Imagen propiedad @lanzjoseg / Image property @lanzjosegEl aroma del café con leche recién hecho se respiraba en el aire, mezclándose con el dulcito del roll de canela. Ese olor a melaza derretida llamaba a darle un buen mordisco. Cuatro platos servidos, cuatro vasos de esta deliciosa bebida bien espumosa y, en el centro de la mesa, una agenda cerrada, una taza vacía y un bolígrafo. Como si estuvieran ahí solo para mirar, testigos mudos de una charla que iba y venía entre lo relajado y lo importante.
-¿Y si los hacemos minimalistas, en blanco y negro? Se verían más elegantes, más serios -soltó Sofía, jugando con el bolígrafo entre los dedos.
Laura, siempre con los pies en la tierra, tomó un sorbo de su capuchino antes de contestar:
-La idea está clara, lo complicado es desarrollarla. Puso el café en la mesa y se quedó mirando a Andrés, expectante de lo que iba a aportar.
El plan era simple en teoría: cada uno tendría su propia agenda personalizada, pero con un diseño uniforme, algo que reflejara un poco de su esencia, pero que también sirviera para organizarse. El problema no era soñar con ellas, sino hacerlas realidad.
-Bueno, hablemos de diseño - dijo Andrés, atendiendo la invitación de Laura a opinar, partiendo su golfeado con una mezcla de concentración y anhelo.
-Yo creo que cada portada debería decir algo de nosotros - añadió Carlos, mientras con la cucharita hacía círculos en su servilleta - Colores distintos, frases que nos motiven cada día… umm, algo que de verdad sintamos nuestro.
La conversación fluyó entre bocados de pan dulce y sorbos de café. De vez en cuando, alguien anotaba una idea rápida en la libreta, pero pronto volvían a perderse en la calidez del momento, en las risas y en los recuerdos de reuniones pasadas. Y sin darse cuenta, ya habían dado el primer paso.
No era solo un café con amigos, era el comienzo de algo más grande. Un compromiso, una forma de organizar no solo sus días, sino también sus sueños. Porque cada página de esas agendas iba a ser el reflejo de lo que querían construir juntos.
The aroma of freshly made coffee with milk lingered in the air, blending with the sweetness of the cinnamon roll. That scent of melted molasses was calling for a good bite. Four plates served, four glasses of this delicious, frothy drink, and in the center of the table, a closed planner, an empty cup, and a pen. As if they were just there to watch, silent witnesses to a conversation that drifted between the casual and the important.
"What if we make them minimalist, in black and white? They would look more elegant, more professional," Sofía suggested, twirling the pen between her fingers.
Laura, always grounded, took a sip of her cappuccino before replying:
"The idea is clear, the hard part is making it happen." She set her coffee down on the table and looked at Andrés, waiting for his input.
The plan was simple in theory: each of them would have their own personalized planner, but with a uniform design—something that reflected a bit of their essence but also helped them stay organized. The challenge wasn’t dreaming about them, but turning them into reality.
"Alright, let’s talk design," Andrés said, accepting Laura’s invitation to contribute, breaking his golfeado with a mix of focus and anticipation.
"I think each cover should say something about us," Carlos added while absentmindedly drawing circles on his napkin with his spoon. "Different colors, phrases that inspire us every day… umm, something that really feels like ours."
The conversation flowed between bites of sweet bread and sips of coffee. Every now and then, someone would jot down a quick idea in the notebook, only to get lost again in the warmth of the moment, in laughter, in memories of past meetings. And without even realizing it, they had already taken the first step.
It wasn’t just coffee with friends—it was the beginning of something bigger. A commitment, a way to organize not only their days but also their dreams. Because every page of those planners would be a reflection of what they wanted to build together.
Observa esta imagen, piensa y escribe.
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