La soledad tiende a tener 2 caras que debemos saber decifrar.
Muchas personas definen La soledad como un sentimiento de tristeza o angustia que nos embarga cuando estamos solos o desconectados del mundo que nos rodea. Desgraciadamente, también es posible sentirse solo estando rodeados de otras personas. Imagenes como esta nos encontramos en las redes sociales
Algunos estudios muestran que gente sola tiene más riesgo de morir de enfermedad cardiovascular, cáncer, enfermedades respiratorias y problemas gastrointestinales. La soledad también se relaciona con demencia senil y deterioro cognitivo: la gente sola tiene dos veces más posibilidades de desarrollar alzhéimer.
Pero debemos conocer tambien la otra cara de la soledad.
Estar solos nos permite poner los problemas en perspectiva y analizar con calma qué es lo que nos hace felices y lo que nos disgusta. Un paso fundamental para entender nuestros sentimientos y nuestras actitudes, pero también los de los demás. Algo que nos ayudará a mejorar las relaciones interpersonales y la capacidad de empatía. Es sabio, por tanto, pasar momentos en soledad, conocernos a nosotros mismos y separarnos del bullicio que supone la compañia constante.
La soledad es, por tanto, beneficiosa cuando es voluntaria y tiene carácter temporal. Permite reflexionar con calma, conocerse, descubrir fortalezas y mejorar actitudes. No hay que dejar, sin embargo que se apodere de nuestra vida.