Hoy les quiero contar una historia que ocurrió hace algunos años en mi casa, fue una tarde de esas en la que todo transcurre con la mayor tranquilidad. Cuando de repente se escuchó un grito aterrador que provenía del patio. Todos corrimos a ver qué pasaba.
Se trataba de un exótico loro de tamaño mediano, conocido como caique de cabeza negra que se había caído de las ramas de un inmenso árbol de níspero. El pájaro estaba herido, pues la perra de la casa lo había agarrado y lastimado. Afortunadamente, cuando ella nos sintió llegar, decidió soltarlo, oportunidad que aprovechamos para poder rescatarlo y aplicarle los primeros auxilios. Posteriormente, nos comunicamos con un veterinario que nos indicó el tratamiento que debíamos hacerle.
Al poco tiempo, el loro estaba totalmente recuperado y mientras esperábamos a ver si alguien lo reclamaba, el loro se fue convirtiendo en un consentido. Era un loro tan manso que andaba suelto por la casa, parecía un muñeco que se dejaba hacer de todo. Por lo cual, mi nieta Daniela, prácticamente se adueñó de él, lo cargaba todo el tiempo, lo acostaba patas arriba en sus piernas, el loro hasta dormía en su cuarto.
Mi hijo Líber muy preocupado por la forma en que su sobrina trataba al loro, le llamó la atención en varias oportunidades, tratando de persuadirla para que ella dejara de atosigar al loro. Explicándole con delicadeza que éste necesitaba respirar con comodidad y tener la libertad de moverse a su antojo, pero ella no le hacía caso. Entonces un día, Líber con mucho carácter le dijo:
-Daniela suelta a ese loro, lo vas a poner bobo.
Resultó que cuando el loro escuchó eso, se quedó viendo a Líber con muy mala cara y desde ese momento se transformó, le agarró rabia y no lo podía ni ver, cada vez que Líber pasaba cerca de él, el loro se engrinchaba y le tiraba a picar. Después de eso, el loro la agarró por emitir unos gritos espeluznantes, idénticos al sonido típico de los cuervos en las películas de terror. ¡Aquello era horrible!
Cuando Líber llegaba de la escuela no se atrevía ni a entrar a la casa, medio abria la puerta, asomaba uno de sus ojos y preguntaba si el loro estaba por ahí. Cuando decidía entrar, pasaba corriendo y se encerraba en su dormitorio.
La situación cada día era peor, convivir con aquel loro se convirtió en un tormento para todos. Yo estaba desesperada y rogando de que apareciera el dueño y se lo llevara.
Hasta que una mañana, nos tocó la puerta una mujer preguntando que si habíamos visto al loro. Por supuesto, más rápido que inmediatamente le dije que si, que nosotros lo teníamos y le conté todo lo que había pasado.
El loro resultó ser de ella, quien casualmente se llamaba Daniela como mi nieta. Nos contó que el loro tenía el nombre de Manolo, que se lo habían regalado cuando todavía era un huevo, por lo cual ella se había encargado de incubarlo hasta verlo nacer.
Como Daniela, la dueña del loro, no había podido tener hijos, ella había adoptado y criado a Manolo como si fuera su propio hijo. Varios años después pudo salir embarazada y cuando su niño nació, el loro se puso muy celoso, al punto que se volvió agresivo con el bebé, razón por lo cual ella sintió mucho miedo y decidió encerrar al loro en una espaciosa jaula que mandó a fabricar especialmente para él, la misma de donde se escapó la tarde que aterrizó en mi casa.
Después de conocer toda esa historia, quedó explicado el porqué del abrupto cambio de conducta que Manolo tuvo, cuando intuyó que su historia estaba a punto de repetirse. Justo cuando apenas comenzaba a sentirse, nuevamente, consentido nada más y nada menos que por una Daniela.
Finalmente, su verdadera dueña se llevó al loro y a mi nieta Daniela le quedó la opción de poder visitarlo todas las veces que ella quisiera. De modo que la paz y la tranquilidad volvieron a reinar en nuestro hogar y de todo aquello solo nos quedó el recuerdo de haber tenido ese pintoresco capítulo en nuestras vidas.
Las fotografías utilizadas en este post, son todas de mi propiedad y han sido publicadas en las redes sociales. Me hubiera gustado que las fotos tuvieran mejor calidad, pero son las únicas que actualmente tengo disponibles y me pareció muy importante que éstas fueran auténticas fotografías de Manolo y no de otro loro del mismo tipo.
El Collage fue realizado con la aplicación del editor de fotos Polish.
English
Today, I want to tell you a story that happened a few years ago in my house, it was one of those afternoons when everything was going on with the greatest tranquility, when suddenly a terrifying shriek was heard coming from the backyard. We all ran to see what was going on.
It was an exotic medium-sized parrot, known as a black-headed caique that had fallen from the branches of a huge loquat tree, located in the backyard of the house. The bird was injured, as the dog of the house had grabbed it and hurt it. Fortunately, when she felt us coming, she decided to let it go, and we took the opportunity to rescue it and give it first aid. Later, we contacted a veterinarian who indicated the treatment we should give him..
Before long, the parrot was fully recovered and while we waited to see if anyone claimed him, the parrot became the darling of the house. He was such a tame parrot that he walked around the house, he looked like a doll that let himself do everything. So, my granddaughter Daniela, practically took possession of him, she carried him all the time, lay him upside down on her legs, the parrot even slept in her room.
My son Líber, very concerned about the way his niece treated the parrot, called her attention several times, trying to persuade her to stop harassing the parrot. He gently explained to her that the parrot needed to breathe comfortably and have the freedom to move as it pleased, but she ignored him. Then one day, Líber with a lot of character told her:
-Daniela let go of that parrot, you're going to make him goofy
When the parrot heard that, he looked at Líber with a very bad face and from that moment on he was transformed, he became furious and could not even see him, every time Líber passed near him, the parrot swelled up and began to bite. After that, the parrot grabbed her for emitting a horrifying scream, identical to the typical sound of crows in horror movies. That was horrible!
When Liber came home from school, she didn't even dare to enter the house, she half opened the door, peeked out one of her eyes and asked if the parrot was there. When he decided to go in, he would run past and lock himself in his bedroom.
The situation was getting worse every day, living with that parrot at home became a torment for all of us. I was desperate and praying that the parrot's owner would show up and take him away.
Until one morning, a woman knocked on our door asking if we had seen the parrot. Of course, faster than immediately I said yes, we had and told her everything that had happened.
The womanhappened to be named Daniela like my granddaughter. She told us that the parrot had the name of Manolo, that it had been given to her as a gift when it was still an egg, so she had been in charge of incubating it until it hatched.
Since Daniela, the parrot's owner, had been unable to have children, she had adopted and raised Manolo as if he were her own son. Several years later she was able to get pregnant and when her child was born, the parrot became very jealous, to the point that he became aggressive with the baby, which is why Daniela felt very afraid and decided to put the parrot in a spacious cage that she had specially made for him, the same cage from which he escaped the afternoon he landed at my house.
After knowing the whole story, it was explained why Manolo abruptly changed his behavior when he sensed that his story was about to repeat itself. Just when he was just beginning to feel, once again, spoiled and nothing less and nothing more than by a Daniela.
Finally, the parrot was taken away by its real owner and my granddaughter Daniela was left with the option of visiting it as often as she wished. So peace and tranquility reigned again in our home and all that was left was the memory of having had that picturesque chapter of terror in our lives.
The photographs used in this post, are all my property and have been published in social networks. I would have liked the photos to have better quality, but they are the only ones I currently have available and I thought it was very important that these were authentic photographs of Manolo and not of another parrot of the same type.
The collage was made with the Polish photo editor application.
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