LOS MALDITOS
Maldita fue mi familia por esa extraña mutación que nos hacía imperecederos. Perseguidos en diferentes épocas mis antepasados decidieron ocultarse y dejar de procrear para no llamar la atención. No envejecemos y no se nos puede matar, pero los seres humanos encontraron diferentes infiernos particulares para los míos. Su imaginación no tiene límites cuando se trata de torturar, a día de hoy seguimos buscando las diferentes localizaciones donde muchos de los nuestros fueron sepultados o emparedados.
Algunos pensaron que con la llegada de la ciencia se acabaría nuestro exilio, pero no vamos a arriesgarnos a que experimenten hasta la saciedad con nosotros. Así hemos vivido los que no tenemos miedo a la muerte.
Y así viven los que sí le tienen miedo. Inventando creencias que hablan de que el paso por la tierra es temporal y nadie se molesta en hacer de esta vida algo mejor. Viven pensando en el más allá ignorando lo que tienen presente. Para nosotros no hay más allá y desearíamos, de poder morir, que no lo hubiera. Hemos estado impasibles viendo como estos seres de paso agotan los recursos porque su mortalidad no les permite ver con la suficiente perspectiva.
Ahora ha llegado el momento. Durante siglos en la oscuridad hemos aprendido a obtener puestos de poder en el sistema que ellos mismos crearon sin ser detectados. No cometeremos los mismo errores que ellos para este nuevo mundo. Lo primero que debemos hacer es reducir su número hasta que no supongan una amenaza. Rezad ahora, malditos.