Conectar con lo sagrado y con los recuerdos [ESP-ENG]

Hola amigos, como están todos? Hoy quiero compartir con ustedes que hace pocos días, al llevar a mi hijo a sus terapias con el fisiatra, descubrí que muy cerca se encuentra una capilla dedicada a Smian Onofre, ese santo al que le tengo una devoción profunda desde hace años. Fue imposible no entrar. Sentí como si el tiempo se detuviera y los recuerdos vinieran uno a uno a mi mente.

Cuando era joven, solía viajar con frecuencia a Caracas con mi comadre, a comprar ropa y otros artículos que luego vendía en la isla. Era una rutina cargada de ilusiones y esfuerzo, pero también de fé. Cada viaje comenzaba con una visita obligada a la iglesia de San Onofre. Ahí, entre pensamientos y oraciones, le pedía salud, protección y que todo nos saliera bien. Y casi como un milagro, siempre regresábamos con las maletas full de mercancías y los corazones llenos.

Recuerdo claramente cuando con apenas 200 bolívares hacía maravillas, compraba encargos, regalos y la mitad de la mercancía terminaba siendo para mí, ni modo jajajaja. Qué tiempos aquellos. Eran días más sencillos, pero llenos de felicidad, aunque quizás no lo supimos en el momento.

Volver a esta capilla fue como abrazar ese pasado con gratitud. Sentí que San Onofre me escuchaba otra vez, como tantas veces antes. Le prometí volver, llevarle flores y encender una velita como símbolo de mi fé. Porque cuando uno cree, el alma se fortalece y sí, la fé mueve montañas.

Con el corazón contento me despido por hoy, agradeciendo profundamente que hayan podido pasar por mi blog y apoyarme con un pedacito de mi historia.

ENGLISH

Hello friends, how are you all? Today I want to share with you that a few days ago, while taking my son to his therapies with the physiatrist, I discovered that very close by there is a chapel dedicated to San Onofre, that saint to whom I have had a deep devotion for years. It was impossible not to enter. I felt as if time stood still and memories came one by one to my mind.

When I was young, I used to travel frequently to Caracas with my comadre, to buy clothes and other items that I would then sell on the island. It was a routine full of illusions and effort, but also of faith. Each trip began with an obligatory visit to the church of San Onofre. There, between thoughts and prayers, I would ask for health, protection and that everything would go well. And almost like a miracle, we always returned with our suitcases full of goods and our hearts full.

I remember clearly when with only 200 bolivars I did wonders, I bought orders, gifts and half of the merchandise ended up being for me, no way hahahahaha. Those were the days. Those were simpler days, but full of happiness, although perhaps we did not know it at the time.

Returning to this chapel was like embracing that past with gratitude. I felt that San Onofre was listening to me again, like so many times before. I promised to return, bring flowers and light a candle as a symbol of my faith. Because when one believes, the soul is strengthened and yes, faith moves mountains.

With a happy heart I say goodbye for today, thanking you deeply for stopping by my blog and supporting me with a little piece of my story.