Mi 2022
Inicio diciendo que para mi el 2021 fue un año maravilloso, logre tantas cosas, culmine mi carrera universitaria, realice un diplomado y conseguí mi primer empleo, me sentía tan capaz de logarlo todo. Aun recuerdo el día que fui a retirar el título, no fue perfecto, pero paso ese momento que veía tan lejano, recuerdo el día que me llego el certificado del diplomado y hasta en que gaste mi primer sueldo. Sentía que por fin todo estaba teniendo sentido, que estaba logrando muchas metas y mi independencia.
Inicie el año 2022 con muchas metas en mente, como he mencionado anteriormente me gusta hacer ejercicios y había decidido buscar el tiempo para empezar nuevamente con los ejercicios, estudiar la licenciatura en contaduría y también decidí empezar a ahorrar para adquirir bienes. Eran mis objetivos principales, logre inscribirme en la carrera desde el año anterior y estaba saliendo bien había logrado un equilibrio entre el trabajo y la carrera, empecé poco a poco a retomar la actividad física, inicie trotando desde febrero, lo disfrutaba mucho era un tiempo exclusivo para mi sin tener que pensar en responsabilidades. En abril comencé a incorporar rutinas de ejercicios y notaba muchos cambios a nivel físico y emocional. Para el mes de mayo sentía que tenía mucho estrés ya que el nivel de exigencias y responsabilidades en el trabajo estaban aumentando, la universidad se volvía cada vez más absorbente y habían cambiado la modalidad online a presencial, si bien percibía dinero no era el suficiente como para mantenerme y cubrir viajes semanales a otra ciudad, a pesar de que no quería tuve que desistir y congelar la carrera, me sentí muy triste. Creí que de esa manera empezaría sentirme mejor, llego un momento donde trotar o hacer cualquier tipo de actividad física en vez de darme energía me restaba. Note muchos cambios al nivel energético y físico, cambios que muchas veces interferían con mi trabajo, mi estado de animo se vio muy afectado, muchas veces me cuestionaba si todo estaba en mi mente, si realmente no era yo autosaboteándome. No quise ir al medico por mucho tiempo por esa razón, no lo hablaba con nadie, de empezar el año con tantas metas, la única que seguía en pie era adquirir bienes. Para el mes de mi cumpleaños, agosto, me sentía cada vez peor, el simple hecho de ir día a día al trabajo se sentía como un gran reto y cuando llegaba mi cuerpo no tenía energía para hacer nada, era frustrante.
Me dieron las vacaciones en octubre y aproveché de ir a visitar a mi hermana por unos días y ver a mi hermosa sobrina, también pensé que tal vez todo se debía a el cansancio y que todo pasaría, sin embargo, no fue así. Para ese mes logramos mi pareja y yo comprar una nevera y si se sintió bien porque lo logramos, pero no fue tan emocionante como creí que seria. Al momento no entendía por qué, hoy entiendo que si bien es un logro hay cosas mas importantes en la vida. Después de tanto esfuerzo decidí ir al médico, empecé yendo al ginecólogo para saber si era algo hormonal, aun cuando todo salió bien me remitieron al neurólogo. Les explico el motivo, yo de pequeña tuve irritación cerebral (creo que el termino medico es focos irritativos), resulta que el estrógeno no es bueno para estas condiciones, ¡y…adivinen! cual es el componente de los anticonceptivos? Por este motivo tuve que hacerme distintos estudios e ir a consultas médicas, para ese entonces en el trabajo no estaba pagando bien y tenía aún más responsabilidades, para poder centrarme en mis estudios medico decidí dejar de trabajar ya que no podía pedir permisos tan seguidos.
En diciembre fui al primer neurólogo su diagnostico fue que, si había vuelto la irritación cerebral, busque otra opinión el cual confirmo el diagnostico, me mando nuevos estudios, en el cual se descubrió que además tengo hidrocefalia, el día que me tocaba llevar los resultados dentro de mi había una sensación de angustia y sentía que no quería ir sola, pero no quise molestar a nadie. Cuando me dijo eso me sentí tan sorprendida que no supe que preguntar, ni como reaccionar. Lo primero que hice cuando salí fue contarle a mi abuela como si fuera un chiste quitándole relevancia, al transcurrir los días y ver que estaban preocupados noté que si era relevante.
Sentí un gran alivio de saber que no era mi mente, que todo lo que sentía si se debía a algo. Que eso si afecta mis emociones y mi memoria también, entre otras cosas que pudo afectar, a veces estaba tan frustrada de no entenderme, sobre todo saber que mucho menos los demás podrán entenderme, aun me pasa, aún hay cosas que me hacen sacar de quicio sin motivo alguno, aun estoy aprendiendo a tenerme mucha paciencia, aun veo cosas que no logre o que tuve que dejar y me siento molesta. Luego entiendo que este es mi proceso de sanar y de ser mejor de aprender a no ser tan dura conmigo misma. Hoy en día aun sigo adaptándome a la situación y viendo que, si y que no puedo hacer, creo mucho que si no nos cuidamos por nosotros debemos hacerlo por quienes nos rodean y aman, porque queriendo o sin querer podemos arrastrarlo con nuestras acciones y decisiones. Cuando era pequeña y por primera vez me diagnosticaron irritación cerebral afecto gran parte de mi infancia, esta vez no quiero que sea así, quiero aprender de esto.
El 2022 me dejo grandes aprendizajes, si logré muchas metas, pero tuve que hacer ajustes, como aprender a cuidarme y saber cuando parar. La vida nos enseña a que, si o si debemos ser receptivos al cambio, que la vida no es una carrera de quien llegue primero sino de llegar en el tiempo que cada uno necesite para lograrlo.
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