.4. Asesores de Viaje
Desde que salí de Valencia, el colector del microbús había ofrecido su "ayuda" para el cruce y el sellado del pasaporte, compra de boleto y transporte...al final creo que nadie le tomó la palabra al llegar al terminal de San Antonio del Táchira. Preferimos caminar que el transporte "gratis" por $20.000 hasta la aduana.
Desde la redoma del cementerio y hasta la aduana había gente que se presentaba como asesor y a la orden, unos con uniforme, otros no.
Yo andaba con Javier, el compañero de viaje que estuvo intermitentemente desde Valencia hasta Cúcuta, y como el asesor que yo había contactado había ayudado a mi novia, no tuve muchas dudas en ponerme en manos de Arnaldo y su pareja. Nos encontramos a las 5 am cerca de la Aduana de San Antonio del Táchira.
Arnaldo, de Guacara, Estado Carabobo y ella, caraqueña tienen casi un año en San Antonio trabajando como Asesores de Viaje, ya que "rinde más y resuelves" me dice ella, a la que nunca pregunté su nombre. Por las cuentas que hice, a ellos les quedan $7.000 por cada persona que lleven a comprar boleto, más las propinas que uno quiera darles. "Yo no cobro a mis pasajeros", insiste Arnaldo.
Ella tiene un niño especial en Caracas, motivo que la impulsó a mudarse a la pensión de Doña Cecilia que cobra $10.000, gasto que comparte con Arnaldo, quien también tiene (si la memoria no me falla) 2 hijos, por necesidad y rentabilidad. "Con $50.000 compras 3 kilos de arroz, 1 de pasta y todavía te queda" decía otro asesor. $8.000 es el equivalente a Bs. 1.000.000 (Bs.S. 1.000), con esos Bolívares compras 1 kilo de arroz y 500 gramos de pasta (para la época en que escribí el diario, es decir, hace un mes). El sueldo mínimo colombiano es de un poco más de $781.000, el de Venezuela es de Bs. 1.500.000 (Bs.S. 1.500). ¡Qué diferencia! ¿No?
Trbajan 24/7, pueden estar durmiendo a las 2 am y si un pasajero llama, a esa hora salen a buscarlo, lo alojan con Doña Cecilia (colombiana de nacimiento), a veces los ayudan monetariamente o les hacen préstamos.
En un día pueden cruzar 5 o 6 personas, o ninguno, según como esté la afluencia.
En Cúcuta hay comida, medicina, productos de higiene y aunque no es mucha la diferencia en dólares, la diferencia entre un anaquel de supermercado venezolano y un abasto cucuteño es abismal.
Ambos viajan una vez al mes a sus ciudades de origen para llevar productos a sus familias y prefieren trabajar en la frontera que regresarse.
Físicamente podría decirse que son personas "populares", que saben que es pasarlo mal y que "ahora tienen y pueden". Definitivamente vienen de "sectores populares", su expresión corporal, vocabulario y desenvoltura con los muchos otros en la frontera lo dejan ver, sin perder la educación y calidez nuestra. Conocen los trucos, las mañas y también las formas legales de moverse para cruzar, jamás te dejan solo desde que llegas hasta que te vas.
Mientras me cruzaban cargaban parte de mi equipaje y el de otro venezolano que iba a Ecuador con un TMF chimbo (falso). Se mueven como topos entre la multitud hasta lograr su cometido.