La imagen de esta semana, de esos señores pescando en el Paseo Orinoco, me recuerdan el último viaje que hice Ciudad Bolívar, donde vive mi compadre con su familia.

Normalmente, cuando iba y me quedaba por aquellos lares, iba a visitar a la familia de Sergio en el Zanjón, que es un barrio que está en el casco histórico de la ciudad. Siempre que voy para Ciudad Bolívar, disfruto mucho de las caminatas por el Paseo Orinoco, y recuerdo que muchas veces me quedaba parado viendo la piedra del medio, y escuchaba la historia de que esa piedra, nunca había sido tapada por una crecida del río.

Y donde los locales, tienen el mito de que el día que la piedra del medio, quede tapada por una crecida del río, se va a inundar la ciudad. También, recuerdo que una vez fui a Ciudad Bolívar, en una época de sequía, y vi la isla del Degredo completa, y hasta vi una suerte de playa que se formaba con su arena, marrón clara.

Y mi sorpresa, fue cuando mi compadre me dijo que lo siguiera, y terminamos bajando por una escalera y montando en un bote que nos llevó a la isla. Y pude darme el gusto de tomarme unas cervezas y de comer una parrilla de pescado de río, en la isla el Degredo.

Y antes de regresar al Paseo Orinoco, recuerdo que tomé una cantidad enorme de fotos de la Isla y de la Piedra del Medio, cuando pasamos cerca en el bote y vi lo enorme que era realmente esa piedra, y quedé maravillado con los tres colores que tiene desde la parte baja hasta su cima.

Una de las cosas más chistosas que me paso,es que a mi compadre, no le gusta mucho el sol, mientras que a mi me encanta. Y recuerdo, que en uno de esos paseos, le pedí que me llevara a conocer los lugares menos conocidos del casco histórico.

Y me llevó a conocer, los barrios históricos, que están detrás del Zanjón, y recuerdo que disfrute muchísimo, viendo la genialidad de la arquitectura del pueblo venezolano.

Disfrute mucho, al ver como usaron las enormes piedras, para hacer las bases de las casas, para construir sobre ellas, para realizar cominerías usándolas como soportes.

Y no me cansé de tomas fotos, ni de conversar con la gente de la zona que vivía en esa parte del casco histórico.

Y siempre que voy a Ciudad Bolívar, recorro su casco histórico, sus museos y siempre terminamos tomando cervezas en el Paseo Orinoco, en atardecer, viendo el río, el ocultamiento del sol y la figura del puente de angostura en el fondo, uniéndose en el horizonte, con nuestros pensamientos más íntimos, enarbolados ante tanta belleza.

En fin, esta foto, me trae recuerdos de uno de los lugares más hermosos y con más historia de mi amada Venezuela.

Muchas gracias por leerme.

---

Si les gusta este concurso, les invito a participar a través del siguiente enlace.

Aprovecho la oportunidad para invitar a @alicia2022, @esbat y @nahueldare3627, @akrros