Siempre imaginé que en mis 20¨s mi vida sería similar a la serie , aprendiendo de la convivencia, viviendo en un país nuevo con muchos roommates, estudiando una carrera que me apasionara y ganando suficiente dinero para viajar por el mundo.
En cambio la segunda década de mi vida ha estado envuelta en despedidas, protestas políticas y toques de queda silentes.
¿Se imaginan cambiar las fiestas nocturnas por reuniones de despedida? ¿ver a tus amigos partir a otro país o ser uno de esos amigos a quienes despiden? ¿recordar con nostalgia todas las experiencias que has vivido con una persona y no saber si volverás a verla?
Bienvenido a nuestro blog, un trabajo conjunto de dos amigos que comparten historias y experiencias a la distancia!
Dudo que alguna persona a la cual nunca le hayan restringido sus derechos básicos pueda entender la emoción y la importancia que representa salir de un país en dictadura.
¿Cómo le explicas a alguien que conoce tu historia, tus habilidades y logros profesionales que ahora eres niñera, mesera, que tienes que limpiar pisos y mesas y si falta personal debes convertirte en pulpo y lavar platos, ser bartender y cajera al mismo tiempo por $2,68 la hora? Yo no supe cómo explicarlo, así que por un tiempo me alejé de los amigos que dejé atrás y me dediqué a establecerme en el lugar que escogí como mi nuevo país, Panamá.
La mayoría de mis amigos ahora lo entiende porque han pasado por situaciones similares en otros países. David ahora está en Chile y no necesito explicarle lo que se siente emigrar porque él, como muchos, es parte de un grupo de repatriados, que tuvieron que dejar el país que los vió nacer y hacer el país de sus padres tan suyo como le sea posible.
Mi historia es un poco distinta, desde niña siempre sentí curiosidad por cosas ajenas a mi realidad, descubrir clases sociales, probar comida distinta, conocer lugares prohibidos y hacer nuevos amigos es la esencia que me mueve y he tenido la fortuna de tener todo eso desde muy temprana edad.
Recuerdo que cuando era pequeña no me gustaba mi nombre porque en mi familia siempre me han dicho Tutú de cariño, y mi nombre de pila era sinónimo de regaño inmediato; sin embargo hoy me siento más identificada que nunca porque representa la dualidad de lo que soy, latina de primera generación descendiente de europeos.