Hoy desperté con esa sensación de fin de semana. Como si tuviese que cumplir un horario fuera de la casa de lunes a viernes. Pienso que el hábito de un horario por tantos años no se cura tan fácil.

Abrí los ojos, sentí esa felicidad de despertar a media mañana, ver a mi esposo todavía en la cama, a mi hija pidiendo las frutas con las que acostumbra a desayunar y mi mamá haciendo el cafecito mañanero.

Vino a mi mente esa canción de Venezuela mientras preparaba la harina para hacer las arepas.

Con mis manos siento la masa, es suave y tibia. Hago una pequeña bola y luego la deslizo con firmeza pero delicadamente hasta formar un disco, un poco tosco en los bordes. Recuerdo que las arepas de mi madre son perfectas y eso que fue ella quién me enseñó a hacerlas. Pienso que tal vez esa habilidad de que la arepa te salga perfecta se gana con el tiempo. Con la experiencia de la vida.

En mi sartén caben 3 arepas y mientras las veo dorarse recuerdo otra canción La vaca mariposa del Tío Simón crecí con esos versos que te hacen reflexionar. Una madre, en este caso la vaca, ve a su pequeño ternero y piensa lo que le depara la vida a su hijo, igual que una madre que con toda la ilusión y el amor del mundo pare, pero al sostener a su pequeño tiembla por los caminos de la vida que deberá recorrer ese bebé.

Mientras están las arepas preparo el relleno. Tengo vegetales, mostaza y mayonesa. Voy cortando en trozos y todo este colorido me recuerda la canción de Conny Mendez Venezuela habla cantando. Mi mente se llena del recuerdo de mi bebé cuando estaba recién nacida y la arrullaba con las tonadas del "Gloria al bravo pueblo"

Siento nostalgia de recordar lo que sentí todos los años que pasé fuera del país. Es difícil lo que se ha convertido el mundo, donde tantas personas se ven obligadas a dejar sus hogares y sus raíces para ir en busca de una mejor vida. Mi situación fue otra pero igual pasé 6 años lejos de mi tierra y la sentí cada noche en mis sueños.

Entonces me dio por escuchar la canción Rucio Moro de Reinaldo Armas, esa canción es como un himno nacional para los venezolanos y aunque estemos lejos de nuestro país en cualquier ocasión podemos escuchar música venezolana y viajar por nuestros recuerdos hasta encontrarnos con nuestra familia en un abrazo.

El sentir venezolano está en cada canción. Esas canciones nuestras y de siempre que nos inspiran a hacer un trabajo con amor, una deliciosa comida o simplemente pasar un rsto agradable entre recuerdos.

Es lo mágico de la música, que podemos encontrar en una misma tonada recuerdos, personas, cariños, abrazos, risas y llantos. Nos concentramos en cada melodía y, sobre todo si tiene un arpa, cuatro y maracas, puede llegar a arrugar el corazón más fuerte y puede unirnos en la distancia.