Hoy tuve una visita inesperada y muy curiosa en casa: esta preciosa ranita se apareció en la pared como si nada, como si fuera parte del lugar.
Su piel moteada y sus grandes ojitos me hicieron detenerme a observarla un buen rato. Es asombroso cómo la naturaleza se abre paso en cualquier rincón, incluso en una noche tranquila.
No sé si vino buscando refugio, comida o simplemente curiosear, pero fue un momento lindo que me recordó lo importante que es respetar y admirar a estos pequeños seres que comparten el mundo con nosotros.
¿Alguna vez has tenido una visita así?