El sueño de llevar tu estudio al mundo
Viajar con una porción del estudio siempre está en la mente de quienes hacemos música.
Llevar nuestras herramientas favoritas —interfaces, instrumentos, sintetizadores, cajas de ritmo, samplers y procesadores— nos permite mantener viva la esencia del sonido, sin importar dónde estemos.
2018: El año del cambio
A finales de 2018, empecé a recibir más invitaciones que nunca para tocar: antros, festivales, centros culturales, escuelas y universidades.
Eso hizo que una pregunta me persiguiera constantemente:
¿Cómo demonios voy a trasladar todo mi show?
¿Viajando por tierra sería demasiado cansado? ¿Y si volaba, las aerolíneas dañarían mi equipo o lo perderían?
También pensaba en el registro visual del show —cómo se vería todo eso en escena— y me di cuenta de que necesitaba una pieza clave.
La idea de la caja mágica
Decidí diseñar una caja única, donde todo el equipo estuviera pre-cableado, como un pedalboard para sintetizadores. Solo quitar la tapa y ¡boom!, listo para tocar.
Luego de varios rechazos de fabricantes (porque "no hacían cosas para sintetizadores"), un proveedor aceptó trabajar conmigo. Me pidió que enviara un correo con toda la idea detallada.
Requisitos clave que incluí en ese email:
Medidas específicas: Que todo cupiera y no fuera tan grande como para ser impráctico.
Cables preconectados: Para evitar perder tiempo antes de tocar.
Transformadores integrados: Solo una extensión general para encenderlo todo.
Buen diseño visual: Porque ese case me acompañaría en escena.
Y luego... aprendí a las malas
El case se fabricó exactamente como lo planeamos. Pero lo que no preví fue el peso.
Viajar con 6 máquinas, una tarjeta de sonido, Push, y computadora… sumaba unos 40-45 kg.
¿Resultado? En cada show, terminaba con los dedos molidos de tanto cargar, al punto de no poder tocar cómodamente. Y si viajaba en avión, el sobrepeso costaba más que el boleto.
El punto más importante de esta historia:
“Uno diseña proyectos con las capacidades del momento en el que vive.”
En ese momento, viajaba solo. No tenía producción que me ayudara. Tocaba en lugares pequeños, a veces peligrosos. Hoy entiendo que el diseño de tu setup debe responder también a esas variables: logística, seguridad, presupuesto, y salud.
Consejos después de la experiencia
Divídelo en dos: Dos cajas livianas son mejor que una pesada.
Piensa en los espacios: Los clubs no tienen escenario, apenas una mesa.
Reduce al mínimo viable: Hoy viajo con tres máquinas, tarjeta, Push y laptop. Todo cabe en una maleta de cabina.
Para los amantes del hardware
Sí, entendemos el amor por las máquinas.
Pero no todos los equipos que cargamos aportan al performance. Algunos necesitan tanto procesamiento (compresión, EQ, limitación) que no vale la pena llevarlos.
Explora técnicas mixtas. Usa el hardware que realmente aporta y completa con software si es necesario. Tu cuerpo y tu sonido lo agradecerán.
Una reflexión final
Esta historia es más que una anécdota técnica. Es una invitación a pensar estratégicamente como artistas:
¿Qué necesitas realmente para tocar? ¿Qué estás dispuesto a cargar? ¿Qué pasa si todo sale mal?
Viajar ligero es una virtud. Y tocar cómodamente, una necesidad.
🎥 No dejes de ver el video completo aquí: