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(English version below)
𝕿𝖗𝖆𝖙𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖉𝖊 𝖘𝖔𝖇𝖗𝖊𝖛𝖎𝖛𝖎𝖗
-Ya se acercan, oigo los pasos cada vez más cerca, no puede ser... Esta vez sí me atraparan.
Mientras James se esconde debajo de su cama, poco a poco se escuchan pasos que aceleradamente se acercan a la puerta de su habitación tac, tac, tac, tac... Hasta que un chirrido advierte la apertura de la puerta de la habitación oscura, dejando poco a poco entrar un rayo de luz enceguecedor.
-Pero ¿dónde está?, pensé que estaba aquí (resonó con sorpresa aquella conocida voz).
De repente nuevamente se oye el chirrido de la puerta pero esta vez, devolviendo el tan deseado color negro de la seguridad y protección que cobija la humanidad de James, quien aterrado y con un suspiro exhala:
-Esta vez eso estuvo muy cerca. No creo seguir corriendo con tanta suerte. Tengo que idear un nuevo plan.
Saliendo de su escondite, pero aún con la habitación muy oscura, James recorre cada uno de sus rincones. Procurando, a través del tacto y de su visión que cada vez se acostumbra más a la penumbra, encontrar algo que lo hiciera recobrar la esperanza de salir de aquel lugar con vida.
Poco a poco va moviéndose con sigilo, evitando generar el más pequeño ruido que advirtiera su presencia en aquella habitación ya inspeccionada por su más acérrimo enemigo. Afinó lo más que pudo su oído y lo acercó a la pared, recorriendo todo el tramo que lo separaba del pasillo, pero nada, no oía nada.
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Sillas, escritorios, estanterías, libros, alfombras, figuras de porcelana era lo que podía percibir ¿Pero de qué le servía todo aquello? De nada en absoluto creía él. Sin embargo, continuó revisando en el escritorio que encontró al final del salón y minuciosamente estuvo escudriñando el contenido de sus cajones.
Aunque fuera difícil de creer, allí se encontraba un rollo de soga como la que se usa para alpinismo. Esto parecía muy extraño, que hacía eso dentro de ese cajón ¿Sería simplemente cuestión de suerte?, pues James no creía en ella.
Sin importar la respuesta a esa interrogante, James vio en ella su boleto a la libertad y no lo iba a pensar dos veces. Esta vez su visión ya era más clara y pudo ver un mínimo destello de luz que se reflejaba a un costado de aquella habitación.
Cuando llegó allí, se dio cuenta que era una enorme ventana oculta tras una espesa cortina. Al tratar de correrla el haz de luz que entró intrépidamente lo dejó momentáneamente ciego. Pero al acostumbrarse nuevamente a la claridad se da cuenta que por esta ventana de un tercer piso y valiéndose de la soga, podía escapar.
James ató con fuerza la soga a la pata de una enorme mesa que estaba cerca de la venta. Entonces corrió el cerrojo de uno de los paneles de aquella enorme ventana y se dispuso a salir de esa habitación que se había convertido en una cárcel. Con mucho cuidado y procurando no hacer ruido para evitar ser descubierto, James intenta salir por la ventana.
De repente se oye un ruido ensordecedor y era una voz femenina que gritaba a todo pulmón:
-James, hijo, cuidado, no te sueltes por favor hijo mío, resiste, que buscaré ayuda.
Así gritaba su madre mientras James colgaba de una soga hecha con retazos de cortina desde una gran ventana en el tercer piso.
Esta historia continuará… 😉
ENGLISH VERSION
Imagen de Mihai Paraschiv en Pixabay
𝕿𝖗𝖞𝖎𝖓𝖌 𝖙𝖔 𝖘𝖚𝖗𝖛𝖎𝖛𝖊
-They're getting closer, I hear the footsteps getting closer, it can't be.... They'll get me this time.
As James hides under his bed, little by little, footsteps are heard approaching the door of his room tac, tac, tac, tac, tac, tac.... Until a creaking sound warns the dark room door opening, slowly letting in a blinding beam of light.
-But where is he, I thought he was here (that familiar voice resounded with surprise).*
Suddenly the door creaks again, but this time, returning the much desired black color of security and protection that covers James' humanity, who, terrified and with a sigh, exhales:
-That was a close call this time. I don't think I'll be so lucky anymore. I have to come up with a new plan.
Emerging from his hiding place, but still with the room very dark, James walks through each of its corners. Trying, through touch and his vision, which is getting more and more accustomed to the gloom, to find something that would make him regain hope of getting out of that place alive.
Little by little he moved stealthily, avoiding to generate the smallest noise that would warn of his presence in that room already inspected by his most bitter enemy. He tuned his ear as much as he could and brought it closer to the wall, walking the entire stretch that separated him from the corridor, but nothing, he heard nothing.
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Chairs, desks, bookshelves, books, carpets, porcelain figurines were what he could perceive, but what was the use of all that? Nothing at all, he thought. However, he continued to look in the desk he found at the end of the room and meticulously scrutinized the contents of its drawers.
Hard as it was to believe, there was a coil of rope like that used for mountaineering. This seemed very strange, what was it doing in that drawer? Could it simply be a matter of luck, for James didn't believe in it.
Regardless of the answer to that question, James saw it as his ticket to freedom and he wasn't going to think twice about it. This time his vision was already clearer and he could see a tiny glimmer of light reflecting off to the side of that room.
When he got there, he realized that it was a huge window hidden behind a thick curtain. When he tried to pull it aside, the beam of light that entered intrepidly left him momentarily blinded. But as he got used to the light again, he realized that he could escape through this third-story window using the rope.
James tied the rope tightly to the leg of a huge table near the sale. Then he pulled the bolt of one of the panels of that huge window and prepared to leave the room that had become a prison. Very carefully and trying not to make any noise to avoid being discovered, James tries to get out of the window.
Suddenly there was a deafening noise and it was a female voice shouting at the top of her lungs:
-James, son, be careful, don't let go please my son, hang on, I'll get help.
So cried his mother as James hung by a rope made from scraps of curtain from a large window on the third floor.
This story will be continued... 😉
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