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A weekee-greeting to all Hivers!! Today I come to share my memories in this community, suggested by my mom @mdrguez who posts here sometimes.
Before I started animating, my favorite activity was drawing quick, colorless comics with the necessary and immediate desire to tell any kind of story, with my toys being the main characters. We all know the infinite capacity for imagination that the infant brain possesses, plus the unforgettable and classic phase whose name I just researched: Eschatology.
Have you ever, after the age of 3, run naked to your parents and start patting yourselves on the buttocks or farting while laughing nonstop? Or call them from the bathroom to contemplate the monster you have just brought to life in the toilet? Yes, this stage is called eschatology, and we have all experienced it in one way or another. In my case, it was completely linked to my imagination and everything that appeared in my mind was always captured in my comics.
First I will introduce you to the protagonists of my whole eschatological phase. (Pictures below)
Today they look this hideous as time has deteriorated them a lot, plus all the beatings I used to give them as a child to make them emit signs of life and stop pretending to be static objects without feelings (sorry, it was all because of Toy Story).
Well, their names from left to right are Green Duck (the toy is actually a pelican), SpongeBob (although I haven't renamed him it's important to note that it's a childishly accurate version of him in this story), Baby Yellow Duck (Green Duck's son) and finally Crazy Jaw on the right extreme.
They are a group of individuals who came together to form a family, no longer being alone forever. But each one in this family had their own particularities.
Green Duck carried with him every responsibility, problem and obstacle that appeared in their lives, and let's not forget that he was a master in the art of 'burping'; known for knocking down trees and destroying houses with his powerful burps. Sometimes he would get the urge to chew his best sponge friend, because yes...
SpongeBob had the super ability to breathe oxygen and float on water with his smelly feet, plus the odor worked as a backup fuel whenever they ran out of gas during a long family trip and as a defense mechanism to escape from Green Duck's beak when he gets tired of being chewed like a chewing gum.
Ducky, a charismatic character who loves to scream in people's ears and hates bad smells.
The one and only Crazy Jaw, a monster judged by many as an evil, soul-eating being when in reality he was just looking for a family and people to share with. He has the ability to fly thanks to an internal organic engine that constantly produces high-powered farts.
Now grown up, every time I've looked through those notebooks I've wondered if something serious happened to me as a child, like if the blow i took to my head really affected me or if I dropped a screw, but now that I investigated about it, it's something normal in childhood. In the same way, it brings me happiness to see these two complete notebooks from time to time, I keep them with affection. Unfortunately I lost the second notebook that I filled out completely a few years ago on a cleaning day :(
In that part I lost, the toys became superheroes and took their skills to the limit....
I wish I could get it back....
The stories have almost no text or dialogues, as a little girl every time I told it to someone I had to explain every detail of it so they managed to understand, even to my own parents. But in spite of everything, I still remember exactly everything and I imagine the stories just as I did as a child, even with music and voices; I will be the only one who will understand them forever.
¡¡Un weekee-saludo a todos los Hivers!! Hoy vengo a compartir mis recuerdos en esta comunidad por sugerencia de mi mamá @mdrguez, quien publica a veces aquí.
Antes de comenzar a animar, mi actividad favorita solía ser dibujar historietas rápidas y sin colores con el necesario e inmediato deseo de contar cualquier tipo de historia, siendo mis juguetes los personajes. Todos sabemos la inagotable capacidad de imaginación que posee el cerebro infantil, además de la inolvidable y clásica fase cuyo nombre acabo de investigar: la escatología.
¿Alguna vez después de los 3 años ustedes salieron corriendo desnudos hacia donde estaban sus padres y comenzaron a darse palmaditas en las pompas o tirarse pedos mientras reían sin parar? ¿O llamarlos desde el baño para que contemplaran el mounstro al cual acababan de dar vida en el inodoro? Pues sí, esta etapa se llama escatología, y todos la hemos experimentado de una forma u otra. En mi caso, estuvo completamente vinculada a mi imaginación y todo lo que aparecía en mi mente lo plasmaba siempre en mis historietas.
Primero les presentaré a los protagonistas de toda mi fase escatológica:
El día de hoy se ven así de horrorosos pues el tiempo los ha deteriorado muchísimo, más todas las palizas que les solía dar cuando niña para que emitieran signos de vida y dejaran de fingir ser objetos estáticos sin sentimientos (lo siento, todo fue por ver Toy Story).
Bueno, su nombres de izquierda a derecha son Pato Verde (el juguete es en realidad un pelícano), Bob Esponja (aunque no le haya cambiado el nombre es importante remarcar que es una versión infantilmente precisa de él en esta historia), Patico Amarillo Bebé (hijo de Pato Verde) y por último 'Quijá' Loca en el extremo derecho.
Son un grupo de individuos que se unieron para formar una familia, dejando de estar solos por siempre. Pero cada uno en esta familia tenía sus particularidades.
Pato verde acarreaba con toda responsabilidad, problema y obstáculo que aparecía en sus vidas, y no olvidemos que era un maestro en el arte de 'eructar'; reconocido por tumbar árboles y destruir casas con sus poderosos eructos. De vez en cuando le daba deseo de masticar a su mejor amigo esponja, simplemente porque sí...
Bob esponja tenía la súper habilidad de respirar oxígeno y flotar en el agua con sus malolientes pies, además de que el odor funcionaba como combustible de reserva cada vez que se quedaban sin gasolina durante un largo viaje familiar y como mecanismo de defensa para escapar del pico de pato verde cuando se cansaba de ser masticado como un chicle.
Patico, un carismático personaje que ama gritarle a las personas en los oídos y detesta los malos olores.
El único e inigualable Quijá Loca, un monstruo juzgado por muchos como un ser maligno y come almas cuando en realidad solo buscaba un familia y personas con las que compartir. Tiene la capacidad de volar gracias a un motor orgánico interno que produce constantemente pedos a alta potencia.
Ya crecida, cada vez que he revisado esos cuadernos me he preguntado si me pasó algo serio de niña, como si de verdad el golpe que me dí en la cabeza me afectó o si se me cayó un tornillo, pero ahora que me pongo a investigar es algo normal en la infancia. De igual forma, me trae felicidad ver estos dos cuadernos completos de vez en cuando, los guardo con cariño.
Desafortunadamente perdí el segundo cuaderno que rellené completo hace unos años en un día de recogida :(
En esa parte que perdí los juguetes se volvieron superhéroes y llevaron sus habilidades al límite...
Ojalá lo recupere...
Las historias casi no tienen texto o diálogos, yo de pequeña cada vez que se la contaba a alguien tenía que explicarle cada detalle de ella para que lograra comprender, hasta a mis propios padres. Pero a pesar de todo, aún recuerdo exactamente todo e imagino las historias justo como lo hacía de niña, hasta con música y voces; seré la única que las entenderá por siempre.
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