa en que todo ser busca la satisfacción de sus necesidades aunque en sentido estricto, concebir un panorama con todas las necesidades satisfechas es altamente improbable por no decir imposible.
En este sentido, todo ser humano busca satisfacer sus necesidades individuales, pero, esto nos sitúa en un estado de conflicto, ya que no hay ley o norma que oriente la conducta, y es por ello que Thomas Hobbes ve la necesidad de crear una estructura que permita no solo la satisfacción de las necesidades de los individuos sino que promueva un ambiente donde se consiga una vida en bienestar, por que en estado de naturaleza esto es prácticamente imposible. En este punto, Hobbes concibe la creación de un estado y la analogía que usa, para concebir al estado es el cuerpo humano, es decir, que la muerte al ser humano a la sociedad es la guerra.
Pero nuestro pensador inglés no es ingenuo, sabe que un estado autoritario es un monstruo, pero solo un monstruo puede contra otro monstruo que es la anarquía, el estado en pleno caos que sumerge a las personas a una situación de muerte y miseria. Hobbes concibe la construcción del estado por medio del contrato, es decir, las personas otorgan voluntariamente parte de su libertad al estado, de modo que este puede ejercer cierto control sobre todas las personas. Ciertamente este proceder posee deficiencias, pero ha sido el modo en el cual el ser humano en su historia ha podido seguir avanzando aunque con cierta precariedad.
Para Hobbes la vida social surge del miedo que tenemos los seres humanos a ser aniquilados, es cierto que hay personas mas fuertes que otras, y quizá una proto organización social se basó en el dominio de los fuertes, pero, incluso la persona más fuerte, es vulnerable cuando duerme, y el más débil podría clavarle un cuchillo y asesinarle. Es decir, que en el fondo nadie puede sentirse seguro del todo, de modo que nace la necesidad de erradicar ese miedo, y poder establecer una comunidad, que en este sentido podemos decir que una característica de una comunidad debe ser la confianza entre sus integrantes.
Cada ciudadano debe ceder su poder de ejercicio de su agresividad y ponerla sobre el mando de un soberano que sea el monopolizador de la fuerza y de ese modo se puede vivir con más tranquilidad en comunidad, pero, hay un problema, ahora el miedo se traspolado al soberano que es quien pone la ley. Es por ello que la analogía de Hobbes es un ser humano, porque el acuerdo social de el poder ceder nuestra agresividad a un ser, va erigiendo una especie de gran personaje o monstruo que Hobbes llamó: Leviatán. Algo curioso es que Leviatán es un gran gigante que está conformado por seres humanos, y que en teoría se puede decir que en este ser no existe el miedo, de modo que la sociedad es una especie de gran cuerpo y que solo la cabeza es la monopolizadora de la violencia.
Para ir concluyendo hay que decir que para Hobbes es lógico que el ser humano quiera superar toda posible circunstancia que lleve a la guerra de todos contra todos, pero la paz solo se puede alcanzar como un producto de la organización social. Hobbes entiende que pueden existir deseos éticos naturales, pero no se convierten en leyes por sí solas, necesitan de una figura externa que garantice el cumplimiento de la ley. Es decir, la vida en sociedad es sólo posible mediante un artificio.
En tal artificio al que llamaremos “Estado” existe un pacto por medio del cual, todos los integrantes de la sociedad se obligan a ceder el derecho que se tiene a gobernarse a sí mismo, para que el estado pueda hacer ejercicio de control y poder. Ahora bien, hay que tener presente que el pacto no está entre el gobernante y el pueblo, sino que el pacto es entre cada uno de las personas de la sociedad, de modo que si el gobernante rompe el acuerdo, deberá ser removido, pero otro otro lado, el soberano al ser el individuo que garantice el cumplimiento de la ley, esté queda fuera de su dominio, en otras palabras el soberano está fuera de la ley con la que se comprometió dar cumplimiento.
En resumen, toda la filosofía política de Hobbes, se puede pensar en función de la frase: si hay que escoger entre dos males, debo escoger el mal menor. Ya que en el caso que el gobernante sea una figura despótica y cruel, no es peor que el caos y el estar en guerra todos contra todos.
Este ejercicio reflexivo ha sido solo una breve aproximación al pensamiento político de Hobbes, ya que hay muchas cosas más por decir, y ser pensadas, pero esto no es más que una invitación al pensamiento de Hobbes, que en muchos aspectos no deja de estar vigente después de varios siglos de haber escrito estos planteamientos filosóficos. Aunque es cierto que la política actual se rige por otros principios muy diferentes a los de Hobbes, su pensamiento sentó las bases de la filosofía política.
ENGLISH
Recapturing the contractualism of Thomas Hobbes
It is never too late to recover the novelty that is in texts that have been written centuries ago, there have been throughout the history of human thought a countless number of characters with unique worldviews that have provided ways of understanding reality, in England, specifically in Westport on April 5, 1588 Thomas Hobbes was born, today remembered and deeply studied for his contribution to philosophical thought in the field of politics and morality.
Thomas Hobbes is at least an interesting character, since he embodies and brings to life the relationship between the social environment or context, as Ortega y Gasset would call it, and the reflective exercise. Since ancient times in philosophy it had been customary to contemplate encyclopedic knowledge in the characters that somehow were authority in the field of knowledge, but in Thomas Hobbes something curious happens, he is one of the first to concentrate energies in a single field, and opens the way to what is known today as specialization. Thus, this English philosopher became an authority and reference in the political field. But, let us return to the issue of context and its relation to the reflective exercise.
It was not by chance that Hobbes thought about the State, but, forced by the warlike circumstances that accompanied him in his life, he realized that one of the worst things that can happen to a civilization is anarchy, so complicated was his political and social context that on one occasion, speaking of himself and his history, Hobbes stated that on the day of his birth, fear had also been born, that is, he considered himself a brother of fear. And it was fear that led him to reflect on the social and try to answer the question that can summarize Hobbes' political thought.
"How can human beings live without causing harm to one another?"
It is no secret to anyone that Hobbes' view towards human beings is a pessimistic one, and the most popular phrase in his work is: "Homo homini lupus" which comes to mean something like man is a wolf to man. So Hobbes sees a reality and a hostile nature among people, but, in the midst of that murky panorama, he visualizes the possibility we have to organize ourselves, to order them politically speaking for the common good beyond individual interests.
And in this lies the core of Thomas Hobbes' political thought, because although he contemplates a hopeless panorama, he glimpses a way of order, but for Hobbes it is not a spontaneous order to which the human being has access, or disposes, but which is reached by means of a contract. For Hobbes all reality was subject to a mechanistic determinism, both in things that for him had no consciousness such as plants and animals, and in the human being who par excellence possesses consciousness, so that the determinism he contemplates is based on the fact that every being seeks the satisfaction of his needs, although strictly speaking, to conceive a scenario with all needs satisfied is highly improbable, not to say impossible.
In this sense, every human being seeks to satisfy his individual needs, but this places us in a state of conflict, since there is no law or rule to guide behavior, and that is why Thomas Hobbes sees the need to create a structure that allows not only the satisfaction of the needs of individuals but also promotes an environment where a life in welfare is achieved, because in the state of nature this is practically impossible. At this point, Hobbes conceives the creation of a state and the analogy he uses to conceive the state is the human body, that is, that the death of the human being to society is war.
But our English thinker is not naive, he knows that an authoritarian state is a monster, but only a monster can fight another monster, which is anarchy, the state in full chaos that plunges people into a situation of death and misery. Hobbes conceives the construction of the state by means of contract, that is, people voluntarily give part of their freedom to the state, so that it can exercise some control over all people. Certainly this procedure has its shortcomings, but it has been the way in which human beings in their history have been able to continue advancing, albeit with a certain precariousness.
For Hobbes, social life arises from the fear that we human beings have of being annihilated, it is true that there are people stronger than others, and perhaps a proto social organization was based on the dominance of the strong, but even the strongest person is vulnerable when he sleeps, and the weakest could stick a knife in him and kill him. That is to say, deep down no one can feel safe at all, so the need to eradicate that fear is born, and to be able to establish a community, which in this sense we can say that a characteristic of a community must be trust among its members.
Each citizen must yield his power to exercise his aggressiveness and place it on the command of a sovereign who is the monopolizer of force and in this way can live with more tranquility in community, but there is a problem, now the fear is transferred to the sovereign who is the one who lays down the law. That is why Hobbes' analogy is a human being, because the social agreement of being able to yield our aggressiveness to a being, is erecting a kind of great character or monster that Hobbes called: Leviathan. Something curious is that Leviathan is a great giant that is made up of human beings, and that in theory it can be said that in this being there is no fear, so that society is a kind of great body and that only the head is the monopolizer of violence.
In conclusion, it must be said that for Hobbes it is logical that the human being wants to overcome every possible circumstance that leads to the war of all against all, but peace can only be achieved as a product of social organization. Hobbes understands that there may be natural ethical desires, but they do not become laws by themselves, they need an external figure to ensure compliance with the law. In other words, life in society is only possible by means of an artifice.
In such an artifice, which we will call "State", there is a pact by means of which all the members of society are obliged to cede the right to govern themselves, so that the state can exercise control and power. Now, we must keep in mind that the pact is not between the ruler and the people, but the pact is between each of the people of society, so that if the ruler breaks the agreement, he must be removed, but on the other hand, the sovereign, being the individual who ensures compliance with the law, is outside his domain, in other words the sovereign is outside the law with which he undertook to comply.
In short, Hobbes' entire political philosophy can be thought of in terms of the phrase: if I must choose between two evils, I must choose the lesser evil. For if the ruler is a despotic and cruel figure, it is no worse than chaos and being at war with everyone.
This reflective exercise has been only a brief approximation to Hobbes' political thought, since there are many more things to be said, and to be thought, but this is only an invitation to Hobbes' thought, which in many aspects is still valid after several centuries of having written these philosophical approaches. Although it is true that today's politics is governed by other principles very different from those of Hobbes, his thought laid the foundations of political philosophy.