En una escapada familiar de fin de semana a la playa, Emily se sentía sola y curiosa. Sus padres, distraídos en medio de una discusión, no se percataron de la curiosidad de su única hija de 6 años. Toda la playa era un precioso balneario en donde niños y adultos podían disfrutar sin peligro. Pero Emily, ella quería ir hacia el otro lado de la playa, en donde se asomaba una curiosa roca y un cartel de advertencia.
Todo allí se veía inhóspito, duro, inclemente, olas de 2 metros que chocaban contra las rocas gigantes y un fuerte viento. Pero no se podía negar que el color azul del mar en ese lugar hipnotizaría a cualquiera. No era un azul claro transparente de una playa paradisíaca sino un fuerte azul oscuro con mucho brillo, casi como un zafiro, señal de aguas más profundas y misteriosas.
Emily no sentía miedo sino curiosidad. En medio de las rocas, visualizó algo brillante. Sus padres a penas han notado que hacía 2 minutos que dejó de jugar con sus cubos de arena. Emily se acerca peligrosamente al borde del inmenso mar inhóspito y frío. Aquel objeto brillante parece no haber sido tocado por las fuertes olas, como si hubiera sido colocado allí muy recientemente.
Una perla. Totalmente esférica, y con una superficie muy brillante. Emily la toma con sus manos y al empezar a detallarla visualiza algo escalofriante al fondo de su campo de visión. Una pequeña mano de un color turquesa muy pálido surge debajo de una roca. Antes de que esta mano logre agarrar la pierna de la inocente niña de 6 años, ella grita, pero al mismo tiempo se paraliza del miedo, lo cual la salva de dar un paso en falso y caer al agua.
De pronto, algo muy escalofriante sucedió en frente de Emily, aún paralizada por el miedo. Debajo de aquella roca, salió un ser con piel húmeda y resbaladiza como la de un pez. Tenía ojos oscuros y orejas gigantes de aleta. Era algo similar a una niña, de la misma edad de Emily. Se vieron fijamente, y luego de algunos segundos, esta criatura intentó de nuevo tomar a Emily con sus manos para llevársela al mar. Sus intenciones parecìan ser las de tener a una nueva compañera con quien jugar debajo del agua. Todo parecía perdido para Emily, quien pensó que no vería a sus padres de nuevo, pero algo un poco más extraño sucedió inmediatamente.
Otros dos seres, de aspecto más adulto, surgieron del agua y empezaron a llamar a la criatura más pequeña la cual intentaba llevar a Emily al agua. La criatura más pequeña inmediatamente se lanzó al agua, sin Emily. Los dos seres, con la mitad de su cuerpo debajo del agua, miraron fijamente a Emily, y uno de ellos pareció decirle: "Tienes suerte de que somos de los buenos, regresa con tus padres antes de que sea demasiado tarde". Emily regresó a la sombrilla donde se encontraban sus padres, y les mostró la perla que, supuestamente, había encontrado en la playa.
Ella nunca olvidará aquellos dos seres que vió ese día. Ahora vive con la intriga de saber si la perla que encontró en esa roca les pertenecía o no, y si fue puesta allí a propósito. Piensa en quizás regresar algún día y dejarla en el lugar donde la encontró, con la esperanza de volver a verlos, y con el miedo de encontrarse en cambio con los seres malvados que viven debajo de las aguas.
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On a family weekend getaway to the beach, Emily was lonely and curious. Her parents, distracted in the middle of an argument, were oblivious to the curiosity of their only 6-year-old daughter. The entire beach was a beautiful resort where children and adults could safely enjoy themselves. But Emily, she wanted to go to the other side of the beach, where there was a curious rock and a warning sign.
Everything there looked inhospitable, harsh, inclement, 6-foot waves crashing against the giant rocks and a strong wind. But there was no denying that the blue color of the sea in that place would hypnotize anyone. It was not the clear, transparent blue of a paradisiacal beach but a strong dark blue with a lot of sparkle, almost like a sapphire, a sign of deeper, more mysterious waters.
Emily was not afraid but curious. In the middle of the rocks, she visualized something shiny. Her parents barely noticed that she had stopped playing with her sand buckets two minutes ago. Emily gets dangerously close to the edge of the huge, inhospitable and cold sea. That shiny object seems to be untouched by the strong waves, as if it had been placed there very recently.
A pearl. Totally spherical, and with a very shiny surface. Emily takes it in her hands and as she starts to detail it, she visualizes something creepy at the bottom of her field of vision. A small hand of a very pale turquoise color emerges from under a rock. Before this hand manages to grab the leg of the innocent 6-year-old girl, she screams, but at the same time she is paralyzed with fear, which saves her from making a false step and falling into the water.
Suddenly, something very scary happened in front of Emily, still paralyzed with fear. From under that rock, a being with wet and slippery skin like that of a fish emerged. It had dark eyes and giant fin-like ears. It was something similar to a girl, the same age as Emily. They stared at each other, and after a few seconds, this creature tried again to grab Emily with its hands to take her to the sea. Its intentions seemed to be to have a new companion to play with underwater. All seemed lost for Emily, who thought she would never see her parents again, but something a little stranger happened immediately.
Two other, more adult-looking creatures emerged from the water and began to call out to the smaller creature who was trying to pull Emily into the water. The smaller creature immediately jumped into the water, without Emily. The two creatures, with half of their bodies underwater, stared at Emily, and one of them seemed to say to her: *"You're lucky we're the good ones, get back to your parents before it's too late." Emily returned to the umbrella where her parents were, and showed them the pearl she had supposedly found on the beach.
She will never forget those two beings she saw that day. Now she lives with the intrigue of knowing if the pearl she found in that rock belonged to them or not, and if it was placed there on purpose. She thinks of perhaps returning someday and leaving it in the place where she found it, hoping to see them again, and fearing instead to meet the evil beings that live under the waters.
Inspirado en un viaje a la playa... ¡Saludos amigos de Zona de Escalofríos! Tenía un poco abandonado este blog. Pronto espero traer más contenido desde esta cuenta, y a esta comunidad🔥
Translated to English language with the help of DeepL.com
Fotografía de autoría propia / Own photo (Redmi 9C)
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