It es una nueva adaptación cinematográfica de una novela de Stephen King, solo que es buena. No me malinterpreten, el tipo es un genio prolífico, pero muy pocas de sus más de 50 obras adaptadas trascendieron en el cine, por lo que resulta interesante entender qué funcionó tan bien en este caso.
Un genio de la cámara para un genio de la narración
Una buena novela no necesariamente hace una buena película. Las premisas, tramas, e ideas centrales siempre se pueden traducir, pero muchas veces hay que cambiar la manera de contarlas, ya que la cámara y el narrador tienen posibilidades distintas para hacerlo. Por esto es que, aunque adaptar las ideas geniales de Stephen King al cine suena bien en teoría, en la práctica se necesita a un genio como Stanley Kubrick para lograrlo.
En el caso de It, el reto es contar en film sobre niños que se unen para encarar sus miedos. Específicamente, un grupo de desadaptados que se autodenominan "El Club de los Perdedores" y que son acosados por “Eso”, un ente asesino que se alimenta de sus miedos y se manifiesta como un payaso que se ace llamar Pennywise —piensen Guasón + Espantapájaros—. Sin importar el medio, la historia tiene que convencernos de el resultado.
Para lograrlo, el director, Andrés Muschietti, y los guionistas optaron por una estructura simple y clara para contar la historia. Nos acercan a los personajes principales en lo individual y como grupo, y vemos sus miedos, traumas, alegrías, esperanzas, y enfrentamientos con Eso (interpretado por Bill Skarsgård).
Stranger It
La dinámica de los personajes de inmediato nos recuerda a Goonies y el tipo de nostalgia que Stranger Things puso de moda el año pasado. El mundo de It es una versión de 1989 en la que, por alguna razón, los adultos o están ausentes o son parte del problema, y los niños tienen que resolverlo todo.
La química entre ellos es muy buena. Como actores, destacan Finn Wolfhard (Mike Wheeler, precisamente en Stranger Things) robando escenas como Richie Tozier, el humorista del grupo, y Sophia Lillis como Beverly Marsh, a quien Richie describe como la Molly Ringwald del grupo —y Lillis tiene todo el potencial de serlo—. Pero todo el reparto hace un buen trabajo.
Eso de los 90s
La anterior adaptación de It, la miniserie televisiva de 1990, se vuelve un referente obligatorio. Muchos la pueden recordar con nostalgia por el formidable papel que hizo Tim Curry como Pennywise. Y es válido, ya que en muchos sentidos fue más efectivo que Skarsgård en el rol. Su traje contemporáneo, su humor en contexto de acoso, y su manera de dirigirse sus víctimas y a los espectadores al mismo tiempo agregan incertidumbre y surrealismo al horror. ¿Se imaginan al Bozo —o Cepillín— de la estación local intimidándonos a cada uno personalmente desde la tele? Ese es el concepto. Skarsgård hace un muy buen papel, pero su look tan gótico y los efectos de computadora lo hacen un villano evidente.
Claro, en un rápido análisis, nos damos cuenta de que estructura de la miniserie es enredada, lenta, y llena de escenas y líneas que no aportan, incluyendo un clímax muy mal pensado para su limitado presupuesto. Mezclar el presente de los protagonistas como adultos con su pasado como niños funciona para el primer capítulo, pero en el segundo sale de sobra.
La nueva película simplemente cuenta bien el conflicto de los protagonistas en su infancia con Eso. El resultado son caracterizaciones convincentes, temas y conflictos claros, y escenas de horror muy efectivas que nos mantienen en tensión y entretenidos de principio a fin.
✪✪✪✪½ de 5, hay que verla
Hollywood siempre se ha caracterizado por ver la literatura como una fuente de posibles tramas para nuevas películas. Esta tendencia sólo ha aumentado con el tiempo, por lo que cuando se logra adaptar con éxito una obra tan complicada como It, hay que tomar nota de los aciertos.
Pero bueno, a fin de cuentas, It es una buena experiencia en el cine, da de qué hablar, y con justa razón, es la película del momento. Como King en la novela, Muschietti nos mete en un mundo cruel, inseguro, y lleno de horrores, pero iluminado por la calidez, valor, y amistad de los niños que lo enfrentan.