Las decisiones son parte fundamental de nuestras vidas, el día a día está lleno de ellas, cuando decidimos que comer, o que vestir o incluso que vas hacer este día, pero hay muchos días en que no solo tienes que tomar estas decisiones que de cierta forma no tienen importancia.
Hay decisiones en nuestra vida que son de vital importancia, entonces nos sentamos a pensar que hacer o incluso actuamos por impulso y no pensamos cual decisión es la correcta, lo importante es, siempre mantener la calma, las decisiones apresuradas no siempre tienen el resultado que esperamos y luego que la tomamos algunas ya no tienen vuelta atrás.
Las malas decisiones pueden causar daños irreparables en nuestra vida, hasta el punto de considerar a acabar con la vida de otras personas y hasta la de nosotros mismos.
Cada una de las decisiones que tomamos tienen su propio valor, debemos tener en cuenta que ante una decisión muy importante lo mejor es sentarnos a pensar que es lo mejor y evaluar la situación desde todos los puntos de vista, así evitamos tomar una decisión apresurada que a la larga no sea la que deseamos.
Mantener la calma es la clave fundamental para la toma de cualquier tipo de decisión pero hay algo que no debe faltar y es siempre pedir la dirección de Dios en cada una de ellas.
Siempre que estemos ante cualquier decisión que nos cause angustia o que sea tan importante que no queremos equivocarnos y no sabemos que hacer tenemos que pedir la dirección de nuestro señor Jesús, solo él conoce nuestras necesidades y sabe que es lo mejor para nuestra vida, quizás nosotros podemos equivocarnos pero el jamás lo ara, aunque en el momento quizás los resultados no sean lo que esperábamos con el tiempo comprendemos que Dios no se equivoca y que la decisión fue la correcta.
Conclusión
No nos dejemos llevar por el momento y actuemos de manera apresurada, esto puede traer consecuencias fatales en nuestra vida, si ponemos nuestra confianza en Dios ante todo, ninguna decisión que tomemos será la equivocada, solo tenemos que dejar todo e sus manos, Dios les bendiga.
