Mi gordo tiene una consciencia muy rara para ser un gato.
Muchas veces me convenzo de que se siente más un niño que un animal de compañía, ya que exige sesiones de amor con mamá y papá por las mañanas y, cuando le toca su medicina, pasa a tocarnos la puerta del cuarto.
Ayer por la noche, previo a una ligera tormenta, una bolsa de plástico comenzó a danzar de aquí para allá en la azotea de la casa; Miauricio tomó la determinación de guardarse en la bolsa para que esta deajase de volar.
¿Gato juguetón o con una buena conciencia ambiental?